segunda-feira, 13 de maio de 2013

Informe señala necesidad de avanzar en políticas de combate a las peores formas de trabajo infantil


Tatiana Félix

El último día 8, la ONG Reporter Brasil presentó su informe Brasil Libre de Trabajo Infantil: Contribuciones para el debate sobre la eliminación de las peores formas de trabajo de niños y adolescentes. Dividido en cuatro partes, el documento presenta un estudio sobre las peores formas de trabajo infantil en Brasil como trabajo urbano informal e ilícito, trabajo rural, trabajo doméstico en casa de terceros y explotación sexual, y analiza las dificultades a ser enfrentadas en el área política, judicial y cultural.

El objetivo es dar visibilidad al problema que afecta a miles de niños y debatir sobre las peores formas de trabajo infantil todavía persistentes, y hacer que el país cumpla su compromiso de eliminar todas las formas de trabajo infantil antes de 2020.

A pesar de haber conseguido algunos avances en la década de 1990, con el retiro de niños y adolescentes de los circuitos formales de trabajo, las peores formas de trabajo infantil todavía son un desafío, como es el caso del trabajo doméstico en casa de terceros, que se ha mostrado difícil de combatir debido al principio de la inviolabilidad del hogar y la ausencia de mandato judicial.

De la misma manera la explotación del trabajo infantil en centros urbanos, a pesar de ser visible, se ha revelado un obstáculo para fiscalizar y combatir. Datos revelan que en las grandes ciudades niños y adolescentes menores de 16 años están entrando cada vez más temprano en el trabajo informal y principalmente en prácticas ilícitas como el tráfico de drogas.

En el área rural, la dificultad ha sido retirar a niños y niñas de 5 a 13 años de los cultivos de la agricultura familiar y del extractivismo. Estos sectores todavía aparecen como los que más utilizan la mano de obra de niños y adolescentes en Brasil. Sin embargo, la práctica no es exclusiva del país. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el 60% de los/las menores de edad, o sea, cerca de 129 millones de niños y niñas en todo el planeta, trabajan en el sector agrícola o extractivista. Sobre esta cuestión, el informe señala que las políticas de educación orientadas al campo todavía son insuficientes.

Sobre la explotación sexual de niñas/os y adolescentes, el informe revela el aumento de las denuncias y algunos avances en políticas de enfrentamiento. Sin embargo, aún son necesarios programas de combate a esta práctica y ofrecer atención a las víctimas. Otros desafíos son castigar a los responsables de la red de explotación y combatir esa práctica que viene apareciendo también relacionada con grandes obras de desarrollo, en crecimiento en Brasil.

En el área de la Justicia, el informe alerta sobre las constantes autorizaciones judiciales previas en algunos estados que permiten que menores de 16 años comiencen a trabajar. En 2011, se registraron 3.134 casos, incluyendo autorizaciones, por ejemplo, para que adolescentes y niños trabajen en basurales, en la pavimentación de calles y en fábricas de fertilizantes. En el área de la política, la dificultad es el entendimiento entre las tres esferas del poder público y problemas referentes al Programa de Erradicación del Trabajo Infantil (Peti), principalmente en relación con la frecuencia de asistencia escolar y la realización de actividades en el contraturno. De modo general, el documento evidencia la necesidad de que haya un cambio cultural en relación con la explotación de menores en el trabajo, bajo el pretexto de que el trabajo es dignidad.

Datos

El Censo del Instituto Brasilero de Geografía y Estadística (IBGE) de 2010 demostró que 3,4 millones de niños y niñas de 10 a 17 años estaban trabajando. La Investigación Nacional por Muestreo de Domicilios (Pnad, por su sigla en portugués) reveló que en 2011 el trabajo infantil doméstico en casa de terceros afectaba a cerca de 258 mil adolescentes de 10 a 17 años de edad, siendo la gran mayoría niñas.

"A pesar de los avances en las últimas décadas, desde 2005 hubo una desaceleración en la reducción del número de niños y adolescentes en situación de trabajo irregular. Persisten justamente las formas más difíciles de ser combatidas. Una nueva política intersectorial de erradicación es urgente que se implemente para que el país pueda eliminar el trabajo infantil antes de 2020”, se dice en el informe.


Traducción: Daniel Barrantes - barrantes.daniel@gmail.com

Tomado de Adital

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