Iroel Sánchez
Las tropas coloniales españolas abandonaron Cuba en 1898 y en vez de entregar la Isla a sus pobladores, que llevaban treinta años combatiendo duramente por la independencia, la pusieron en manos del gobierno norteamericano.
Traicionar a los pueblos parece ser una práctica que los que gobiernan España no han abandonado, porque casi un siglo después, al retirarse del llamado Sahara español, prefirieron entregarlo a Marruecos en vez de a los saharauis que, a diferencia de los cubanos, aún bregan por su soberanía. Marruecos, como hizo el régimen colonial español en Cuba y el Sahara, y hace Estados Unidos en Iraq, Afganistán y Guantánamo, asesina, tortura y secuestra, pero nunca ha sido condenado por el gobierno de Madrid, sea del PSOE o del Partido Popular.
La “transición española”, tras la muerte del dictador Francisco Franco, según demuestran documentados libros como La CIA en España de Alfredo Grimaldos y Soberanos e intervenidos de Joan Garcés, fue gestionada por el gobierno norteamericano y ha terminado en una crisis de credibilidad donde los ciudadanos claman contra lo que definen como una dictadura de políticos y banqueros. Pero, aún así, algunos políticos peninsulares quieren exportar su “modelo” a Cuba.
Mal favor le hacen a la memoria del contrarrevolucionario cubano Oswaldo Payá, fallecido por la irresponsabilidad homicida del político del Partido Popular Ángel Carromero, quienes, para nombrar una calle con el nombre del “disidente” en Madrid, argumentan que éste “intentó llevar el modelo español de transición a Cuba”. Dicho esto por un portavoz del Partido Popular, envuelto por estos días en una trama corrupción que abarca a toda su cúpula dirigente, parece más motivo para un escándalo que para un homenaje.
Tomado de La pupila insomne
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