Por Octavio Borges Pérez
Este 21 de septiembre la Fundación Fernando Ortiz celebra 17 años de su creación, tiempo que ha dedicado a profundizar en la vida y obra del eminente sabio cubano y al desarrollo de investigaciones científicas sobre la identidad cultural nacional.
Presidida por el poeta y etnólogo Miguel Barnet, discípulo de Ortiz, esa institución es un verdadero espejo donde los cubanos pueden explorar sus raíces más recónditas y estar al tanto de los procesos volitivos de una cultura en constante cambio y desarrollo.
El solo hecho de ahondar en la obra de Ortiz, bautizado el tercer descubridor de Cuba, ofrece ya un panorama casi inabarcable de la nacionalidad, porque este patriarca de la cultura criolla elaboró conceptos trascendentes como el de transculturación, considerado uno de los aportes mayores a la antropología cultural.
También la idea de concebir la cubanía como un gran ajiaco, en el que cada elemento enriquece al todo, pero mantiene sus características originales, resulta medular para entender la síntesis única de un pueblo situado en una de las encrucijadas más activas del planeta y que se proyecta amante de lo propio; pero con un espíritu universalista.
La puerta abierta por Ortiz y otros grandes intelectuales de su época, es bien empleada por la fundación que lleva su nombre, porque amén de la continuidad de los estudios sobre los aportes de la cultura africana en la Isla, desbroza otros muchos componentes étnicos y culturales integradores de la espiritualidad de los habitantes de estas tierras.
Esenciales resultan las pesquisas de las improntas asiáticas, francesas, árabes, judías y de otras muchas procedencias, integradas a los programas investigativos de la Fernando Ortiz.
Tales referencias son inapreciables para poder valorar los componentes de la cultura cubana, la diversidad de expresiones venidas de todos los confines del orbe, que acá se imbrican para hacer del cubano uno de esos seres a los cuales casi nada de lo humano le es ajeno.
Todo pueblo que aspire a un futuro debe conocer de dónde viene, cuáles son los legados que posee de otros, para respetar la necesaria diversidad inherente al concierto humano y manifestar con autoctonía sus valores propios.
En ese vital propósito, la Fundación Fernando Ortiz es un tesoro en constante crecimiento, un escalpelo para encontrar los más recónditos veneros de la cultura nacional, apreciarlos en sus justas medidas, preservarlos e integrarlos al bien común de la humanidad, aún empeñada en encontrar la imprescindible armonía entre todos los que habitan este pequeño planeta perdido en la inmensidad del universo. (Tomado de Cubasi)
Fuente: Radio Habana Cuba
Nenhum comentário:
Postar um comentário