Pudo valerse de los mismos pretextos de quienes muy pronto decidieron declararse culpables y cooperar con las autoridades. Tras largos años de separación, tenia ya de este lado a Olga e Irmita, y había podido disfrutar por apenas cuatro meses a la recién nacida Ivette. ¿Qué hacer? ¿Aferrarse a los principios, dejarlas solas a las tres en un país extraño y enfrentar nuevamente anos de separación? ¿O ‘negociar’ y darles lo que pidieran a cambio del perdón y de una nueva vida? En su mente nunca hubo la menor duda, ni en su conducta una mínima vacilación.
Los fiscales sabían que muy poco tenían contra él, y trataron de sacarlo del camino con ofertas. Les dolió que él les cantara ‘El Necio’, y se ensañaron. Nadie lo vio llorar cuando separaron a Olga de las niñas y la tiraron en una celda. Lo habrá hecho en silencio, como lo hicimos todos de indignación y de dolor cuando nos golpeó la noticia, pero en él nunca notamos el más mínimo quebranto. Cumplió con dignidad cada día de su condena, y salió con la frente tan en alto como cuando había entrado, pero aun tendría que sufrir en soledad la pérdida de su hermano y de su padre.
Hoy supimos que René está en Cuba, para quedarse. Hoy cada uno de los Cinco es algo más libre. Parte de nosotros pasea por las calles de esa Isla, y podemos casi respirar su aire, quemarnos con su sol.
Alguien me ha preguntado cómo diremos ahora que no somos cinco, sino cuatro. ¡Error! ¡Somos cinco y seguiremos siendo cinco! Si hoy tenemos que continuar la lucha no es solo por los otros cuatro, es también por René, porque lo conocemos y sabemos que él no será realmente libre hasta que estemos todos de regreso en la Patria. La diferencia es que esta batalla, que será hasta el final por los Cinco, cuenta desde hoy con un nuevo abanderado.
¡Felicidades René! ¡Tus cuatro hermanos celebramos contigo, orgullosos!
HLVS!
Gerardo Hernández Nordelo
Prisión Federal de Victorville. California.
Mayo 3, 2013.
Fuente: Cubadebate
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