Y su sentido ético de la profesión hubiera rechazado y denunciado la vileza de El País, enfatizó el politólogo y periodista, Ignacio Ramonet, quien condenó al diario español que publicó la foto falsa que identificó como del presidente Hugo Chávez
Ignacio Ramonet periodista español en Conferencia Internacional Por el Equilibrio del
Mundo.Foto: Roberto Ruiz
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Juana Carrasco
29 de Enero del 2013 14:54:20 CDT
Con citas de José Martí como periodista y teórico del periodismo, Ignacio Ramonet condenó al diario español El País, por su total desprecio del ser humano cuando recientemente —y siguiendo su línea editorial contra las revoluciones bolivariana, cubana, la ciudadana de Ecuador y otras—, publicó la foto falsa que identificó como del presidente Hugo Chávez.
Un crimen contra la ética que no hubiera sido menor si la imagen hubiese sido real. «No merece escribir para los hombres quien no sabe amarlos», sentenció Martí, un concepto ético que repitió al decir: «Si el periodismo ha de ser un culto, que sea a la virtud; no debe hacerse de la pluma arma de satíricos, sino espada de caballeros».
Esa anticipación martiana de las reglas morales rechaza totalmente el acto deshonroso del diario El País, la acción de guerra sucia, el rol político de oposición frente a los gobiernos progresistas con una obsesa y sistemática campaña de intoxicación permanente.
Dijo Ramonet, politólogo, periodista e investigador de la comunicación, que esta vileza de El País se da en un momento en que la prensa escrita, los medios tradicionales, viven una agonía de fin de época, viven la mayor crisis de la reciente historia mediática, se está produciendo a escala mundial una gran extinción de la prensa escrita, cuando termina la era Gutemberg y comienza la era Web, con Internet y las redes sociales desarrollándose a un nivel y velocidad exponencial, con la formación de comunidades digitales con centenares de millones de usuarios.
La conferencia del prestigioso investigador de la comunicación respondió a una pregunta esencial y que abre las puertas del comportamiento ético a los periodistas y en especial a los jóvenes: ¿Qué haría hoy el joven Martí para difundir sus ideas? Y se responde: Si tuviera 16 años —como cuando escribió su primer periódico, El Diablo Cojuelo—, Martí sería un bloguero, un facebookero, un twitero.
Ello corresponde ahora a la precocidad excepcional del joven inquieto, moderno, sin miedo a escribir que fue Martí, como lo son ahora los twitteros.
Ramonet califica a Martí de esencialmente periodista, periodista comprometido, que ejerce un periodismo distinto y que Juan Marinello considera que fue en ese campo del periodismo donde alcanza su más alto nivel.
Martí, dijo Ramoent, tiene una alta concepción de lo que debe ser el periodismo al servicio del ser humano, del bienestar de la humanidad, por eso el Apóstol define a ese periodista como un soldado de la palabra, como alguien que está luchando con un arma particular, la palabra, siempre al servicio del progreso humano y de la ética.
El periodismo sin generosidad es un azote, un periódico generoso es una columna, esa es su concepción elevada, exigente, comprometida de un gran periodista que es a la vez un gran revolucionario.
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