Velada Cultural en Solidaridad con Los Cinco, de cubanos residentes en Alemania
16 de septiembre de 2012
Pareciera, como si en septiembre se hubiesen unido todos los dolores por muertes inocentes. Como si un grito de la tierra, al unísono y unánime, saliese, por las bocas de madres sin hijos y de hijos sin padres, como clamor errante en busca de oídos receptivos. Porque, septiembre, es un mes de tristezas y espacios vacíos, de fotos con rostros sin envejecer, casi borradas por el llanto, de recuerdos detenidos en el tiempo, de lejanías que intentan hilvanar, con retazos de momentos, historias familiares.
Por eso, es que estamos acá, convocados por la memoria y la solidaridad. La memoria de aquel 11 de septiembre, en que la traición acabó con las esperanzas de pueblos olvidados, o de aquel otro, en que vimos al odio, que se incuba al calor de los fundamentalismos, con ojos de mundo asombrado. Pero si un 11 de septiembre de 2001, colapsaron dos Torres en los Estados Unidos, mucho antes, un 12 de septiembre de 1998, había colapsado su Sistema de Justicia, al encarcelar a Cinco jóvenes antiterroristas cubanos, que protegían las vidas de inocentes, y a quienes durante estos 14 años que llevan en prisión, se les ha castigado, junto a sus familias, por la simple razón de representar la verdad y la dignidad del pueblo cubano. Tampoco quisiera dejar de mencionar, aquel septiembre de hace 30 años en que la muerte se sació en Sabra y Chatila, crimen que quedó impune.
No existe la vida útil. No existe la muerte virtuosa. No existe la prisión fecunda. Existen los seres humanos, como Allende y el pueblo chileno que se enfrentó a la dictadura, como los bomberos de Nueva York, como Los Cinco, Mumia, Mandela y tantos otros desde sus celdas, los que hacen la vida útil, la muerte virtuosa, la prisión fecunda.
No existe el terrorismo bueno y el terrorismo malo, como los grandes medios tratan de hacernos creer. No se puede seguir silenciando el terrorismo, que desde los Estados Unidos, ha sufrido durante más de 50 años el pueblo cubano, razón por la cual, han tenido que marchar lejos de su tierra y de los suyos, hombres como Gerardo, Antonio, Ramón, René y Fernando. Con los cuales hoy, de manera muy especial, nos solidarizamos.
Esta vez, quisimos presentar un programa distinto, que parta del compromiso, la pureza y la inocencia de niños y jóvenes, los encargados de ser la voz crítica y también de construir un mundo y un mañana diferente. Donde la paz, y la amistad entre los pueblos, sea una realidad, como también aquel sueño del profeta bíblico, en que las espadas se convertirían en arados.
Finalmente, y como ya expresamos, este será un programa diverso y alegre, pues como dice la canción “a los héroes, se les recuerda sin llanto”. Disfrútenlo. Muchas gracias.
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