Como antes hicieron famosos bandidos, Estados Unidos persigue las transacciones bancarias cubanas para robar nuestro dinero…
Siguiendo el ejemplo de Jesse James, Bonnie y Clyde, y hasta algunos mafiosos más modernos, el gobierno de Estados Unidos está empeñado hoy en robar los bancos cubanos, amparándose en el entramado de leyes que conforman el bloqueo a nuestro país.
En los últimos meses, Washington ha endurecido el hostigamiento al sector bancario y financiero cubano, hostilidad que se ha extendido, como una plaga maldita, a instituciones financieras y bancarias extranjeras para limitar las operaciones con nuestros bancos.
El argumento que emplean las autoridades estadounidenses es que Cuba aparece en la lista de los estados patrocinadores del terrorismo y en esa falsedad se apoyan para bloquear las relaciones bancarias.
Durante el último año, aumentó en más de un 57 por ciento el monto de las pérdidas cubanas por la imposibilidad de emplear el dólar en las transacciones externas y se incrementó también el monto de fondos retenidos, rupturas de contratos y litigios.
Como no se puede emplear la moneda estadounidense en el comercio hay que recurrir al mecanismo llamado de Doble Forex, que no es más que emplear otras monedas diferentes al dólar, con el consiguiente encarecimiento de los costos.
Pero el gardeo no es solo contra las instituciones cubanas, sino contra todo lo que huela a relaciones con Cuba.
El poderoso banco estadounidense JP Morgan Chase tuvo que firmar un acuerdo con el gobierno norteamericano y accedió a pagar una multa de 88,3 millones de dólares por violar restricciones instituidas por la Casa Blanca para tratados comerciales con Cuba, Irán y Sudán.
Durante el pasado año, la nefasta oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC por sus siglas en inglés) multó a dos entidades por un total de 198 mil dólares por realizar transacciones a Cuba, mientras otras tres tuvieron que pagar una multa conjunta ascendente a casi 90 millones.
En septiembre del pasado año, el banco español BBVA comenzó a ser investigado por la entidad norteamericana a cargo de la seguridad en las transacciones financieras por su presunta participación en 1996 en una inversión de unos 20 millones de euros para establecer una sociedad con la Oficina del Historiador de La Habana.
Dos meses después, en noviembre de 2011, la OFAC sancionó a la sucursal neoyorquina del banco alemán Commerzbank a pagar una multa de 175 mil 500 dólares por servir de consultor y garante de un nacional cubano en el pago a una compañía canadiense.
Más cercano en el tiempo, a inicios de este mismo 2012, una entidad bancaria europea rechazó la apertura de una cuenta corriente en euros de un banco cubano, al referir que esa cuenta no se ajustaba a la estrategia del banco para ese tipo de producto, a pesar de que meses antes había aceptado la solicitud cubana.
Por esos mismo meses, otro banco europeo, corresponsal de una institución cubana y con el que antes no había problemas, retuvo los fondos de un grupo de pagos a empresas cubanas en los que actuaba como intermediario, con el argumento de que por las restricciones de la OFAC necesitaba más información sobre esas operaciones.
También una entidad bancaria asiática se negó a tramitar una operación de exportación de una empresa cubana, como consecuencia de que los documentos relaciones con esa venta fueron retenidos en Estados Unidos. Esa situación obligó a retornar las mercancías a Cuba.
La persecución contra los bancos cubanos se manifiesta en el cierre de cuentas en bancos extranjeros, la negación a confirmar o avisar de cartas de crédito, o el rechazo a realizar pagos de entidades bancarias cubanas.
Tomado de Cubahora
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