sábado, 9 de março de 2013

Opinión: ¿La muerte de Hugo Chávez fue inducida o natural?


 
Por Vicky Peláez

Cubasi.cu - / Ria Novosti Sábado, 09 Marzo 2013 09:28

Todo aquello que está debajo de la tierra, el tiempo lo sacará a la luz del sol (Quinto Horacio Flaco, 65 a.C-27 a.C.)

Latinoamérica está de duelo al perder a su líder indiscutible e irreemplazable, Hugo Chávez. Su deceso, anunciado con anticipación por sus detractores e inesperado por sus seguidores, ha desatado una aguda polémica en la opinión pública mundial sobre la posibilidad de una muerte inducida.

Muchas preguntas están flotando en el aire y perturban la conciencia humana, entre ellas ¿cómo es que sabían los medios de comunicación globalizados, desde el comienzo del 2012, que Hugo Chávez moriría en la primavera de 2013? ¿Es posible inocular cáncer a una persona o en otras palabras, inducir sutilmente esta enfermedad a un ser humano?

Lo curioso es que apenas fallecido Hugo Chávez, los medios de comunicación al servicio del neoliberalismo mundial han iniciado una agresiva campaña mediática post- mortem contra este hombre cuya muerte lo convierte en una leyenda que perdurará los siglos, igual como sucedió con Simón Bolívar y muchos héroes caídos luchando por sus ideales.

Precisamente este hecho de inmortalidad es muy difícil de digerir para los escribanos “iluminados” que tratan de simplificar todo y en especial, negar la posibilidad de una muerte inducida a la persona que ha sido considerada por el Departamento de Estado norteamericano, según The Huffington Post, “El enemigo de Estados Unidos”.

También fue detestado por el capital internacional y sus servidores locales. En numerosos artículos los médicos seleccionados y entrevistados por los más grandes medios de comunicación declararon en su mayoría que era un disparate la idea del cáncer “inoculado” a Hugo Chávez. Casi todos los médicos expresaron lo mismo que la presidenta de la Asociación Argentina de Cáncer, doctora Berta Roch quien opinó que “la inoculación quiere decir que uno le inyectó algo a alguien. Eso se realiza en animales de experimentación, con ratitas especiales que están predispuestas para que uno pueda inocular. En un ser humano yo nunca lo escuché. Habrá habido cosas locas en la Segunda Guerra Mundial, pero nunca escuché sobre inocularle a alguien un tumor”.

Lo que no saben o simplemente no quieren reconocer estos especialistas es que los experimentos de los doctores nazis Josef Mengele, llamado “Ángel de la Muerte”, del doctor Wichtmann y sus colegas japoneses del Escuadrón 731, entre muchos otros, transmitieron células cancerosas a los prisioneros durante la segunda guerra Mundial. Muchas de estas pruebas han sido seguidas por médicos norteamericanos.

Basta revisar el caso de una de las figuras más relevantes en la lucha por la independencia de Puerto Rico durante el Siglo XX, Pedro Albizu Campos, conocido como “Maestro” y “el último libertador de América” (1891-1965). Si alguien se entera sobre el calvario que vivió este hombre por atreverse a luchar por la libertad de su pueblo, lo llamaría el Cristo moderno. El próximo mes se cumplirán 48 años de su muerte por un cáncer transmitido por radiación.

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