La mayoría de los paises exigen un visado para entrar a su territorio nacional. |
La nueva política migratoria, que entró en vigor en Cuba el pasado 14 de enero, flexibiliza muchos de los trámites de viaje, pero se mantienen las medidas de los países para regular la entrada a su territorio...
18/01/2013
Tres días después de que entrara en vigor en Cuba la nueva política migratoria, algunos de los principales medios de comunicación publicaban una noticia: el Gobierno de Ecuador exigirá, a partir del próximo 21 de enero, una carta de invitación a los ciudadanos cubanos que quieran entrar al país andino. A no pocos impactó esta nueva regulación, pues Ecuador estaba incluido dentro de la exigua lista de naciones que no exigía requisito de visado para los turistas.
De acuerdo con el informe de la cancillería de ese país, la medida “está orientada a contribuir a la vigencia de un flujo migratorio ordenado entre ambos países y a impedir el tráfico de personas”. Se trata de “una declaración jurada ante notario en la cual un ciudadano ecuatoriano o un extranjero con visado de inmigrante se compromete a cubrir todos los gastos de alojamiento, alimentación, y eventual atención médica del invitado durante su estancia”.
El caso de Ecuador no constituye un hecho aislado. La mayoría de los países establece requisitos que regulan la entrada en su territorio. Para que un ciudadano pueda viajar a un territorio extranjero debe solicitar el permiso de entrada a ese país, y este tiene el derecho de decidir si lo aprueba o no, explicó la Licenciada Laura Pullols, especialista del Ministerio de Relaciones Exteriores, durante una entrevista concedida al programa televisivo Al derecho.
Aunque existe un grupo de países que no pide visa a los cubanos, entre los que se hallan Rusia y algunas naciones del Caribe, la especialista no ofreció el listado completo, porque este, aseguró, es variable. La recomendación de Pullols fue que los interesados en viajar acudieran a las agencias de viaje, así como a las oficinas de inmigración, para obtener una información más fidedigna sobre los procesos de visado.
Luego de la puesta en vigor de la nueva ley migratoria, decidimos recorrer algunas de las embajadas ubicadas en Miramar, en la capital cubana, e interactuamos con la población, para conocer algunas de sus principales inquietudes.
El ambiente alrededor de las embajadas visitadas se mostraba muy tranquilo y las personas que estaban allí buscaban información sobre las exigencias de los consulados. El impacto de las medidas todavía resulta muy difícil de medir, pero en los múltiples diálogos establecidos durante el recorrido pudimos constatar que los entrevistados se mostraban a favor de los cambios adoptados.
Freddy Caraballo dice que adora Cuba y que nunca dejaría de vivir en este país, pero que desde niño siempre soñó con visitar Canadá. “Es una noticia que realmente ha impactado, sobre todo porque hay personas que tienen familias que no ven hace tiempo”, aclaró.
Ese sentimiento de satisfacción ante la nueva ley fue compartido por todos los entrevistados, cada uno con motivaciones diferentes: María Esther deseaba ver a sus hijas en Suecia; Aymé González agradecía la posibilidad de llevar a su madre por más tiempo con ella a España, donde reside desde hace 12 años; mientras que Glicet Silva exploraba opciones para poder trabajar en otro país y mejorar económicamente.
En muchas de las entrevistas realizadas, las personas mostraron asombro ante los requisitos establecidos por determinados países para regular la entrada en su territorio.
Frente a la embajada de Suecia en Cuba encontramos a María Esther Ibarra, quien también valoró de muy positivo la eliminación del permiso de salida y de la carta de invitación. “Desde el lunes estoy viniendo y hay bastantes personas en las embajadas. Solo me llama la atención que, por ejemplo, para viajar a Suecia se necesita, además del pasaporte, una carta de invitación, con la que se puede aspirar a la visa”.
Esa también fue una preocupación compartida por la pareja de Glicet y Antonio, quienes mostraron inconformidad con la atención recibida por parte de algunos trabajadores de la embajada de Canadá. “Nosotros vemos que todo está bien con la ley, ahora depende de las embajadas”.
La ley migratoria flexibiliza trámites y procedimientos para los ciudadanos cubanos, pero no puede influir sobre las decisiones de los demás países, por tanto, se mantienen los requisitos de los mismos para aprobar la entrada a su territorio de cualquier ciudadano.
La especialista invitada en Al derecho expuso que muchos países desarrollados establecen requerimientos como el de la carta de invitación, como una forma de limitar la emigración de personas, provenientes de estados subdesarrollados.
El historiador y ensayista Jorge Gómez Barata resumió, en un artículo reciente, el camino que queda desde hoy frente a los cubanos con una ilustrativa frase: “La película se invirtió: ¿Quién privará ahora a los cubanos del derecho a viajar? Era hora de emplazar a los que durante décadas representaron el papel de “buenos”. Ahora se comprobará que a norteamericanos y europeos no les interesan los derechos de los cubanos sino la posibilidad de manipularlos y, otra vez serán colocados antes sus inconsecuencias”.
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