Por Martha Cabrales Arias
Santiago de
Cuba, 8 nov (PL) Con una presentación en su sede del emblemático barrio de Los
Hoyos, en esta ciudad, los integrantes de la Tumba Francesa La Caridad de
Oriente celebraron hoy una década de su declaración como Patrimonio Inmaterial
de la Humanidad.La investigadora Gladys González, con más de 40 años en
estudios relacionados con la agrupación, evocó a los que ya no están, muchos de
ellos descendientes directos de esclavos africanos con quienes tuvo la
posibilidad de interactuar y verlos cantar y bailar sus ritmos
ancestrales.
El alto rango espiritual y religioso de los toques y danzas de la Sociedad de Tumba Francesa fue exaltado por la estudiosa, al referirse a la impronta africana en esas evoluciones de salón venidas de la nación europea, autoconservadas y defendidas por los miembros del colectivo.
Por su parte, la especialista comercial de la agencia de viajes Paradiso, Ana Cecilia Hardy, aludió a las visitas de turistas extranjeros, interesados en apreciar este exponente de más de 140 años de resistencia cultural, con tradiciones que remiten a los tiempos de la esclavitud.
La Caridad de Oriente es la primera obra cubana declarada con esa alta categoría que otorga la Unesco en su apartado oral e inmaterial, que reconoce la perseverancia para perdurar durante ocho generaciones y mantener vivo ese legado para las venideras.
Con sus ocho años, Kevin Flavio Ramírez Figueroa es el más novel bailador de la Tumba y proviene de la familia primigenia, los Venet Danger, al ser nieto de Andrea Quiala Venet y Flavio Figueroa Padilla, quienes encabezan actualmente el notable conjunto.
El alto rango espiritual y religioso de los toques y danzas de la Sociedad de Tumba Francesa fue exaltado por la estudiosa, al referirse a la impronta africana en esas evoluciones de salón venidas de la nación europea, autoconservadas y defendidas por los miembros del colectivo.
Por su parte, la especialista comercial de la agencia de viajes Paradiso, Ana Cecilia Hardy, aludió a las visitas de turistas extranjeros, interesados en apreciar este exponente de más de 140 años de resistencia cultural, con tradiciones que remiten a los tiempos de la esclavitud.
La Caridad de Oriente es la primera obra cubana declarada con esa alta categoría que otorga la Unesco en su apartado oral e inmaterial, que reconoce la perseverancia para perdurar durante ocho generaciones y mantener vivo ese legado para las venideras.
Con sus ocho años, Kevin Flavio Ramírez Figueroa es el más novel bailador de la Tumba y proviene de la familia primigenia, los Venet Danger, al ser nieto de Andrea Quiala Venet y Flavio Figueroa Padilla, quienes encabezan actualmente el notable conjunto.
rc/mca
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