quarta-feira, 22 de agosto de 2012

A PROPÓSITO DEL 90 ANIVERSARIO DE LA RADIO CUBANA


Luis Casas Romero / Foto tomada de Internet 

Por Pedro Martínez Pírez
 
El 22 de agosto la Radio Cubana cumple nueve décadas de existencia, y a propósito de la fecha se desarrolla en La Habana una Bienal internacional sobre ese medio al cual asisten radialistas de Colombia, Venezuela y México, además de los cubanos.

El fundador de la radio en Cuba fue el destacado músico y patriota cubano Luis Casas Romero, quien con su hijo Luis Casas Rodríguez instaló en 1920 una planta de radioaficionados, y dos años después lanzó al aire la pequeña emisora identificada como “2LC”.

Durante la etapa que transcurre desde 1922 hasta el triunfo de la Revolución el primero de enero de 1959 fue la radio el medio de mayor impacto e influencia en Cuba. Y se le atribuye con razón a la radio un importante papel en la formación de la conciencia social y política del pueblo cubano.

Radio Rebelde fue, desde el 24 de febrero de 1958, un eficiente medio utilizado en la Sierra Maestra por los guerrilleros comandados por Fidel Castro que combatieron a la dictadura pronorteamericana de Fulgencio Batista.

Desde 1959 la Revolución decidió crear una emisora de ondas cortas, que comenzó a transmitir dos años después, para llevar la verdad de Cuba al mundo y romper el monopolio de las poderosas agencias noticiosas controladas por Estados Unidos.

Pero también los enemigos de la Revolución hicieron de la radio un medio para agredir a Cuba. Tan temprano como en mayo de 1960 se inició mediante una planta denominada Radio Swan la guerra radial de Estados Unidos contra Cuba, que se mantiene hasta hoy por medio de la mal llamada “Radio Martí”, creada el 20 de mayo de 1985 con un presupuesto millonario que pagan los contribuyentes estadounidenses.

Pero la radio que groseramente utiliza en sus emisiones subversivas el nombre del Apóstol de la independencia cubana no está sola. Según datos recientes en la actualidad 19 emisoras enclavadas en territorio norteamericano transmiten por 30 frecuencias de radio y televisión más de dos mil horas de programas que buscan cada semana desestabilizar a Cuba, procurando fomentar el sabotaje contra la Revolución y organizar a la llamada disidencia interna con el objetivo de justificar futuras agresiones de mayor envergadura contra la nación caribeña.

A la guerra radial se sumó la televisiva a partir de 1990, también utilizando el nombre del más universal de los cubanos para identificar una planta de televisión que no se ve en Cuba, pero le cuesta millones a los contribuyentes norteamericanos.

La guerra radial y televisiva contra Cuba viola numerosas normas que regulan el uso de frecuencias a nivel internacional. Según datos recientes del Ministerio cubano de la Informática y las Comunicaciones las interferencias provenientes de Estados Unidos resultan perjudiciales a los servicios que presta ese organismo, y han provocado pérdidas por más de 800 millones de dólares.

A la ilegalidad de Washington, se une la inmoralidad y desfachatez en el uso del nombre de José Martí para las emisiones subversivas de radio y televisión. No le es suficiente a Estados Unidos aplicar durante más de cincuenta años el criminal bloqueo económico, comercial y financiero, ni tampoco mantener por más de un siglo una base naval en el territorio cubano de Guantánamo, contra la voluntad del pueblo y el gobierno de Cuba.

“Viví en el monstruo y le conozco las entrañas; --y mi honda es la de David”, dijo José Martí a su amigo mexicano Manuel Mercado en la víspera de su heroica caída en Dos Ríos el 19 de mayo de 1895. En estos noventa años de la radio los cubanos no olvidan las palabras del Maestro ni las ofensas del imperio.

La Habana, 21 de agosto de 2012

Tomado de Moncada

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