Por Andrés Gómez*
Foto Virgilio Ponce
-Martianos-Hermes-Cubainformación
“El 6 de septiembre de 1960, el subsecretario de Estado, Lester D. Mallory, escribió la más concisa, exacta y duradera definición de los objetivos del bloqueo contra Cuba y cito: “provocar el desengaño y el desaliento mediante la insatisfacción económica y la penuria (…), debilitar la vida económica negándole a Cuba dinero y suministros con el fin de reducir los salarios nominales y reales, provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno”.
Es este el primer párrafo del elocuente e irrebatible discurso pronunciado el martes 13 de noviembre por el Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, ante la Asamblea General de las Naciones Unidas al presentar la Resolución de Cuba condenando el Bloqueo impuesto al pueblo cubano por más de medio siglo por Estados Unidos, Resolución que fue aprobada este año por el voto de 188 de los 193 Estados Miembros de la ONU.
No conozco mejor manera que citar de este discurso del Canciller cubano y de su réplica al representante de Estados Unidos ese mismo día durante el debate de la Resolución de Cuba, para explicar la naturaleza y los efectos de esta política genocida en la vida del pueblo cubano.
Sobre la naturaleza del Bloqueo: “Por su propósito declarado y sus efectos directos, el bloqueo contra Cuba califica como un acto de genocidio, de conformidad con los incisos b y c del Artículo 2 de la Convención de Ginebra para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio de 1948. Constituye una violación masiva, flagrante y sistemática de los derechos humanos de un pueblo entero”.
Sobre los daños materiales: “Como consta en el informe del Secretario General, los daños económicos acumulados durante más de 50 años, ascienden hasta el año 2011 a un billón sesenta y seis mil millones de dólares, más de un millón de millones de dólares, calculados de manera rigurosa y conservadoras sobre la base de la depreciación de dólar respecto al oro”.
En cuanto a las aplicaciones extraterritoriales y por lo tanto atentatorias al Derecho Internacional durante el gobierno de Obama: “…la realidad de los últimos cuatro años se ha caracterizado por un persistente recrudecimiento del bloqueo […], en particular de su dimensión extraterritorial, a pesar de que esta Asamblea ha aprobado por una consistente y abrumadora mayoría 20 Resoluciones consecutivas, instando a poner fin a esta política.
[…] Durante el gobierno del presidente Obama, las multas [a corporaciones estadounidenses y extranjeras] por sanciones [debido a violaciones de las regulaciones del Bloqueo] ascienden a 2 mil millones 259, 732 dólares y duplican las correspondientes a ambos periodos del gobierno de George W. Bush”.
En cuanto a las afectaciones a la posibilidad de vida de los niños cubanos: “El Cardiocentro Pediátrico William Soler no dispone del medicamento [estadounidense] Levosimendán que se emplea para el tratamiento de problemas cardíacos asociados a la capacidad de bombeo del corazón en los niños pequeños. No lo pueden utilizar porque se le ha negado su suministro debido a que es producido por los laboratorios [estadounidenses] Abbot.
En el servicio de cirugía cardiovascular de ese hospital se atienden anualmente entre cien y ciento diez niños menores de un año de edad, que en más del noventa por ciento de los casos necesitan intervención nutricional, para ser sometidos a una operación quirúrgica con mejor pronóstico. Nuestra nación no tiene acceso a los suplementos alimenticios para uso parental producidos en Estados Unidos, que se reconocen entre los más efectivos y de mayor calidad.”
Sobre la ayuda humanitaria: “El Delegado de Estados Unidos miente cuando afirma que su país es uno de los principales donantes de ayuda humanitaria a Cuba. Usa datos falsos que incluyen los millones que la USAID usa para subvertir el orden constitucional en mi país; los montos de licencias comerciales que no se materializan y las pequeñas, pero sentidas y generosas donaciones que las organizaciones no gubernamentales, en desafío a la política de su gobierno, sobrepasando enormes obstáculos, hacen llegar a Cuba.
Los emigrados cubanos, como otros, ahorran de sus remesas con duro trabajo; no son estas ‘ayudas’ humanitarias del gobierno norteamericano.”
A pesar de esta política en pie durante más de 50 años el Canciller reiteró, “… la firme voluntad del Gobierno de Cuba de avanzar hacia la normalización de relaciones con Estados Unidos, mediante un diálogo respetuoso, sin condiciones previas, sobre bases recíprocas y de igualdad soberana, sin merma alguna a nuestra independencia y soberanía.”
Continuó el Ministro: “Presento hoy, ahora, nuevamente, al Gobierno de Estados Unidos la propuesta de una agenda para un diálogo bilateral, dirigido a avanzar hacia la normalización de las relaciones, que incluye, como temas fundamentales , el levantamiento del bloqueo económico, comercial y financiero; la exclusión de Cuba de la arbitraria e ilegítima lista de países terroristas; la abrogación de la Ley de Ajuste Cubano y la política de ‘pies secos-pies mojados’; la compensación [al pueblo cubano] por daños económicos y humanos; la devolución del territorio ocupado por la Base Naval de Guantánamo; el fin de las agresiones radiales y televisas, y el cese del financiamiento a la subversión interna.
Prosiguió el Canciller: “Un elemento esencial en esta agenda es la liberación de los Cinco luchadores antiterroristas cubanos, cruel e injustamente presos o retenidos en Estados Unidos. Un acto de justicia o, al menos, una solución humanitaria concitaría la gratitud de mi pueblo y la respuesta de nuestro Gobierno”.
*Andrés Gómez periodista cubano residente en EE.UU. Director de Areítodigital
Fuente original: Martianos-Hermes-Cubainformación
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