Por Oliver Zamora Oria
Editado por Adriany Hernández / RadioHabana Cuba
Editado por Adriany Hernández / RadioHabana Cuba
Si queremos tener una idea sobre cuán camaleónicos son los políticos estadounidenses en materia de principios, echemos un vistazo al candidato republicano a la vicepresidencia, Paul Ryan. Tomemos como ejemplo sus posiciones hacia Cuba; antes de ser elegido compañero de fórmula de Mitt Romney, este joven congresista poseía récord de votaciones contra del bloqueo.
Defendió durante años y en varias iniciativas el derecho de los norteamericanos a viajar a la Isla y eliminar las restricciones financieras en el comercio entre Washington y La Habana. Hasta ese momento parecía uno de los pocos en Washington convencido de sus ideas y coherente con sus acciones. Como buen partidario del “libre mercado” era lógico que viera en el bloqueo norteamericano hacia la Isla una política irracional y contraproducente.
Tan positiva había sido hasta entonces la política de Ryan hacia La Habana, que su candidatura hizo sonar las alarmas en los sectores más recalcitrantes de la derecha anticubana en La Florida, que hizo un círculo cerrado en torno a Romney desde las primarias republicanas. Un ejemplo, con una mezcla de respeto y prepotencia se pronunció la Fundación Nacional Cubano América, la cual, “dio a conocer” al candidato a vice por qué era necesario la política actual sobre Cuba.
¿Cuál fue el resultado? Este lunes Ryan sacó de la manga un nuevo punto de vista sobre Cuba. Le aseguró a dos medios floridanos, entre ellos a FLDemocracy, que Mario Díaz-Balart era uno de sus mejores amigos en el Congreso y que tanto él como la señora Ileana Ross-Lehtinen le habían explicado la necesidad de mantener el bloqueo y lo imprudente que sería aliviar las presiones sobre el gobierno cubano, o el régimen de Castro, como tanto gusta decir en Washington.
¿Sorprende? No. En uno de nuestros comentarios anteriores advertimos sobre esa posibilidad de cambio, no se necesitaba una bolita mágica, solo era cuestión de conocer y analizar con pragmatismo cómo se mueven los hilos de la política estadounidense. Hasta ahora, Paul Ryan no se había enfrentado a una campaña nacional en Estados Unidos, que requiere conciliar muchos intereses antagónicos, lo cual se logra con una fórmula muy sencilla inventada hace años por la clase política de ese país: decirle a todos lo que quieren oír.
Florida es uno de los Estados más importantes en medio de una coyuntura electoral. La comunidad de origen cubano allí no es mayoritaria, representa un bajo por ciento de la población estadual y más pequeña aún a escala nacional, también se puede ganar el Estado sin el apoyo de ese sector. ¿En dónde radica entonces su importancia? En el dinero, en la capacidad de donar fondos a las campañas, y recordemos, que dinero significa más visibilidad y más posibilidades de colocar tus mensaje en los medios, el verdadero campo de batalla electoral
Ryan se moverá bajo esa lógica. Por lo menos durante la campaña guardará sus principios e intentará conquistar el favor de quienes piensan diferente pero tienen dinero. La sinceridad nunca ha sido una premisa de la política
Fuente: Radio Habana Cuba
http://www.radiohc.cu/especiales/comentarios/20836-cuba-y-la-politica-del-camaleon.html
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