Memo al presidente Obama: Cuba ha extendido una rama de olivo, ¿EE.UU. no debiera hacer lo mismo?
Por Albor Ruiz
Tomado de NY Dayli News, 20 de enero de 2013
El régimen de Castro ha mejorado las restricciones de viajes para la mayoría de sus ciudadanos, pero hasta el momento, la administración Obama no ha tomado medidas para eliminar el antiguo embargo.
Un pescador cubano pasa frente a un mural en Centro Habana. Funcionarios del gobierno cubano recientemente han tomado medidas para aliviar las prohibiciones de larga data para viajar a EE.UU., pero la administración Obama todavía no ha seguido su ejemplo.
Puede que sea difícil creerlo, pero como señala el boletín Cuba Central News, desde la semana pasada los cubanos tienen más libertad de ver el mundo que los ciudadanos norteamericanos de visitar Cuba.
Esperamos que la ironía no se les escape al presidente Obama y a los miembros del Congreso que finalmente debieran enterrar de una vez por todas ese zombi político que por 50 años ha sido la política de EE.UU. hacia Cuba.
El pasado 14 de enero, La Habana eliminó las restricciones a los viajes para la mayoría de sus ciudadanos que habían estado en vigor desde principios de la década de 1960. Ahora, prácticamente cualquier cubano con una visa y pasaporte válido puede reservar un vuelo. Han pasado los días de la odiada “tarjeta blanca”, el caro y complicado permiso de salida. Ya no se requerirá del permiso oficial para ir y regresar. Con esta medida, el gobierno de Raúl Castro elimina una de las principales excusas de Washington para mantener su contraproducente embargo comercial y prohibición a los viajes.
“Esperamos que el presidente Obama esté prestando atención”, dijo Sarah Stephens, directora ejecutiva del Centro para la Democracia en las Américas, quien agregó que mientras Obama ha realizado algunas reformas, él no ha reconocido que Cuba ha dado pasos significativos.
“Después de que Cuba liberara a veintenas de prisioneros políticos posteriormente a conversaciones con la Iglesia Católica; después de que el gobierno de Castro implementara los cambios más significativos en seis décadas en su modelo económico ; después de que Colombia acudiera a Cuba para que la ayudara a realizar conversaciones de paz con las FARC, la política de EE.UU. continúa en un oficial estado de negación de que sus objetivos se cumplen”, agregó Stephens,
Y además, a nadie debe sorprender. Después de medio siglo, está claro que cualquier intento por implementar una política racional hacia Cuba se enfrentará a todo tipo de obstáculos levantados por aquellos que, a pesar de sus devotas proclamaciones, no les importa en absoluto el pueblo cubano. Hasta el momento, eso se llama hipocresía.
Hablando de hipocresía , el pequeño grupo de cubanoamericanos de Miami que la semana pasada publicó un documento delirante pidiendo la “ayuda del pueblo norteamericano” para detener la “marea roja” proveniente de Cuba, son los campeones indiscutibles. Créanlo o no, estos son algunos de los mismos que durante años han denunciado a Cuba por sus violaciones de los derechos humanos y han exigido con tono de superioridad moral que La Habana permitiera los viajes al extranjero sin restricciones.
Irónicamente, ahora que Cuba ha hecho lo que ellos querían, están decididos a impedir que sus compatriotas visiten a sus familiares y amigos en EE.UU.
Han llegado hasta a adoptar la posición de larga data de Cuba contra la Ley de Ajuste Cubano de 1966 y están pidiendo “un cambio” (que realmente quiere decir su eliminación). La ley permite a los cubanos obtener una tarjeta verde un año después de llegar a EE.UU., lo cual les permite hacerse ciudadano norteamericano mucho más rápidamente que otros inmigrantes.
Aun más extraño es que los políticos cubanoamericanos del sur de la Florida como el senador Marco Rubio y los representantes Ileana Ros-Lehtinen, David Rivera y Mario Díaz-Balart, quienes se venden como grandes protectores de su comunidad, han cambiado también de posición y se han convertidos en firmes enemigos de la ley. Sus motivos, dice el escritor cubano Jesús Arboleya, son bastante pedestres.
“[SU] verdadero objetivo es retardar el acceso de los nuevos inmigrantes a la política local, ya que al hacerlo debilitan la fuerza potencial de un segmento del electorado que los rechaza abrumadoramente”, escribe Arboleya. Es decir, están tratando desesperadamente de posponer su inescapable caída a la irrelevancia. Y para eso están dispuestos a dar marcha atrás y convertirse en aliados del gobierno cubano. Y yo que creía que ya lo había visto todo…
Una vez más, esperamos que la ironía no se les escape al presidente y al Congreso.
"Si vemos un movimiento positivo [EN CUBA] entonces responderemos de la misma manera”, ha dicho anteriormente Obama. Y uno tiene que preguntarse: ¿por qué otra cosa está esperando él?
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