Por Vincenzo Basile (Capítulo Cubano)
Era el 2 de noviembre del año 1966 cuando el congreso estadounidense, bajo el gobierno de la administración Johnson, aprobaba lo que se ha convertido en un auténtico genocidio migratorio y ha favorecido uno de los más exitosos capítulos mediáticos contra la Revolución, la Ley de Ajuste Cubano (Cuban Refugee Adjustment Act) que le otorga el estatus de refugiado político, una innumerable serie de ventajas sociales y, tras un año y un día del arribo, la residencia permanente a todo cubano que por cualquier vía -legal o ilegal- llegue a territorio norteamericano.
En primer lugar, la citada ley ha estimulado las salidas ilegales de la Isla, ya que por un lado el gobierno estadounidense otorga un número límitado de visas anuales a los ciudadanos cubanos que, legalmente, quieren viajar a Estados Unidos y, por el otro, admite en territorio nacional a cualquier cubano que pise suelo norteamericano.
Eso, durante los años, se ha convertido en un auténtico robo de cerebros por parte del gobierno norteamericano y, a la vez, ha provocado incalculables pérdidas de vidas humanas, explotando la pobreza y el intento de miles de familias cubanas de buscar mejores condiciones de vida, emigrando hacia el poderoso vecino del norte, sobre todo tras la desaparición del campo socialista en 1991, el comienzo del llamado periodo especial en Cuba y el recrudecimiento del bloqueo impuesto por el gobierno de Estados Unidos.
Es decir, el gobierno norteamericano, tras el derrumbe de la Unión Sovietica y la grave crisis económica que afectó a la Isla que perdió sus mayores socios comerciales, recrudeció el bloqueo contra Cuba para damnificar aún más la débil economía cubana. Luego, explotando la miseria, el hambre y la desesperación que había contribuido a crear, dificultó los canales legales para emigrar a Estados Unidos y para muchos cubanos la última solución fue convertirse en balseros para buscar un futuro mejor.
En segundo lugar, todo esto ha servido de pretexto para crear uno de los más grandes y exitosos tópicos de la manipulación mediática contra la Revolución cubana, es decir el hecho de que la población cubana huye de Cuba. Cerrando todo tipo de acceso legal a territorio estadounidense y estimulando las salidas ilegales, en la forma que se acaba de explicar, el gobierno norteamericano ha logrado convertir al emigrante cubano en un refugiado político que huye de lo que, a lo largo de los años, ha sido identificado como régimen cubano.
En ese último sentido, la ley ha permitido crear una imagen completamente falsada de la emigración cubana, que casi en su totalidad lleva matriz económica, asociándola siempre más a un fenómeno político. La construcción mediática ha sido muy fácil. Ocultando siempre más el carácter genocida del bloqueo contra Cuba y las dificultades para emigrar legalmente a Estados Unidos, los poderosos medios occidentales, al servicio de lo más grandes poderes políticos, han presentado al mundo imágenes de cubanos prisioneros en su proprio país que, para escapar y buscar libertad, se lanzan al mar en balsas de maderas, pidiendo ayuda al histórico enemigo del régimen cubano que ofrece ayuda, apoyo y la oportunidad de una nueva vida en libertad.
El resultado, como afirmado, ha sigo un gran éxito. En cualquier parte del mundo, hoy en día, es opinión universalmente aceptada que, mientras toda la emigración caribeña y centroamericana tiene matriz económica, el emigrante cubano es un refugiado político que busca libertad y, sobre todo, se ha consolidado la idea que es el gobierno cubano que impide a su pueblo las salidas legales del país. Hay que decir que todo eso ha sido respaldado a lo largo de los años por la política migratoria cubana y su anacrónico, pero a la vez necesario, permiso de salida que ha permitido difundir la idea de que Cuba es una especie de isla-prisión.
Pero algo está cambiando y va a destruir el gran éxito mediático. El gobierno cubano acaba de aprobar un decreto que reforma radicalmente la ley migratoria y elimina el citado permiso de salida. Ahora el trabajo de los medios internacionales se hará un poco más complicado ya que tendrán que explicar a la opinión pública mundial por qué razón, cada año, miles de cubanos, a pesar de esa reforma, seguirán lanzándose al mar
Fuente: Capítulo Cubano
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