Por Maylín Vidal
10 de mayo de 2012, 13:15Por Maylín Vidal
La Habana, 10 may (PL) Tres robots manipulados desde una pequeña caja, una bomba de humo controlada por teléfono, la relación entre el movimiento de las manos y los códigos web, tecnología y arte se fundirán en varias muestras de la Bienal habanera.
•Artistas cubanos abren muestra colateral de Bienal habanera
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Una de ellas es Open score, inscrita en los 10 proyectos colectivos que se exhibirán desde mañana en el mayor encuentro de las artes visuales de la isla, para la cual trabajan sin descanso desde hace dos días varios de sus protagonistas.
Instalada en el Centro Hispanoamericano de Cultura, ubicado frente al malecón habanero, en el proyecto participan 18 artistas de varias nacionalidades con 15 novedosas propuestas.
El encargado de iniciar este recorrido "tecnoartístico" es el argentino Mariano Sardón y su instalación Libros de arena, un homenaje al fallecido escritor Jorge Luis Borges. Está centrada en la búsqueda de información y cómo Internet es un sistema inacabable, imposible de controlar, dijo a Prensa Latina.
De visita por primera vez a la isla, calificó esta experiencia de fantástica, sobre todo porque la Bienal cubana, a diferencia de otras, abre su espacio a las tecnologías.
Otro de los atractivos lo aportará el canadiense Bill Vorn y sus tres Máquinas histéricas, cada una con un peso de 25 kilos, que detectan la presencia de las personas, de lejos o cerca, y reaccionan según los estímulos que perciban en su ambiente.
Para hacer funcionar sus robots, construidos con aluminio, necesita aire comprimido, un generador, censores, válvulas, tubos, todo controlado mediante una pequeña caja.
Vorn llega por primera vez a la capital cubana para mostrar su arte robótico. Considera un honor estar aquí, no es común para un artista que trabaje con la tecnología participar en una Bienal, opinó.
En Open score cada quien aporta su experiencia con la tecnología desde su propia visión, pero todos con un dominador común: la interactividad constante con el público.
El jardín del error y la decadencia, por ejemplo, es la propuesta de los checoalemanes Michael Bielicky y Kamilla B. Richter, quienes por tercera ocasión traen su obra a los cubanos.
Según explicaron a Prensa Latina este trabajo les tomó siete años de investigación. Su técnica la bautizaron como "narrativa impulsada por datos". Es una metáfora, apuntaron, una reflexión sobre el estado del mundo occidental y cómo todo depende de la economía.
Esta iniciativa, que han llevado a países como China, Italia, Brasil, a primera vista parece un videojuego aunque no lo es. En tiempo real, propone una serie de imágenes que van cambiando según los datos que reciben a través de internet, como el comportamiento de la bolsa de valores y twitter.
El cubano Levi Orta presenta una bomba de humo programada para detonar todos los días a las cuatro de la tarde. Para que no estalle, contó a Prensa Latina, el director de la Bienal debe llamar 10 minutos antes.
En opinión de Luis Gómez, uno de los curadores, la exposición propone un diálogo para discutir y explorar el llamado "iow tech" y "hight tech" y hace guiños a las primeras obras de este tipo realizada por el estadounidense Robert Rauschenberg, en 1961.
En Open score también intervienen creadores como la canadiense Ingrid Bachmann, el español David Maroto y el australiano Barry Moon, entre otros.
mgt/may
Tomado de Prensa Latina
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