segunda-feira, 26 de janeiro de 2015

El bloqueo de EEUU a Cuba impide salvar a diabéticos estadounidenses, afirma especialista


heberprot

Por Gail Reed
Editora ejecutiva de la Revista MEDICC

Unos 29,1 millones de estadounidenses tienen diabetes, casi 8 millones conscientes de su condición. Entre 70 000 y 80 000 diabéticos son amputados cada año a partir de una de las complicaciones más nefastas de la enfermedad: las úlceras del pie diabético. Como resultado del reciente anuncio de la reapertura de relaciones con Cuba, estos amputados – más de la mitad de los cuales de lo contrario morirán dentro de los cinco años tras la amputación – pueden recibir un salvavidas gracias a la innovación cubana.

Debido a nuestro alejamiento de la nación caribeña, la mayoría de los estadounidenses puede no ser consciente de que la industria de la biotecnología cubana está en auge, ya que en la década de 1980 la Isla se convirtió en una de las “tres grandes” en el Sur global (con Brasil y la India). Su último gran avance en Investigación más Desarrollo (I + D) es un medicamento denominado Heberprot-P, que ya ha tratado a 165,000 pacientes con pie diabético en 26 países, lo que reduce el riesgo de amputación en un 75%. El tratamiento pasó sus ensayos clínicos en 5 países y en Europa, donde se le conoce como Epiprot. Los resultados en materia de seguridad y eficacia han sido publicados en International Wound JournalDiabetes Care y MEDICC Review, entre otras publicaciones, con una documentación de diez años de experiencia clínica.

Nuestra organización sin fines de lucro MEDICC (Medical Education Cooperation with Cuba), con sede en California, llevó una delegación bipartidista a La Habana para ver el cuidado de la diabetes y los resultados del Heberprot-P – ocurrió en la víspera del 17 de diciembre, fecha del anuncio histórico de la reapertura de relaciones entre los gobiernos de EEUU y Cuba. El grupo incluía a  la congresista Diana DeGette (D-CO), presidente del Caucus de la Diabetes, la bancada más grande en el Congreso con 345 miembros; más miembros de su Caucus; y expertos en diabetes y defensores de pacientes.

Entre ellos estaba la congresista Karen Bass (D-CA), quien dijo que su madre padece la enfermedad, por lo que esto es algo “cercano y personal para mí”. Ella también dijo que su distrito de Los Angeles tiene a muchos diabéticos: “Dado que la enfermedad golpea desproporcionadamente a personas de bajos ingresos y negras, ahora lo veo en todas partes entre mis electores Y también veo muchos amputados por (la infección del) pie diabético.”

La diabetes sin duda es una de las mayores y más paralizantes amenazas a la salud en las comunidades de nativos americanos, afroestadounidenses y latinos, en ese orden. De acuerdo con la Alianza para Reducir las Disparidades en la Diabetes, de  la Universidad de Michigan, los nativos americanos tienen la prevalencia más alta de diabetes en el mundo: el 16% de los nativos americanos y de los nativos de Alaska sufren de la enfermedad. A esto se suma que la padecen casi el 13% de los afroamericanos, el 12% de los hispanos, un 8% de los asiático-americanos e isleños del Pacífico, y sólo el 7% de los blancos no hispanos.

Además del impacto en la salud humana, hay que añadir el costo para los pacientes y para los programas federales, estimados en unos 250 000 millones de dólares anuales, con los pacientes que padecen de la úlcera del pie diabético pagando el doble de lo que invierten otros diabéticos para su cuidado. Y esto no cuenta el costo de los años de discapacidad, asociado con la pérdida de ingresos y la pobreza más profunda. The Washington Post ha publicado un comunicado especial sobre la diabetes, de la Asociación Americana de Diabetes (ADA) que dice que 1 de cada 5 dólares que se invierte EEUU en salud, se gasta en el tratamiento de pacientes con diabetes.

Y la enfermedad es de hecho una epidemia en los EEUU – crece a un ritmo alarmante en la mayoría de los estados, y afecta a casi 30 veces más gente que en 1958. La más común es la diabetes tipo 2, donde el envejecimiento, la mala alimentación, la inactividad física, hipertensión arterial y la obesidad juegan un papel aún más grande en esta enfermedad que los factores hereditarios.

¿Podrán los médicos de EEUU prescribir Heberprot-P a sus pacientes? ¿La FDA (Food and Drug Administration: Agencia de Alimentos y Medicamentos de EEUU) aplicará una vía rápida para ensayos clínicos como medicamento único que es? ¿Están los ensayos a punto de comenzar? ¿Podrá ser vendido el medicamento Heberprot-P si demuestra ser eficaz? Bueno, pues no, no, no y no.

Y esto es debido a que es un producto cubano (todavía no patentado en EEUU). El Departamento de Control de Activos Extranjeros (OFAC, encargado de hacer cumplir el bloqueo de Estados Unidos contra Cuba), del Departamento del Tesoro, negó una licencia para los ensayos y las ventas en el 2010. Luego, en 2014, la agencia dio una licencia sólo para los ensayos clínicos, pero se negó a dar luz verde a las ventas futuras, incluso si la FDA aprueba que el medicamento es seguro y eficaz.

Así Healiance – filial estadounidense de una empresa francesa- no tiene suficiente incentivo para arriesgar millones en ensayos extensos, reclutando a pacientes para un tratamiento que sus médicos nunca podrán ser capaces de prescribir.

La decisión del Tesoro fue comunicada en junio pasado. Rechazó una carta de diciembre de 2013 enviada por la congresista Barbara Lee (D-CA) y firmada por 111 miembros del Congreso, instando al Departamento a licenciar no sólo los ensayos de Heberprot-P, sino las ventas también, si los resultados del ensayo y decisión de la FDA son positivos. “OFAC ha concedido autorizaciones similares en el pasado”, ha recordado la carta al Secretario del Tesoro Jack Lew, “por ejemplo, en 2004, la OFAC concedió una licencia a una empresa para una vacuna contra el cáncer desarrollada por un instituto de investigación de Cuba”. ”Contar con este medicamento ayudaría a la prevención y la disminución del alto número de amputaciones, y facilitaría  un cambio de vida aquí en nuestra ciudad”, señaló Helene Velázquez, Directora del Program Director of Mission Delivery, de la ADA en Nueva York.

A lo que añadió la congresista Bass: “Creo que es grotesco no proporcionar a las personas el acceso a un medicamento único en su tipo que podría evitarles tan terribles sufrimientos y discapacidad … todo por culpa de un desacuerdo político con Cuba, el país donde el medicamento fue desarrollado. El acceso a este tratamiento debe ser un derecho de los pacientes estadounidenses”.

Incluidos un derecho de pacientes como Halle Barry, Nick Jonas, Randy Jackson, Salma Hayek, Jay Cutler, Patti LaBelle, Anne Rice, Larry King … y sí, Mike Huckabee … todos diabéticos.

¿La Casa Blanca y su nueva apertura hacia Cuba convencerá a Hacienda para aprobar la licencia completa de Heberprot-P? ¿Aprobará que otras licencias puedan aterrizar en el escritorio de la OFAC… para los anticuerpos monoclonales dirigidos contra el cáncer pulmonar y cerebral infantil, o nuevas vacunas contra el dengue o el cólera que puedan ser producidas por Cuba? ¿O vamos a seguir pagando el precio terrible de la política?

Debido a que el Heberprot-P es una prueba de que el bloqueo de Estados Unidos aún no se ha levantado por ser una ley del Congreso, esto no sólo está haciendo daño a los cubanos. Vidas de norteamericanos también están, literalmente, en juego.

(Traducido por Cubadebate. Publicado originalmente en The Huffington Post)

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