terça-feira, 15 de janeiro de 2013

Actualización migratoria en Cuba apuesta por flujo legal y seguro


Por Waldo Mendiluza *

La Habana (PL) La entrada en vigor el 14 de enero en Cuba de nuevas medidas migratorias genera expectativas y coloca en la palestra un tema que durante décadas ha estado marcado por la política de Estados Unidos hacia la isla.

El Gobierno cubano ubica esa actualización en el propósito de promover un flujo legal, ordenado y estable de personas desde y hacia el país caribeño, cuestión que considera afectada por la agresividad de Washington.

Millones de seres humanos protagonizan en el mundo una movilidad transfronteriza caracterizada fundamentalmente por razones económicas, familiares y sociales, que en el caso de Cuba no es la excepción, aunque en un escenario particular por la hostilidad de Estados Unidos y su uso de la cuestión migratoria como arma política.

De acuerdo con el segundo jefe de la Dirección de Inmigración y Extranjería (DIE), coronel Lamberto Fraga, ante ese panorama, el tema es considerado de seguridad nacional.

La Ley de Ajuste Cubano y la política de pies secos-pies mojados de Washington han sido denunciadas por La Habana como acciones para alentar la emigración ilegal, la comisión de actos violentos, el robo de cerebros y la obstaculización de la cooperación médica internacional.

Esas posturas han provocado la muerte de seres humanos, el tráfico de personas y el secuestro de embarcaciones y aeronaves, cuyos responsables han sido acogidos en territorio norteamericano.

Asimismo, desde la aprobación de la Ley Helms-Burton en 1996, los incidentes relacionados con la migración ilegal constituyen motivo de intervención estadounidense, apuntó Fraga en declaraciones a la prensa nacional.

Por su parte, el secretario del Consejo de Estado, Homero Acosta, advirtió que la actualización migratoria anunciada en octubre pasado no responde a presiones de ningún tipo, y sí a las genuinas aspiraciones y sentimientos profundos de la nación cubana, incluidos aquellos que residen en el exterior.

El 14 de enero entraron en vigor normas que flexibilizan los trámites migratorios, eliminaron la solicitud de permiso de salida para los viajes al extranjero y el requisito de la carta de invitación, así como extendieron de 11 a 24 meses la permanencia fuera del país sin perder la residencia.

Las nuevas medidas posibilitan la salida de menores de 18 años, previa autorización de sus padres o representantes legales, y el hecho de que emigrados podrán visitar la isla por hasta 90 días, a diferencia de los 30 fijados anteriormente.

También normalizan la entrada temporal de quienes migraron ilegalmente después de los acuerdos migratorios de 1994 con Estados Unidos, si han transcurrido ocho años de su salida; y amplían las causas de la repatriación.

MANIPULACIÓN POLÍTICA POR ESTADOS UNIDOS

Pese a que la mayoría de los cubanos radicados en unos 150 países mantiene vínculos normales con sus familiares y tienen posiciones de acercamiento y respeto a su país, Estados Unidos insiste en la manipulación del tema, opinó la experta Ileana Sorolla.

Según la directora del Centro de Estudios de Migraciones Internacionales de la Universidad de La Habana, la hostilidad de Washington representa un obstáculo al movimiento legal, ordenado y seguro de personas.

Las leyes que promueven las salidas ilegales, el robo de capital humano y la suspensión unilateral de las conversaciones migratorias ilustran esa postura.

Este escenario tiene particular impacto en el flujo migratorio entre los dos países, considerando que alrededor del 85 por ciento de los cubanos radicados en el exterior viven en Estados Unidos, recordó.

Por décadas el gobierno norteamericano ha tratado de sembrar en la opinión pública internacional la imagen de que los habitantes de la isla buscan abandonarla por su descontento con las autoridades locales.

Al respecto, Sorolla precisó que las causas de la migración, excepto la primera oleada de emigrantes comprometida con el régimen de Fulgencio Batista -derrotado por la Revolución del 1 de enero de 1959- y los intereses del gobierno estadounidense, son las mismas que impulsan la movilidad transfronteriza en el planeta.

En sintonía con el comportamiento del fenómeno mundial de la emigración, los cubanos que dejan su país lo hacen fundamentalmente por causas económicas y familiares, cuestión manipulada con fines políticos por Estados Unidos, expuso.

Para la experta, el flujo de personas en el mundo está asociado a "los enormes desafíos que enfrenta la humanidad, derivados de la polarización de la riqueza que ha profundizado la brecha entre los países del llamado Sur geopolítico y aquellos que concentran los mayores recursos, el acceso privilegiado a la información, el conocimiento y la tecnología".

Se trata del resultado del saqueo sistemático y acumulativo de las riquezas naturales y humanas de los países que hoy son los principales emisores de migración internacional, subrayó.

De acuerdo con Sorolla, además de las causas económicas y las razones familiares, los cubanos salen por otras motivaciones personales, asociadas a factores histórico-culturales que "están en la raíz misma de la conformación de nuestra nación".

CUBANOS OPINAN SOBRE LA ACTUALIZACIÓN

Para la mayoría de los cubanos consultados por Prensa Latina a propósito de la actualización migratoria, esta constituye un paso positivo a fin de estrechar los vínculos familiares y facilitar las salidas al exterior con diversos fines.

El jubilado Manuel Díaz estimó que las medidas en vigor "llegan en un momento oportuno", a partir de las transformaciones socio-económicas que avanzan en la isla de cara a su desarrollo sustentable.

A buena hora, la emigración de hoy no tiene nada que ver con aquella de los primeros años de la Revolución; además, Cuba hace lo suyo para favorecer la emigración legal, ahora falta ver cómo responde Estados Unidos, y si mantiene su agresividad, expuso.

Por su parte, una estudiante de la Universidad de La Habana de nombre Fara consideró que los cambios generan opiniones favorables "porque benefician a muchos y no perjudican a nadie".

*Editor jefe de la redacción Nacional de Prensa Latina.

arb/wmr

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