por Nicanor León Cotayo
Celebrada con júbilo en 1966 por la ultraderecha de origen cubano
asentada en Miami, esa ley parece tambalearse. El senador Marco Rubio
adelanta el posible fin de la legislación.
Celebrada con júbilo en 1966 por la ultraderecha de origen cubano asentada en Miami, esa ley parece tambalearse.
Una vez más, pero ahora con un tono dramático, el senador Marco Rubio adelanta el posible fin de la legislación.
Lo expresó el miércoles durante una rueda de prensa organizada en su oficina del Capitolio de Washington.
En Miami, el Nuevo Herald sintetizó así sus palabras: “Marco Rubio advierte que Ley de Ajuste Cubano está en peligro”.
¿A quién responsabilizó por ello?, a la decisión de Obama que, en
primer lugar, está normalizando los lazos diplomáticos con La Habana.
Un periodista de ese diario, Alfonso Chardy, escribió que junto a ese tema habló de sus aspiraciones de llegar a la Casa Blanca.
Las palabras de Rubio en Washington fueron transmitidas además por
circuito cerrado a sus oficinas en dos localidades floridanas, Doral y
Orlando.
Durante su intervención, Rubio afirmó que mantendrá una presión
“constante” sobre Obama para que pruebe la relación de su medida hacia
Cuba y el avance de la democracia allí.
“Toda esa política está basada en la idea de que va a crear aperturas de ese tipo en la isla”, aseveró.
Luego, como supuesto fiscal, amenazó: vamos a asegurarnos de que haya “una masiva transformación política en Cuba”.
A renglón seguido, con una inusitada pretensión colonialista agregó:
Si los diplomáticos estadounidenses de una futura embajada en La
Habana no pueden constatar los cambios, quizás sea mejor “no tener
embajada”.
“Yo haré todo lo que esté dentro de mi poder para bloquear una embajada que sea sólo una fachada”, dijo.
Y puntualizó: “Haré lo que esté dentro de mi poder para bloquear una embajada que no es una real embajada”.
De acuerdo a su desenfrenada lógica ultraderechista, para que lo sea,
sus funcionarios deben moverse sin limitaciones por toda la isla.
A continuación, Rubio enumeró lo que, a su juicio, debe ser lo que
determine la posición en Estados Unidos sobre si hay cambios
democráticos reales en su territorio vecino:
“¿Se permite tener una prensa independiente?”, “¿Autorizan partidos políticos independientes?
Y, ¿pueden tener elecciones libres y justas? ¿O tener una rama judicial independiente?”
También respondió una significativa pregunta: la normalización de
relaciones con Cuba ¿pudiera poner en peligro la Ley de Ajuste Cubano?
Reconoció que lo sucedido ahondaba las preocupaciones sobre su
futuro, aún cuando permite a refugiados e inmigrantes cubanos quedarse y
obtener residencia después de un año.
Faltó, entre otras, una interrogante muy curiosa: ¿Hay democracia en
un país como Estados Unidos donde, según las encuestas, el prestigio del
Congreso de Marco Rubio apenas supera un 10 por ciento?
Con anterioridad, al senador se le escaparon afirmaciones que
desnudan la verdadera entraña de la Ley de Ajuste Cubano y pulverizan la
credibilidad de las interrogantes que formuló el miércoles sobre Cuba.
¿Cuáles? Propuso modificar la ley explicando sus razones de la siguiente manera:
Un creciente número de personas procedentes de La Habana llegan a
Estados Unidos como asilados políticos, base de la ley de Ajuste, pero,
cuando al año y un día obtienen la residencia, viajan 15 o 20 veces al
año a su nación de origen.
¿Qué origina la alarma del senador Marco Rubio? El hecho de que así
actúan quienes alguna vez fueron exhibidos al mundo “como refugiados
de una dictadura comunista“.
Hasta el mismo senador republicano de Miami admitió que la Ley de Ajuste Cubano debe ser “reevaluada y actualizada”.
Cuando así se pronuncia uno de los más influyentes gorilas de Miami
está corroborando que los vientos, sin la menor duda, no soplan a su
favor.
Tomado de Cubasí
Nenhum comentário:
Postar um comentário