Por Edmundo García
Jueves 10 de mayo, 2012
-EDMUNDO GARCIA: Hoy es un día especial porque voy a tener el privilegio de entrevistar a un hombre que es conocido, aunque no es de los que crean alharacas o está constantemente en el escenario; que ha sido partícipe y es protagonista de una parte muy importante de la vida cubana, sobre todo aquí en los Estados Unidos. Se trata del pintor, del artista cubano Vicente Dopico Lerner. Buenas tardes por comparecer por primera vez en “La tarde se mueve”; según me ha dicho, la segunda vez que comparece ante un medio de comunicación.
-VICENTE DOPICO: Sí, producto de un poco de miedo al micrófono, pero estoy bien. Muchas gracias por invitarme.
-EG: ¿Eso es propio de tu condición de artista?
-VD: Es propio, yo tiemblo cada vez que tengo una exposición. Un “opening” para mí es como una tortura…
-¿Y por qué?
-VD: No se. He leído que le pasa a mucha gente. Más cuando te toca hacer una conferencia sobre tu propio arte. Como que te amilanas, porque en fin de cuentas uno lo que hace es pintar, el lenguaje de nosotros es el arte, es visual; al ser visual, uno vive con ese lenguaje dentro de un cuarto. Para ti es fácil porque lo haces todos los días.
-EG: ¿Tú fuiste una persona introvertida?
-VD: Bastante, desde niño.
-EG: ¿Eres de La Habana?
-VD: Soy habanero. Yo no sé de qué barrio, si de Belén o Jesús María. Yo nací en la calle Luz, N. 406. Yo no sé qué barrio es ese.
-EG: ¿En qué año tú llegaste a Miami, Dopico?
-VD: En el 64.
-EG: ¿Y la procedencia familiar tuya cuál era?
-VD: Mi procedencia familiar es muy heterogénea. Mi padre era un español aldeano, de Galicia, que fue para Cuba cuando estalló la Guerra Civil Española y mi madre es una chilena hija de judíos que emigraron a Chile. Ella nació en Chile y luego todos ellos emigraron a Cuba.
-EG: ¿Era una familia clase media, clase alta…?
-No, clase pobre. Trabajadora.
-EG: Tú naciste en 1943, o sea, cuando triunfa la Revolución tú tienes 15 años. ¿Qué impacto tuvo para ti el triunfo de la Revolución?
-VD: Bueno, muy grande, porque yo participé en el último año de la Revolución. Yo estudié en un Instituto de La Habana, que era un lugar muy explosivo, y principalmente muy explosivo a finales de 1958, y yo tuve una participación en la Revolución, de una forma u otra, a finales del 58. Para mi tuvo un impacto muy positivo, yo era un revolucionario activo.
-EG: Y las primeras medidas de la Revolución, ¿cómo tú las asimilaste?
-VD: Muy bien, el problema mío con la Revolución es que yo soy de una extracción católica, y eso trajo como consecuencia una separación.
-EG: El problema tuyo en esa época… ¿Tú consideras que la iglesia católica en los primeros años de la Revolución jugó un papel de activismo político para derrocar a la Revolución?
-VD: Claro, claro, la iglesia católica era una iglesia eminentemente extranjera, una cantidad de sacerdotes extranjeros que eran los que predominaban en la ideología, eran pocos los sacerdotes cubanos que se destacaban. Eran de una procedencia mayormente española, que venían de los curas fascistas después de la guerra civil.
-EG: ¿Y te viste envuelto en lo que ese grupo de esa iglesia trataba de hacer?
-VD: Aparte de eso, yo creía fervientemente en esa iglesia, yo era un católico practicante y lo sigo siendo, aunque no sea practicante; yo comprendo que aquella era un tipo de iglesia que no es la iglesia de ahora; el cambio en la iglesia fue muy profundo después de la Revolución.
-EG: ¿Tuviste problemas políticos en Cuba? ¿Fuiste preso?
-VD: Yo estuve preso 4 años, del 1960 al 64.
-EG: ¿Y por qué, cuál fue la causa?
-VD: Atentar contra los poderes del estado, una causa típica, conspiración.
-EG: ¿Qué tu habías hecho?
-VD: Bueno, de todo, de todo…
-EG: ¿Habías hecho sabotaje?
-VD: No, yo no soy violento, conspirar para reunir armas, preparar alzamientos, me acusaron de preparar un alzamiento.
-EG: ¿Te querías alzar contra la Revolución?
-VD: Claro que sí, de hecho estaba clandestino contra la Revolución en aquella época.
-EG: ¿Y cómo te cogen preso?
-VD: Me cogen preso por un error que cometí, me detectaron en una casa de seguridad que yo estaba y me cogieron preso.
-EG: Y te llevan a juicio y cumples 4 años.
-VD: Me llevan a juicio y me condenan a 20 años, pero cumplo 20 porque mi madre es chilena, e intervino la embajada de Chile, porque cuando aquello Raúl Roa me concedió una especie de salvoconducto, o sea me botaron de Cuba, me mandaron para Estados Unidos... Iba para Uruguay, porque en ese tiempo había unos convenios con la embajada chilena, pero el avión aterrizó en Miami, no fue para Uruguay, y me quedé en Miami.
-EG: Te quedas en Miami, eso fue en el año…
-VD: Finales del 1963 o principios del 64.
-EG: ¿Nunca se te ocurrió estando preso hacer como (Francisco) Aruca que se disfrazó de niño y se escapó de la cárcel? (risas)
-VD: No, porque se adelantó. (risas)
-EG: Aruca sentó el precedente (risas)
-VD: Aruca se disfrazó de Aruca, no de niño, porque como Aruca no hay otro.
-EG: Son muy amigos tú y Aruca, Aruca habla de ti con mucho cariño.
-VD: Sí, sí, amigos de muchos años. Es más, yo creo que estaba allí presente cuando él se fugó.
-EG: ¿Tú sabías que Aruca se iba a fugar?
-VD: Mira, Aruca no lo sabe pero la mitad, las tres cuartas partes del presidio sabía que Aruca se iba a fugar.
-EG: ¿Vestido de niño?
-VD: Vestido de Aruca. Todo el mundo dice vestido de niño pero es que Aruca era como un niño, cuando Aruca tenía 18 años parecía que tenía 14.
-EG: Es que Aruca habla de ti con mucho cariño, de las personas que con más cariño habla.
-VD: Y yo de él.
-EG: ¿Cómo tú recuerdas el Miami al cual llegaste, grosso modo?
-Imagínate… Un Miami que era mucho más agradable en términos de vida, era otra forma de vida a la de ahora, alcanzaba mucho más el dinero, era un Miami en el que tú podías trabajar, y vivir modestamente pero podías trabajar, no era el Miami de ahora. Por otro lado era un Miami que estaba acalorado y completamente loco con respecto a la contrarrevolución; todo el mundo estaba conspirando, todo el mundo quería irse para Cuba a derrocar a Fidel, las invasiones a Cuba se planeaban en los bares de las esquinas, un Miami loco en ese sentido. Pero yo también estaba loco, porque yo llegaba de la cárcel, ponte en la situación en que nosotros estábamos…
-EG: ¿Era muy violento ese Miami, Dopico?
-VD: Era bastante violento.
-EG: ¿Tú estabas aquí cuando, por ejemplo, vuelan en pedazos a Masferrer?
-VD: Sí, yo estaba aquí, pero ya ese es un Miami más lejano al que yo llegué; hablas de unos 4 años después.
-EG: ¿Cuándo tú te das cuenta que el proceso revolucionario es irreversible?
-VD: Si te digo una cosa no te miento, yo creo que en la cárcel ya yo sabía que el proceso era irreversible. En los discursos de Fidel sobre las ORI (Organizaciones Revolucionarias Integradas) ya yo me di cuenta que aquello no era lo que nosotros pensábamos cuando caímos presos. Porque la idea de nosotros al caer presos, me imagino que la idea tanto de Aruca como yo y otra gente, era que el Partido Socialista había acaparado la Revolución y que la Revolución estaba totalmente en manos del Partido y por ende de la Unión Soviética. Luego se probó que no era así. Por esa razón fue que nosotros conspiramos contra la Revolución.
-EG: Hubo un momento en que comenzaste a simpatizar con la Revolución, ¿eso se produce estando preso en Cuba?
-VD: No, se produce estando aquí. Uno va paulatinamente, primero uno va entendiendo que de alguna manera que la cosa no es como uno pensaba. También tienes que ponerte en la perspectiva de que yo tenía 17 años cuando estaba preso; a los 17 años la conciencia política es inmadura totalmente, uno va madurando en la medida en que va viendo las cosas y las realidades. Una de las cosas es que cuando yo llego aquí esto estaba completamente acaparado por los batistianos, esto era el régimen de Batista pero en Miami, completamente acaparado. Tu no podías decir que habías sido revolucionario porque te buscabas un problema. Hubo grandes problemas entre quienes eran revolucionarios y venían y los batistianos; yo me di cuenta, yo me dije: yo no pertenezco a esto.
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