Lima, 19 abr (PL) Si el excandidato presidencial venezolano Henrique Capriles hubiera hecho efectivo su amago de venir a Lima a pedir palestra en la Cumbre de Unasur, se hubiera llevado un chasco, pues su causa sufrió una severa derrota.
Así lo evidencian no solo la declaración final de la Cumbre, sino los lamentos de políticos y medios de prensa afines al político derechista, ante los resultados de la reunión cumbre.
Además, fue derrotado el intento de esos sectores de impedir que el parlamento peruano autorice el viaje del presidente Ollanta Humala a la toma de posesión de su homólogo Nicolás Maduro, quien tuvo su consagración internacional al participar de igual a igual en la reunión.
Parlamentarios progresistas del oficialismo, la izquierda y otros de centro, ganaron la votación y aprobaron ese permiso, enarbolando el principio de no intervención en los asuntos internos de Venezuela, frente al afán de los conservadores, que pretendían desconocer la elección de Maduro.
La causa anti-Maduro perdió también una tercera batalla, cuando un grupo de seguidores de Capriles intentó presionar en las calles a la cumbre, pues trabajadores y estudiantes peruanos y venezolanos les salieron al frente, disuadiéndolos sin violencia.
La Cumbre Extraordinaria de la Unión de Naciones de América del Sur (Unasur) convirtió en unanimidad explícita el consenso diplomático de la subregión, de reconocer la victoria electoral de Maduro.
Más aún, la declaración final del encuentro culminado esta madrugada agregó a la reiteración de ese reconocimiento, la exhortación a Capriles, sin nombrarlo, a reconocer el resultado de la elección del domingo, es decir su derrota, y a presentar cualquier reclamo en las instancias legales de Venezuela.
También llamó al diálogo y al cese de la violencia, desatada por la oposición, y destacó la auditoría complementaria de las mesas de votación anunciada por el Consejo Nacional Electoral, lo que reconoce la institucionalidad venezolana.
Pese a que en los contactos previos se había planteado un posible rechazo a la intervención externa en Venezuela, el documento no contiene referencias a la intromisión de Estados Unidos a favor de Capriles, que denunció antes del encuentro el presidente de Bolivia, Evo Morales.
Fuentes diplomáticas atribuyen la omisión a las objeciones de la minoría de gobernantes afines a Washington, pero anotaron que el contenido del pronunciamiento es un deslinde explícito con esa injerencia, pues contradice la posición norteamericana, de apadrinamiento a Capriles.
Los resultados motivan la satisfacción de sectores democráticos y la furia y el lamento de políticos y comentaristas conservadores, que los consideran una victoria de Maduro.
Una voz emblemática entre esos lamentos es la del expresidente Alan García, quien atacó al gobierno venezolano y denostó a Unasur por no apoyar a Capriles y llegó a llamarla "manada", confirmando la fobia a la integración que demostró durante su último gobierno.
mgt/mrs
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