La reapertura del cuentapropismo, una de las transformaciones más profundas en la construcción de un nuevo modelo económico cubano, ha generado cambios en los marcos regulatorios del sector bancario, productivo, e incluso, del sistema judicial.
Versa en tal sentido, la instrucción 201 de octubre de 2010 dictada por el Consejo de Gobierno del Tribunal Supremo Popular, pues le permite a aquellas personas que cumplan sanciones sustitutivas de la privación de libertad autogestionarse el trabajo, lo cual incluye la posibilidad de ejercer oficios por cuenta propia.
“Anteriormente eran los órganos de administración de justicia los encargados de ubicar a los juzgados siempre en un centro estatal, cuando la pena de prisión era sustituida por otra que no requería internamiento”, dijo a la AIN Dania Daissón Sierra, jueza de ejecución del Tribunal Provincial de La Habana.
“Pero a partir de la ampliación del cuentapropismo, y ante la falta de empleo existente en el país, no solo para los procesados sino para el resto de los cubanos, se admitió el cumplimiento de la condena en ese sector”, comentó.
La Licenciada en Derecho explicó que en este tipo de sanción (trabajo correccional sin internamiento) las personas están obligadas a mantener una conducta acorde con las normas de convivencia social, a no incurrir en nuevos hechos delictivos, y a mantenerse vinculadas a su actividad laboral.
“Esto último resulta lo más importante para lograr que se reinserten en la sociedad, motivo por el cualellos puedan elegir cualquier modalidad de empleo, aunque son los jueces de ejecución, en conjunto con las direcciones de Trabajo, quienes la aprueban, de acuerdo con las circunstancias del delito y las características individuales del sancionado”, argumentó.
Según Daissón Sierra, verificar el desempeño de los deberes laborales de quienes ejercen el cuentapropismo ha requerido prácticas distintas, pues cuando el procesado trabaja para el Estado e incumple sus funciones, la administración y las organizaciones de masas de la entidad son las facultadas de informarlo, figuras ausentes en los oficios privados.
“Ante tal situación, fue preciso que los jueces de ejecución municipales y sus asistentes judiciales, divididos por consejos populares, coordinaran con las direcciones de Trabajo de cada territorio, y a su vez con los jefes de sectores. Además, nos apoyan la Federación de Mujeres Cubanas, los Comités de Defensa de la Revolución y la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana”, señaló.
Precisó que el pago de los impuestos a la Oficina de Administración Tributaria constituye un medio más de control, pero no el principal, dado que pueden existir quienes tributen y no trabajen en realidad, lo cual resulta contraproducente cuando el objetivo esencial es la rectificación de la conducta mediante el desarrollo de su actividad.
En la capital desde el 2010 aproximadamente tres mil sancionados se han insertado en formas de gestión no estatales y poseen los mayores índices Centro Habana, Plaza de la Revolución, Cerro y La Habana Vieja.
Yoel Pavón Pérez, presidente del Tribunal de Plaza de la Revolución, puntualizó que en el territorio“en estos momento cumplen condenas sin internamiento 500 personas, y de ellas, 94 ejercen el trabajo por cuenta propia”.
Aseguró que tal posibilidad les ofrece a los procesados grandes ventajas al seleccionar la actividad donde se sientan más útiles. Sin dudas, constituye un modo de ocupación aceptado por la mayoría
“Aunque –insistió- no es obligatorio elegir esa forma de empleo, incluso, puede ocurrir que alguna persona no logre mantener su labor porque las ganancias sean mínimas y le imposibilite sufragar todos los gastos, entonces le otorgamos un trabajo estatal”.
En tal sentido, acotó que la ampliación del trabajo por cuenta propia le facilitó al sistema de tribunales, y a la Isla en general, una fuente de empleo, donde los sancionados pueden contribuir, a partir de las funciones de cada oficio, con el desarrollo de su comunidad.
Resulta innegable que la evolución actual del modelo socioeconómico cubano ha abierto nuevos escenarios, donde el cambio y la renovación emergen por sobre aquellos conceptos y maneras que antes parecían estáticos.
Tomado de la AIN
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