sábado, 18 de agosto de 2012

VIH: ¿viene la cura?



Aunque por ahora la única medida efectiva para prevenir la infección es usar preservativos, las mejoras en los tratamientos para alargar la vida resultan halagüeños y preparan el camino para una cura definitiva

No basta saber, se debe también aplicar.
No es suficiente querer, se debe también hacer.
Goethe

Las más de 25 000 personas que asistieron a la XIX Conferencia Mundial sobre VIH-sida, desarrollada a finales de julio en Washington, aportaron una mirada más abarcadora desde el punto de vista político, económico y social al enfrentamiento de esta pandemia.

El encuentro concentró el interés de líderes mundiales y representantes de emporios financieros y farmacéuticos, además de personas seropositivas, especialistas de salud y activistas en la lucha contra la epidemia.

Medios de comunicación de todo el mundo reflejaron la gran diversidad de aspectos discutidos en esta conferencia, a la que calificaron de prometedora y muy positiva por los empeños que logró aunar y por el cambio en los mensajes habitualmente desesperanzadores, aunque en algunos casos exageraron el optimismo de la comunidad científica mundial al anunciar el pronto fin de la epidemia.

Nuevamente se confirmó que por ahora la única medida efectiva para prevenir la infección es usar preservativos, pero los reportes sobre el avance de estudios a personas con VIH, la disminución en 2011 de nuevas infecciones (20 por ciento menos que en años anteriores) y las mejoras en los tratamientos para alargar la vida, resultan halagüeños y preparan el camino para una cura definitiva.

Esa esperanza ocupó la mayor parte del debate sobre descubrimientos y ensayos clínicos. El vicepresidente de la Iniciativa Internacional por una Vacuna contra el Sida, Rick King, aseguró en conferencia de prensa en Washington que las investigaciones están dando frutos, pero todavía no estamos a un paso de erradicar la enfermedad: «Pasarán más de dos años hasta que tengan lugar nuevas pruebas. En cinco o seis años habremos probado varias vacunas diferentes y tendremos más confianza».

La futura vacuna deberá centrarse en dos puntos de ataque: prevenir la infección y evitar el traspaso del virus entre células, lo cual implica hallar una fórmula que estimule a los anticuerpos inhibidores de ambos procesos.

Esto supone superar tres retos principales: la diversidad de caras que tiene este virus (causada por la gran variedad genética de la especie humana), su alta capacidad de mutación y su habilidad para afectar células esenciales del sistema inmunológico.

Vivir, no sobrevivir

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