segunda-feira, 22 de abril de 2013

Se desinflan los viajeros disidentes, en Miami y en el mundo



Por Edmundo García

Si alguien lo hubiera dicho en Miami hace veinte días pocos lo hubieran creído: si alguien repasa las páginas de El Nuevo Herald y Diario las Américas, o cliquea la web de la llamada Radio y Televisión Martí, o sintoniza Radio Mambí u otra emisora de Univisión Radio, o pone los canales de la televisión local, o revisa la programación de actos de la Universidad Internacional de la Florida (FIU) y la Universidad de Miami, o la lista de las venideras celebraciones del Big Five Club o el Coral Gables Country Club, si alguien hace eso, no encontrará ninguna noticia fresca relacionada con Yoani Sánchez. Se ha borrado del mapa. Y no es que hayan dejado de empujarla, ¡qué va!, en Yoani se ha invertido mucho tiempo y dinero para desecharla tan rápido. Está claro que sus diseñadores siguen haciendo un esfuerzo por mantenerla a flote. No hace mucho cometieron la osadía y el ridículo de nombrarla jurado del Premio de Periodismo José Ortega y Gasset, pero el problema es que ya ese globo no tiene remedio. Una de las últimas hazañas que la prensa hegemónica reportó sobre Yoani fue su viaje a Perú, desde donde anunció que no asistiría a la reunión programada por la llamada Fundación Libertad con lo más reaccionario de la derecha hispanoamericana en Buenos Aires y Rosario, cuna del Comandante Ernesto Che Guevara.

La bloguera pretextó que estaba enferma, aunque ella misma publicó fotos de un paseo por algunos sitios de Lima en las que se veía saludable, mientras Univisión la mostró en unos puestos probando con satisfacción varios tipos del famoso ceviche peruano. ¿De verdad se enfermó o no quiso afrontar el rechazo de los jóvenes solidarios con la revolución cubana que allí la esperaban? A propósito, la prensa peruana apenas se hizo eco de la presencia de Yoani en su país, donde se reunió con un connotado derechista y unos pocos amigos; algo que contrasta con la visita a Lima del trovador cubano Silvio Rodríguez, anunciada y reportada por periódicos como El Comercio y La República, que nadie puede acusar de ser amigos de la revolución cubana. A diferencia de la soledad peruana de Yoani Sánchez, Silvio contó con el calor de miles de jóvenes y personas de todas las edades que asistieron a su concierto en el Estadio Monumental el pasado viernes 19 de abril. Tengo que decir que este desinfle de Yoani Sánchez lo pronosticamos con tiempo en el programa La Tarde se Mueve, donde los colaboradores Eddie Levy y Lázaro Fariñas, con la experiencia de haber vivido durante décadas en Miami, citaron varios casos de supuestos opositores igualmente inflados por la prensa que al poco tiempo los devolvieron al olvido por inservibles.

Y quiero reconocer también que en más de un programa de participación telefónica muchos oyentes predijeron el descarte miamense de Yoani Sánchez. La Tarde se Mueve se ofreció para que algunos de estos ex famosos opositores echados en el abandono contaran su experiencia; en particular invitamos públicamente al programa más de una vez a Paula Valiente y Reyna Luisa Tamayo. A Paula Valiente la Fundación Nacional Cubano Americana y Jorge Mas Canosa la elevaron tanto que llegó a ser paseada en una carrosa en el carnaval de la calle 8 de Miami representando a la Virgen de la Cridad del Cobre, pero luego fue mercancía propagandística descontinuada por el tiempo y dicen que por la manifestación de un mínimo desacuerdo con los extremistas. A Reyna Luisa Tamayo y su familia la recibieron con bombos y platillos; los congresistas de Miami se la disputaban junto al llamado Directorio Democrático Cubano de Orlando Gutiérrez Boronat y Janisset Rivero, sus entonces protectores. La familia Zapata Tamayo había sido ubicada bajo un programa en Arizona y la congresista Ileana Ros-Lehtinen consiguió que se quedara en Miami argumentando que ir a Phoenix o Tucson era como sufrir un doble destierro. Deben estarlo lamentando. No pasó mucho tiempo para que Reyna Luisa fuera olvidada por la prensa y por los políticos locales y tuviera que salir públicamente a pedir que le ayudaran a conseguir un trabajo. Casas para limpiar y así poder ganarse la comida fue lo único que pidió la una vez famosa crítica de su patria y de su gente.

Continúe leyendo en Cambios en Cuba

Nenhum comentário:

Postar um comentário