Foto EFE |
Cobra fuerza la posibilidad de una operación terrestre. El número de palestinos muertos asciende a 28. Cae un cohete en las inmediaciones de Jerusalén
La ofensiva de Israel en la llamada operación Pilar Defensivo se ha cobrado ya la vida de 28 palestinos después de que en uno de sus últimos ataques contra Gaza el Ejército hebreo haya matado a un líder de la milicia de Hamás, Ahmed Abu Yalal, a dos de sus hermanos y a un vecino. Del total de muertes producidas desde el miércoles pasado la mitad son civiles palestinos, entre ellos siete niños, tres ancianos y dos mujeres, además de los tres israelíes muertos por un cohete lanzado desde la franja.
Sólo hoy, Israel ha efectuado 238 bombardeos en Gaza pese a la tregua con motivo de la visita del primer ministro egipcio, Hisham Qandil, para mostrar su solidaridad con los palestinos de la franja, donde los hospitales empiezan a sufrir escasez de suministros médicos. Desde el comienzo de la ofensiva, más de 250 personas han resultado heridas, entre ellas 70 mujeres y niños.
Por si no fuera poco, el Gobierno israelí ha aprobado la movilización de 75.000 reservistas en un aparente paso decidido hacia una invasión terrestre de Gaza. El ministro israelí de Defensa, Ehud Barak, había aprobado horas antes, tras la continua caída de cohetes en territorio israelí, una petición especial del Ejército de ampliar la movilización de reservistas por encima de los 30.000, a los que había dado luz verde ayer. Se trataría de la mayor cifra de reservistas movilizados en en décadas y muy por encima de las de la guerra con Hizbulá en 2006 y la ofensiva Plomo Fundido en Gaza, dos años después.
El canal 10 de la televisión israelí informó de que hasta ahora han sido movilizados en la práctica alrededor de 20.000 pero que se espera la llegada de miles de tropas hasta mañana. Asimismo, una soldado en declaraciones a EFE dijo que "bases enteras han quedado vacías" para desplazar fuerzas a la frontera. El Ejército ha informado de que toda la región alrededor de Gaza ha sido declarada "zona militar" y las carreteras están cortadas.
Por su parte, las milicias palestinas han disparado alrededor de 200 cohetes, de los cuales la mitad fueron interceptados por el sistema de defensa anti-misiles de las fuerzas hebreas. Uno de ellos ha caído cerca de Jerusalén y según ha especificado la edición electrónica del diario Yediot Aharonot lo hizo "entre una localidad israelí y una aldea palestina, más cerca de esta última". Un minuto antes de la explosión, las sirenas antiaéreas se habían oído en toda Jerusalén por primera vez desde la Guerra del Golfo de 1991, aunque la última vez que la ciudad se vio envuelta en este tipo de ataques fue en 1970, según el diario Haaretz.
A lo largo de la jornada, el estruendo de bombas y los silbidos de los cohetes fue constante y en las calles de Gaza capital circulaban pocos coches, algunos más desde que cayó la noche. En Gaza capital, largas colas se agolpaban en las gasolineras en las que, además de repostar los coches, acudían peatones para llenar bidones con los que alimentar los generadores eléctricos. También se veía a hombres con bombonas de butano o bolsas llenas de pan para llevar a sus casas.
El presidente palestino, Mahmud Abás, ha asegurado desde Ramala que la ofensiva israelí no frenará la votación para conseguir el estatus para Palestina como Estado no miembro en la Asamblea General de la ONU, el próximo día 29. "Insistimos en ir a Naciones Unidas sean cuales sean las circunstancias", dijo Abás en una declaración televisada al comienzo de una reunión de urgencia de la dirección palestina.
Abás afirmó que "todo lo que Israel está haciendo tiene como objetivo bloquear nuestro empeño en ir a Naciones Unidas", en referencia a la operación "Pilar Defensivo", lanzada el miércoles y en la que han muerto hasta el momento 27 palestinos. "La actual agresión muestra que Israel sigue negando nuestros derechos", señaló el presidente palestino, quien subrayó que "Israel debe entender que, sin hacer la paz, nunca disfrutará de seguridad".
Tras pedir "mayores esfuerzos para lograr la reconciliación" entre la facción que lidera y vertebra el Gobierno de Ramala, Al Fatah, y el movimiento islamista Hamás, que controla Gaza, Abás relató que recientemente trató sin éxito de contactar con el máximo líder de esa formación, Jaled Meshal, que vive en el exilio, y con el jefe del Gobierno en Gaza, el también islamista Ismail Haniye. Meshal "estaba ocupado y traté de contactar a Haniye para escuchar de él lo que está pasando pero no respondió", afirmó Abás.
En tanto, el presidente de EEUU, Barack Obama, ha telefoneado al primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, para hablar sobre la "espiral de violencia" en la franja y ambos expresaron preocupación por la situación de la población civil. Obama y Erdogan coincidieron en que "la continua espiral de violencia pone en peligro las perspectivas de una paz duradera para la región", según un comunicado divulgado por la Casa Blanca. Además, Obama subrayó su compromiso de "avanzar hacia la meta de la paz en Oriente Medio".
Ambos líderes "su deseo común de ver el fin de la violencia", detalló la Casa Blanca. Antes de hablar con Obama, Erdogan criticó a Israel por sus ataques y acusó al Gobierno de ese país de actuar por razones electoralistas. "Antes de las elecciones (de enero) están disparando contra esa gente inocente en Gaza por razones que se inventan", manifestó Erdogan en declaraciones a la prensa en Estambul
Fuente: Público.es
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