Cuba es el único país en desarrollo que puede celebrar esta fecha con una fiesta, porque no hay ningún niño excluido, y aquí lo mejor es celebrar bailando, atestigua José Juan Ortiz, quien termina su labor de cinco años como representante de Unicef en el país
Margarita Barrios
31 de Mayo del 2012
Siempre había tenido el deseo de trabajar en Cuba, y la conoció por vez primera nada menos que en medio del llamado período especial en 1992, cuando se pensaba que algunos de sus logros se podían perder. Sin embargo, lo primero que le impresionó es que no se cerró un círculo infantil, un centro de salud… Por supuesto, con sus dificultades materiales, pero allí estaban los profesionales para atender a la población.
«Cuando tengo discusiones sobre la realidad cubana digo: oye, que no me tienes que creer, te vas a Cuba y lo ves».
José Juan Ortiz acaba su labor de cinco años como representante del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en nuestro país, y al conversar con él se siente un hálito de nostalgia.
—¿Querría decirle algo especial a los niños y niñas cubanos?
—Que sepan el tesoro que tienen, porque muchas veces no lo valoran en toda su dimensión. A veces, cuando tienes algo, no le das el valor que merece. La protección de la infancia se vive en Cuba, no me lo tiene que contar nadie, lo he vivido y me siento orgullosísimo de haber participado en el desarrollo de este proyecto social.
«Soy internacionalista, por lo tanto soy del lugar donde estoy, así que me siento cubano, y si volviera a nacer, me gustaría que fuera en Cuba.
«Este es un país asediado, y te pongo un ejemplo. Para el programa de recreación sana que apoyamos aquí, compramos pelotas de béisbol en siete dólares. Si pudiéramos adquirirlas a 90 millas costarían un dólar. Es decir, con el fondo de que disponemos podríamos hacer siete veces lo que hacemos.
«El acoso político y económico contra Cuba es el principal problema que tiene la infancia. El país es asediado y el bloqueo hace un daño atroz».
—Unicef está patrocinando, por el Día Mundial de la Infancia, un festival de hip hop.
—La consolidación que tiene Cuba de los derechos de la infancia permite a Unicef trabajar de manera diferente y desarrollar programas en el ámbito de la cultura como sublimación de los derechos, porque es un pueblo libre.
«En el ámbito de la niñez y la juventud en las artes, además del audiovisual, la música ocupa un lugar preponderante. Intentamos siempre, a través de la recreación sana, segura y culta apoyar todo tipo de manifestación cultural.
«El hip hop es un movimiento muy joven, muy controversial también con ciertas letras, pero no se le puede criminalizar, también el rock o los boleros tienen algunos textos deleznables.
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Juventud Rebelde
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