© REUTERS Lucas Jackson
Una cantidad récord de ciudadanos y residentes permanentes de los EE.UU. renunció a su ciudadanía o residencia (la llamada 'green card') en el año 2013. Su decisión podría deberse ante todo a la política fiscal de este país.
El récord fue oficialmente batido en noviembre de 2013, cuando se dio a conocer que unas 2.369 personas habían decidido expatriarse en el transcurso de los primeros tres trimestres de aquel año. No obstante, a partir de entonces se sumaron otras 630, con lo cual, la cifra llegó a los 2.999 expatriados en el año 2013. En comparación con 2012, donde unos 932 estadounidenses rechazaron su ciudadanía o residencia. El récord anterior había sido establecido en 2011, con unos 1.781 expatriados voluntarios.
Los datos han sido publicados por el Departamento del Tesoro de EE.UU., que no revela las razones por las que estas personas decidieron renunciar a su ciudadanía. Probablemente una de estas razones sea la política fiscal y las leyes de divulgación estrictas.
Según admite la revista 'Forbes', los que sufren aún más son los ciudadanos estadounidenses que viven fuera del país. Efectivamente estos tienen que pagar una cantidad doble de impuestos: tanto del país de residencia como también de EE.UU. Además, su gravamen se basa en los ingresos que tengan por todo el mundo.
Los que cuentan con capital propio de más de 2 millones de dólares o los que pagan el impuesto anual sobre la renta de más de 155.000 dólares en el transcurso de los últimos 5 años tienen que pagar un impuesto de salida del 15% de su ingreso anual en caso de que decidan renunciar a la ciudadanía estadounidense para poder hacerlo.
Sin embargo, los senadores demócratas Charles Schumer y Bob Casey, molestos por la salida del país en el año 2012 del cofundador de Facebook, Eduardo Saverin, propusieron aumentar dicha tasa hasta un 30%.
Los datos han sido publicados por el Departamento del Tesoro de EE.UU., que no revela las razones por las que estas personas decidieron renunciar a su ciudadanía. Probablemente una de estas razones sea la política fiscal y las leyes de divulgación estrictas.
Según admite la revista 'Forbes', los que sufren aún más son los ciudadanos estadounidenses que viven fuera del país. Efectivamente estos tienen que pagar una cantidad doble de impuestos: tanto del país de residencia como también de EE.UU. Además, su gravamen se basa en los ingresos que tengan por todo el mundo.
Los que cuentan con capital propio de más de 2 millones de dólares o los que pagan el impuesto anual sobre la renta de más de 155.000 dólares en el transcurso de los últimos 5 años tienen que pagar un impuesto de salida del 15% de su ingreso anual en caso de que decidan renunciar a la ciudadanía estadounidense para poder hacerlo.
Sin embargo, los senadores demócratas Charles Schumer y Bob Casey, molestos por la salida del país en el año 2012 del cofundador de Facebook, Eduardo Saverin, propusieron aumentar dicha tasa hasta un 30%.
Tomado de Moncada
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