La XVI Cumbre de los No Alineados aborda, entre otros temas, el uso de la energía atómica con fines pacíficos; una práctica desarrollada en Cuba desde hace varias décadas...
Carol Muñoz Nieves
30/08/2012
El empleo de la energía atómica con fines pacíficos en Cuba ha deslindado caminos, en ocasiones de forma discreta, aunque responsable, desde los primeros años del triunfo revolucionario de 1959.
El empleo de la energía atómica con fines pacíficos en Cuba ha deslindado caminos, en ocasiones de forma discreta, aunque responsable, desde los primeros años del triunfo revolucionario de 1959.
Ese uso es regulado hoy por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) de las Naciones Unidas, reconocido por Cuba como la autoridad competente para verificar el cumplimiento del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares –suscrito también por la Isla-.
Las primeras incursiones en dicha práctica se remontan a la década del ´40 del siglo XX, con la introducción de equipos de terapia con rayos X; pero en aquellos momentos no existían regulaciones para controlar la utilización de las fuentes radiactivas, ni la protección del personal involucrado.
A partir de 1959, se continuó utilizando la energía atómica con fines médicos; y se avanzó sostenidamente en la protección contra los posibles efectos nocivos para la vida, la salud, los bienes y el medio ambiente.
De tal modo, en los años ´60 se desarrolló la infraestructura para utilizar las técnicas nucleares en la biomedicina y la radiobiología, y posteriormente se comenzó a desarrollar a gran escala la radiofarmacia -Los radiofármacos o trazadores son sustancias que se introducen en el cuerpo para ser monitoreadas y que permiten obtener imágenes; proceder que ha hecho posible el dictamen precoz en patologías óseas, cardiología y oncología, así como infecciones y nefrología-.
Más adelante, en 1976, la URSS y Cuba suscribieron un programa nucleoeléctrico como parte de un convenio bilateral, que incluía la central electronuclear de Juraguá, en Cienfuegos, y otras dos plantas en el occidente y oriente de la Isla.
Aunque ese último aspecto del proyecto, dirigido a la generación de electricidad, se vio truncado con la caída del campo socialista, otras direcciones del programa continuaron siendo potenciadas. Por ejemplo, en 1987 Fidel Castro inauguró el Centro de Estudios Aplicados al Desarrollo Nuclear para las investigaciones de física nuclear, radiobiología, ciencia de los materiales, química analítica y electrónica nuclear, así como para la asimilación y desarrollo de nuevas tecnologías y equipos médicos.
FÉRREAS REGULACIONES
En Cuba, las incursiones y los experimentos en torno a ese sensible fenómeno que resulta el uso de la energía atómica, han estado sujetos a los necesarios controles por parte del gobierno y otras instituciones.
Asimismo, la Isla siempre ha demostrado los fines no bélicos de estos procederes, y ha defendido que emplear la fuente energética desde esa perspectiva constituye un derecho inalienable de todos los países.
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