sábado, 16 de fevereiro de 2013

Los difamadores de Cuba metidos en un mal “báun” con la reforma migratoria




Bertha Soler y Yoani Sánchez se benefician de la reforma migratoria del gobierno cubano. ¿Ellas no eran las perseguidas? ¿Cómo es que pueden entrar y salir de Cuba libremente?

Por: Edmundo García

Los difamadores y enemigos de Cuba están metidos en un mal “báun” (bound) con la reforma migratoria cubana. No saben qué hacer y les siguen anotando carreras. Primero dijeron que la reforma migratoria iba a ser selectiva políticamente y no ha sido así: todos los llamados opositores y disidentes que cumplen los requisitos generales establecidos en la ley, que es sumamente amplia, pueden viajar. Después pretextaron que aunque les dejaran salir los iban a presionar para que no hicieran críticas a la revolución y no ha sucedido nada de eso. Eliecer Ávila se ha despachado a su gusto contra su país y desde Suecia ha posado como especialista en internet cubana para Radio Martí, una emisora del gobierno norteamericano en Miami, haciendo supuestas “revelaciones” y descaracterizando blogs como los de Manuel Lagarde, Yohandry Fontana y Percy Alvarado.

Anoche salió con una gran sonrisa por el aeropuerto de La Habana Rosa María Payá, hija del fallecido Oswaldo Payá, hacia Suiza y España donde ha anunciado que hablará sobre los “derechos humanos” en Cuba. Ya podemos imaginar lo que va a decir, ya se ven venir sus calumnias y sin embargo nadie le impidió que viajara. Bertha Soler, coronela jefa de las Damas de Blanco encargada de reportarle a la SINA quienes van o no van a sus marchas para recibir lo que todos saben, también viajará a Panamá a hablar de “derechos humanos” y recoger premios, que no son motivos personales sino claramente políticos, y tampoco nadie le ha puesto trabas en su tramitación. Casualmente andan circulando en la red unas declaraciones de Bertha Soler donde dice que si su sangre tiene que correr pues sin dudas correrá; en verdad, lo único que se ha visto correr por su lado son rollos de dólares norteamericanos que ella misma reparte. Y ni hablemos del caso de Yoani Sánchez, a quien le han preparado un tour propio de un canciller o un jefe de estado que incluye más de una decena de países; sin que se aclare quién paga todo esto, aunque cualquiera lo imagina. Tampoco se le han puesto trabas a Yoani, así que nadie puede hablar de discriminación política en la aplicación de la reforma migratoria. En el caso de Yoani, ella que habla tanto de “deberes y derechos ciudadanos”, cabe esperar que a su regreso pague voluntariamente los impuestos que debe sobre el medio millón de euros recibidos por premios y otras actividades, como se haría en cualquier país del mundo.

Luego aseguraron que no les iban a dejar regresar y la verdad que ninguno de los potenciales viajeros se ha quejado al respecto. La mayoría de ellos regresará sin dudas porque saben que fuera de Cuba serían desechados en el primer mes como les sucedió a la madre y familiares de Orlando Zapata Tamayo. Fuera de Cuba el dinero está muy bien repartido, así que tienen que regresar para luchar lo que llega. También auguraron que una vez puesta en vigor la reforma se iba a producir una avalancha de cubanos en las embajadas, oficinas migratorias y agencias de viaje para escaparse de Cuba. También les salió el tiro por la culata. Ha sido un proceso normal que depende ahora de los recursos del viajero, de la carta de invitación cuando sea necesaria y de la visa del país receptor. Como dice un colega de Cuba Información, ya en Cuba es más fácil sacar un pasaporte para montarse a un avión que una licencia para manejar un carro.

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