sexta-feira, 21 de fevereiro de 2014

Augusto César Sandino, un legado para todos los tiempos

 
Por Mariolys González Calderón

El nombre de Augusto César Sandino se asocia ante todo con la imagen de un hombre enérgico, de acción, de un revolucionario que con las armas defendió la soberanía de Nicaragua. Sandino es también un pensador, y su aporte a la historia de las ideas es significativo.

Han pasado 80 años de la muerte del General de Hombres Libres, como lo llamó el intelectual francés Henry Barbusse. Un 21 de febrero de 1934 fue detenido por la Guardia Nacional, que encabezaba Anastasio Somoza, y posteriormente asesinado con la aprobación de Washington. El propio embajador de Estados Unidos en Managua, Arthur Bliss Lane, impartió la orden.

Para ese entonces aquel hombre, que nació en la región de Niquinohomo en 1895 había cumplido su promesa: luchar hasta la retirada de las tropas estadounidenses de Nicarágua.

En más de una ocasión se declaró heredero espiritual directo de los primeros combatientes por la independencia latinoamericana y de quienes continuaron dignamente su noble causa.

En su primer manifiesto político, Sandino sintetizó su pensamiento: “Soy nicaragüense y me siento orgulloso de que en mis venas circule, más que cualquiera, la sangre india americana, que por atavismo encierra el misterio de ser patriota, leal y sincero, el vínculo de nacionalidad me da derecho a asumir la responsabilidad de mis actos en las cuestiones de Nicaragua y por ende, de la América Central y de todo el Continente de nuestra habla, sin importarme que los pesimistas y cobardes me den el título que a su calidad de aunucos más les acomode.

El  periodista cubano Jorge Enrique Mendoza expresó en una ocasión que la batalla antimperialista de Augusto César Sandino señala la lucha en contra del imperialismo en Nicaragua como un episodio dentro de la lucha antimperialista de América Latina y la necesidad de la unidad latinoamericana para enfrentar un enemigo común.

El héroe guerrillero nicaragüense tuvo plena conciencia del papel de la violencia en la conquista de la independencia nacional. Un pensamiento suyo, entre los muchos que expresó a lo largo de la lucha, indicó tal actitud: “La soberanía de un pueblo no se discute sino que se defiende con las armas en la mano”.

“Solamente hay un hombre en Nicaragua que representa al pueblo de Nicaragua y los intereses de su soberanía. Este es, como todos reconocen, Augusto César Sandino", dijo de él el revolucionario comunista cubana Julio Antonio Mella.

Los asesinos del líder nicaraguense erraron en sus juicios y valoraciones históricas al pensar que su eliminación física lograría calmar el afán independentista y justiciero de su lucha. Sandino nos dejó eso: su acción, su pensamiento y una cita perenne. Por eso forma parte de la historia de Nicaragua, y por eso está en la historia de Nuestra América.

Fuente: Fondos del Centro de Documentación de Radio Habana Cuba
 
 

Nenhum comentário:

Postar um comentário