LAURA BÉCQUER PASEIRO
Brasil gana cada vez más espacio como potencia económica mundial. Sin embargo, como a la mayoría de las naciones del llamado tercer mundo, le resta mucho por cambiar para deshacerse de los efectos del subdesarrollo, forjado en la colonización esclavista y posteriormente en el neoliberalismo. La salud es uno de los sectores por los que se ha apostado con fuerza desde la toma del poder del Partido de los Trabajadores (PT), primero con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva y luego con la actual mandataria Dilma Rousseff.
Brasil aspira a aumentar su densidad médica por habitantes
Las protestas populares que tuvieron lugar en junio de este año aceleraron la aprobación de varias medidas que venían discutiéndose en el Congreso, pero que habían tenido cierta resistencia. Entre ellas, la de destinar el 75 % de las regalías del petróleo a la educación, y el 25 % a la salud, en respuesta a la demanda de la ciudadanía de una mejor cobertura sanitária.
Al mes siguiente estaba sobre la mesa la propuesta del programa de salud Más Médicos, con vistas a satisfacer la carencia de profesionales del sector, un fenómeno sistémico que no es exclusivo de la medicina y se agravó durante los pasados gobiernos neoliberales más preocupados por las recetas del FMI que por la calidad de vida de la población.
Pero en el caso brasileño, el problema no solo está en la falta de personal calificado, sino en su distribución territorial. Gran parte de los profesionales con que cuenta el país no ejerce su profesión en las áreas remotas y pobres del interior, mayoritariamente del Norte y del Nordeste, aludiendo, entre otras razones, a la falta de infraestructura.
El gigante sudamericano está entre los países con menor densidad médica por habitantes, con solo 1,8 galenos por cada mil personas. Las regiones más afectadas son el Norte y el Nordeste, históricamente atrasadas respecto al Sur. Así, los estados que lideran la más baja densidad médica son Maranhão (0,58), Amapá (0,76), Pará (0,77) y Piauí (0,92). Mientras que los estados con mayor densidad son: el Distrito Federal (3,46), Río de Janeiro (3,44), Sao Paulo (2,49) y Rio Grande do Sul (2,23).
A la concentración de galenos en las zonas más ricas del Sur, se suma el hecho de que la generación de puestos de trabajo allí es superior a los profesionales que se forman. Solo en el 2011 se crearon casi 19 mil puestos de trabajo, pero solo se graduaron 13 mil alumnos de Medicina, de acuerdo con cifras oficiales.
Datos del Ministerio brasileño de Salud indican que en la atención primaria más de 1 900 municipios tienen menos de un médico por 3 000 habitantes. Una investigación del propio Ministerio mostró que en los municipios del interior y la periferia de los grandes centros urbanos, donde impera la violencia, se dificulta muchas veces la labor de los galenos, y que mantenerlos ejerciendo en esos lugares es todo un reto.
La meta del Gobierno es llegar a los 2,7 médicos por cada mil habitantes, pero para ello se precisan 168 mil 424 profesionales de la salud.
Es ahí donde entra a desempeñar su papel Más Médicos. El plan propone, entre otros asuntos, la contratación de especialistas extranjeros para asistir a los ciudadanos en las zonas rurales e intrincadas, adonde no llegan los profesionales brasileños.
Los galenos contratados de países como Cuba, España, Portugal, Argentina y Uruguay, reciben un curso de adiestramiento de cuatro semanas, previo al inicio de sus faenas. Estos galenos solo podrán trabajar para el Sistema Único de Salud (SUS), que recibe presupuesto federal, pero es administrado por las alcaldías.
Tras firmar la ley que instituyó a Más Médicos, Rousseff resaltó que a los tres meses de la puesta en marcha de la iniciativa, 4,2 millones de ciudadanos ya habían recibido atención médica.
"Más Médicos comienza a cambiar el sistema de salud de la nación y su implementación significa menos enfermos en los grandes hospitales, menos filas, mejor atención y profesionales menos sobrecargados", destacó la mandataria.
También hacía hincapié en que para finales del 2013 más de 3 500 galenos estarán incorporados al programa.
Sin embargo, el Gobierno está consciente de que una iniciativa no resuelve el problema. Al respecto, el ministro brasileño de Salud, Alexandre Padilha, comentó que "sabemos que no vamos a resolver de inmediato los problemas de salud del país, pero se trata de un paso importante, que cuenta con el respaldo de la gente".
Es por ello que entre las medidas tomadas por el Gobierno se encuentran la apertura de 2 415 vacantes en los cursos de Medicina en el 2014, y la de nuevas vacantes en los estados que más lo necesitan.
A pesar de sus nobles propósitos, Más Médicos sufrió la resistencia de algunos sectores del gremio brasileño de salud. Sin embargo, ello fue superado debido al fuerte apoyo de la población más necesitada y eje del proyecto, que ha defendido su derecho a contar con una atención primaria de salud más decente.
Tomado de Granma
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