terça-feira, 18 de novembro de 2014

Niño cubano salvado del silencio, un derecho refrendado (+ Infografía)




Nueva Gerona, 14 nov (AIN) El niño Daniel Quintero, residente en Isla de la Juventud, es una de las más de 300 personas que en Cuba viven con implante coclear, gracias a los esfuerzos del país por facilitar la inserción social de quienes están afectados del sentido auditivo.

Flor de Lis Fernández, licenciada en Educación y maestra del pionero en la escuela primaria Manuel Alcolea, ponderó los cuantiosos recursos destinados por el Estado cubano para salvar del silencio a pequeños con sordera profunda y posibilitarles la comunicación oral.

Danielito fue implantado a los cuatro años y desde el preescolar ha ido venciendo los objetivos fundamentales de cada grado y en la medida en que progrese su audición podrá ampliar su vocabulario e incorporar otros contenidos, comentó Fernández, maestra de tercer grado de ese plantel.

Precisó que el niño va a la par del grupo, pero enfatizó que comenzó a familiarizarse con los sonidos a partir de los cuatro años de edad, por tanto eso requiere un trabajo diferenciado, con apoyo de recursos visuales como las láminas.

Durante tres meses tuvo el dispositivo del implante roto, padecí junto a sus padres las consecuencias del bloqueo de EE.UU. a Cuba, porque al país le cuesta muchísimo la adquisición de esos dispositivos caros en el mercado mundial, comentó.

En ese lapso mi esfuerzo fue mayor porque la discapacidad limitó la comunicación y pesaba además no ser profesional de la enseñanza especial, comentó.

Esa experiencia es el tema de mi investigación presentada a la versión local de Pedagogía 2015, donde obtuve categoría de destacada, refirió.

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El implante coclear es un dispositivo electrónico de alta tecnología capaz de transformar las ondas sonoras en potenciales eléctricos y sustituir el oído interno en pacientes con afectación grave que no resuelven con prótesis auditiva, precisó en 2009 a la AIN el profesor Antonio Paz Cordovés.

Paz Cordovés, pionero en ese tipo de proceder quirúrgico, comentó que una vez operados los pacientes se someten a un largo período de rehabilitación que puede extenderse hasta cinco años. 

Este tipo de neuroprótesis sonora permite que niños con sordera profunda, de origen coclear, desarrollen lenguaje oral, esfuerzo que realiza Cuba para garantizar ese derecho refrendado.    

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