Escrito por Rolando de la Ribera *
03 de septiembre de 2012.
La Habana (PL) Protestas en el sector agropecuario, subidas de precios en los productos alimenticios y adversos pronósticos climáticos han acaparado la atención de los costarricenses.
La batalla librada en torno a un proyecto de ley para la preservación del uso agropecuario de la tierra en la Asamblea Legislativa llevó a los líderes del sector a endurecer sus posiciones hasta que lograron parte de sus objetivos.
Durante los debates la secretaria del Congreso, Rita Chávez, tuvo que hacer un llamado a los legisladores a negociar y les recordó que "la intransigencia política trae mala cosecha".
El 21 de agosto último el Congreso terminó aprobando la rebaja de impuestos a tierras agrícolas y bienes inmuebles en el agro, una decisión a favor de los productores y en detrimento de los gobiernos municipales, que querían recaudar más.
Las votación fue unánime de los 49 diputados presentes, congeló los bloqueos de carreteras que habían anunciado los productores y puso fin a tres semanas de enfrentamientos entre los sectores municipal y agrícola.
Pero el proyecto aprobado dista de la propuesta original del Poder Ejecutivo, el cual ofrecía una exoneración del 80 por ciento, una iniciativa que no tenía el visto bueno de las autoridades municipales.
El nuevo proyecto establece que el cálculo de la suma por pagar se hará con base al valor histórico de las fincas y no se usarán las tasas elaboradas por el Ministerio de Hacienda.
Las tasas de Hacienda igualaban el valor de los terrenos agrícolas al de proyectos urbanísticos y turísticos, lo que disparaba el precio de las fincas dedicadas a la agricultura.
El plan también señala que el Gobierno tendrá un plazo máximo de cuatro años para elaborar un censo agrícola, a partir del cual se pueda realizar una nueva tabla para calcular el valor de las propiedades agropecuarias.
Álvaro Sáenz, presidente de la Cámara Nacional de Agricultura y Agroindustria (CNAA), celebró como un gran logro que no se apliquen las actuales plataformas de valor para calcular el impuesto a las fincas agrícolas.
Guido Vargas, secretario de la Unión Nacional de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios (Upanacional), admitió que no se esperaban un nuevo plan, pero el aprobado cumple con las expectativas de los agricultores.
Karen Porras, directora de la Unión de Gobiernos Locales, reconoció que el proyecto final plantea un beneficio mutuo, porque tal y como estaba planteada la exoneración del 80 por ciento le causaba preocupación.
En los debates se había analizado que los impuestos altos sobre tierras agrícolas solo desplazan a los labriegos y esa migración genera más población pobre en las ciudades.
En el plano de lo que queda pendiente figura qué pasará con las multinacionales que tienen terrenos enormes, porque la norma aplicada a los pequeños agricultores será un regalo para los latifundistas.
Resultó significativo que en torno al proyecto se unieran los líderes de la Cámara Nacional de Agricultura y Agroindustria, la Unión de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios y la de Pérez Zeledón, la Corporación de Fomento Ganadero, el Consejo y el Movimiento Cooperativo que movilizaron a agrupaciones y organizaciones.
El precio de los alimentos
En ese marco han ocurrido aquí algunos ajustes en el precio de los alimentos, que según los economistas están influidos por la sequía en Estados Unidos.
El precio local del pollo subió un siete por ciento, el del pan entre uno y cinco por ciento y los huevos se comportan de manera volátil; todo ello, consecuencia del alza en la cotización mundial de los granos básicos que el país importa, publicó el medio digital nacion.com.
Esa fuente indica que es momento de incertidumbre y tensión en los mercados y recordó que aumentó el precio internacional del maíz, soya y trigo.
Esas materias primas son empleadas para elaborar localmente algunos alimentos o para hacer concentrados con los cuales se alimenta a pollos, gallinas, cerdos y vacas.
Firmas nacionales reconocieron que ya ajustaron precios, pues es imposible sostener el alza en las materias primas, y vaticinan nuevos aumentos.
Ese medio citó a José Emilio Suadi, representante en Costa Rica de la Organización de Naciones Unidades para la Alimentación y la Agricultura, quien habló del incremento de precios internacionales de alimentos.
Señaló que ese aumento hasta ahora se ha frenado un poco por las altas existencias, pero, de seguir la sequía como consecuencia del impacto del fenómeno climatológico de El Niño, el problema se agravará.
Suadi observó que aunque los pronósticos actuales de producción siguen siendo relativamente positivos y no debería haber desabastecimiento, esa situación puede cambiar si se incrementan fenómenos naturales imprevistos.
Recordó además que hay factores que influyen en los precios, que no están ligados directamente a la disponibilidad, entre ellos la especulación y el pánico.
Aunque aclaró que respeta las posiciones de cada Gobierno y sus decisiones, el funcionario recomendó a Costa Rica tomar las medidas políticas necesarias para asegurar la seguridad alimentaria de las poblaciones.
El Niño hace de las suyas...
En el marco de las preocupaciones de los "ticos", el medio digital larepublica.net alertó recientemente que la intensa sequía provocada por el fenómeno climatológico El Niño aumentará en Costa Rica el precio de la electricidad, el agua y los productos agrícolas.
La fuente añadió que la afectación en el bolsillo de los costarricenses es motivo de preocupación porque las lluvias se reducirán hasta en un 30 por ciento a causa de la sequía hasta marzo del 2013, según pronósticos.
Recordó que ese desorden atmosférico se caracteriza por la reducción de las precipitaciones en todo el territorio, a excepción del Caribe donde hay un efecto contrario.
Dijo que los ciudadanos del Valle Central ya palpan esa situación y la sequía pronosticada tiene el potencial de acabar con miles de hectáreas de cultivos, afectando la disponibilidad de alimentos y empujando los precios al alza.
Recordó que la falta de agua pone en peligro las fincas ganaderas, las cuales podrían ver fallecer a sus animales por falta de alimento, principalmente las ubicadas en el Pacífico Norte y en la Zona Norte.
Añadió que por si fuera poco, se prevé un aumento en la electricidad, ya que será necesario quemar más combustible para producir energía, mientras la reducción de las precipitaciones también empujará el precio del agua al alza.
Evocó que ya se dedicó el doble de recursos a comprar combustible para generar electricidad y desde julio se solicitó un aumento de tarifas del 15 por ciento para compensar los gastos en generación térmica.
El sitio web citó a diversas fuentes que sugieren a los productores y consumidores aplicar opciones para mitigar el impacto del fenómeno.
Aconsejó a los labriegos planificar el uso del agua y aplicar un eficiente sistema de riego, y sugirió a los ganaderos vender los animales que no puedan mantener y conservar forraje alternativo para alimentar las reses.
A los consumidores los llamó a cocinar en horarios nocturnos cuando la energía es más barata, reducir el número de aparatos electrónicos conectados y a racionalizar el consumo de agua en la casa.
Evocó que la última vez que Costa Rica se vio dañada por los efectos de El Niño fue entre junio de 2009 y abril de 2010 y en aquella ocasión el agro tuvo grandes pérdidas, sobre todo en los cultivos de arroz y caña de azúcar.
El presidente de la Cámara de Agricultura, Álvaro Sáenz, manifestó a ese medio que cuando hay sequía la productividad desciende, los precios de la comida generalmente suben y se puede generar una ausencia de productos.
En tanto, Enaldo Miranda, Director Ejecutivo de la Corporación de Fomento Ganadero, dijo que la sequía hace que los pastos no se recuperen, por lo que los animales sufren mucho por la falta de alimento e incluso algunos mueren.
* Jefe de la Redacción Centroamérica y Caribe de Prensa Latina.
Tomado de Prensa Latina
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