Una fábrica de bombones finos artesanales —ubicada donde el antaño central José Martí, en San Cristóbal, provincia Artemisa—, no solo evitó la adquisición de materias primas foráneas por casi 200 000 dólares en 2011, sino que revoluciona el mercado con sabores autóctonos, al rellenar sus golosinas con frutas tropicales, café cubano o licores como Guayabita del Pinar y ron Havana Club.
Rellenos con licor de Guayabita del Pinar, con pequeñas piezas de café Turquino, mango, miel, cítricos o con nuestro ron Havana Club, tenían que ser un éxito estos bombones. Parece insólito que la fábrica esté situada entre cañaverales, pero qué estrategia mejor sino impregnarles un sello distintivo para competir con las ya establecidas marcas que comercializan tales golosinas en el mundo entero.
Desde una de las instalaciones del antaño central José Martí, en San Cristóbal —ahora provincia Artemisa—, nace una tentación para el paladar, una gama de golosinas capaz de complacer al más riguroso de los clientes, como confirman los alemanes Dervis y Rida Arslan, a quienes encontramos en el hotel Habana Libre.
CON SABOR CUBANO
En lugar de comprarle a Arcor, de adquirir los de Nestlé, Lindt, Ferrero Rocher o los Mon Cherry, Cuba puede abastecer sus tiendas y mercados con bombones propios, incluso de sabor autóctono. Víctor Alfredo Perera, jefe de la Unidad Productiva, asegura que el elaborado con Guayabita del Pinar no solo goza de notable aceptación, sino que les resulta muy económico. “Sin embargo, ese lo comercializamos únicamente en el Habana Libre, como un distintivo de la instalación”.
Al inicio, más del 50 por ciento de la materia prima que empleaban era importada. Entonces, decidieron buscar líneas con materia prima nacional y dar rienda suelta a la imaginación. ¿Por qué atarse a la almendra y la avellana, por más probados que estuvieran tales sabores, si con mínimas cantidades de frutos o licores tropicales podían confeccionarlos igual de deliciosos? La vida les da la razón.
En 2011 han evitado compras en el exterior equivalentes a 183 840 CUC, gracias a las 19,2 toneladas de sus productos que han colocado en el mercado en divisas. Y no se trata de una oferta cualquiera sino de bombonería fina artesanal.
Les ha tomado años conseguir el prestigio con que cuentan, pero ellos no miran hacia atrás sino que sueñan en grande, y convierten en realidad cada anhelo. Ahora se empeñan en crear un bombón identificado con los famosos tabacos cubanos.
De la misma manera, experimentan a fin de hallar la fórmula precisa para un bombón afrodisíaco a base de jengibre. La competencia con la marca La Aurora, de la Fábrica Internacional de Chocolatería, los hace ser cada vez más ambiciosos y buscar la calidad, idear constantemente nuevos surtidos, sabrosos y económicos, y ganar en volúmenes de producción que les distingan del resto.
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Cubahora
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