quinta-feira, 18 de setembro de 2014

Departamento de Estado demora cuatro años en responder solicitud de Stephen Kimber

Por Luis Ernesto Ruiz Martínez. No es secreto para nadie que toda búsqueda de información relacionada con Cuba, el caso de Los Cinco o las acciones terroristas financiadas desde territorio de Estados Unidos contra la isla, genera toda clase de sospechas y temores. El reconocido escritor Stephen Kimber, autor del libro What Lies Across the Water. The Real Story of the Cuban Five (Lo que hay del otro lado del mar: la verdadera historia de los Cinco Cubanos) nos revela una reciente experiencia personal que confirma este proceder.
 
Luego de impartir conferencias en Washington sobre el caso de los cinco cubanos, lo esperaba en su casa un sobre con la respuesta del Departamento de Estado a una solicitud suya enviada cuatro años atrás, el 9 de septiembre de 2010 y archivada con el código #201005562. En una nota publicada este lunes en su sitio web, describe su insistencia durante todo este tiempo para obtener los documentos solicitados.
 
Increíblemente recibió en abril de 2013 un mensaje indagando si aún mantenía interés en los materiales solicitados. Chistosos los tíos del “U.S. Department of State”. Su respuesta indagaba por alguna pista de cuándo esperar respuesta definitiva, pero nuevamente el silencio y el tiempo que pasó se hicieron protagonistas de su historia hasta esta nueva señal recibida.
 
Es evidente que los documentos solicitados por Stephen Kimber (según apunta se trata de dos cables y una nota diplomática) activaron una señal de alarma en alguna de las agencias estadounidenses. La razón es muy simple: estaban relacionados con la explosión que cobró la vida del joven italiano Fabio Di Celmo en un hotel de La Habana (1997). El acto terrorista, parte de una cadena de explosiones, fue orquestado desde Estados Unidos y su autor intelectual, Luis Posada Carriles, fue financiado por la Fundación Nacional Cubano Americana. (Kimber nos remite a la entrevista concedida por Posada al New York Times en 1998)
 
Todos sabemos que no hay nada especial en los documentos solicitados por Stephen Kimber al Departamento de Estado. Han sido ampliamente divulgados por diversas agencias de prensa en todos estos años, pero llama la atención la ridícula demora para responder.
 
Los cubanos sabemos, y con nosotros un creciente número de personas solidarias en todo el planeta, lo que sucedió después de aquellas bombas en La Habana. En junio de 1998 la Seguridad del Estado cubana entregó al FBI gran cantidad de evidencias relacionada con el caso, quienes prometieron investigar e informar del resultado a nuestras autoridades. En su lugar, 3 meses después arrestaron a varios agentes de la inteligencia cubana.
 
Fernando González y René González cumplieron sus condenas y están de regreso en Cuba. Ramón Labañino y Antonio Guerrero cuentan cada día de injusta sentencia para su definitivo retorno a la isla, mientras Gerardo Hernández, el más preso de los presos, purga dos cadenas perpetuas más 15 años. Su misión en Estados Unidos era impedir la realización de actos terroristas contra su pueblo. Paradójicamente, el terrorista Luis Posada Carriles, sigue burlándose de la justicia en las calles de Miami.
 
Tal vez los funcionarios del Departamento de Estado puedan olvidar estos “detalles” de la larga lista de acciones terroristas contra el pueblo de Cuba; nosotros no podemos.
 

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