sábado, 15 de novembro de 2014

Esa musa llamada Habana

Retrato costumbrista de La Habana



Por Charly Morales Valido

La Habana, 14 nov (PL) A punto de cumplir 495 años, La Habana posee muchos encantos para enamorar a sus hijos y a quienes vinieron de lejos, muchos de ellos seducidos por las canciones que ha inspirado esta singular musa.

Algo aquí sugiere versos, melodías, cierta necesidad de cantarle a una ciudad que no es precisamente un Parnaso, pero es pródiga en historias, sensaciones, sonidos y una generosa dosis de bohemia.

Fundada el 16 de noviembre de 1519, la villa de San Cristóbal de La Habana fue un puerto estratégico donde no solo recalaban barcos, sino navegantes y marinos de todo el mundo.

Estos traían sus cantos, y seguramente muchos cayeron embrujados por la magia de esta tierra donde encontraron alivio a las penurias espirituales y corporales de la dura vida en alta mar.

Aunque no existe constancia ni recuerdo, nadie duda que desde sus albores La Habana inspirara canciones perdidas en el tiempo, si bien el género habanera confirma la personalidad musical de esta ciudad.

Fue con la irrupción de las grabaciones fonográficas que esa musa llamada Habana comenzó a ser cortejada de mil maneras por músicos que contaban, mejor dicho, cantaban su historia.

Por ejemplo, Miguel Matamoros en su inmortal "Son de la Loma" se preguntaba de dónde serán los cantantes, si de Santiago o de La Habana, "tierra soberana".

Julio Gutiérrez se inspiró en el amanecer capitalino para hacer "Sí es La Habana", grabada con el cuarteto Los Riveros, en tanto Marta Valdés le ponía filin a su ciudad con "Por La Habana".

La inmensa Moraima Secada grabó "Mi Habana de siempre", de autor desconocido, y Los Zafiros decían de su hermosa Habana "lindo es tu Prado, lindas son tus calles, bello es tu mar", en un gran tema de Rolando Vergara.

"Que se sepa que yo soy de La Habana", advertía a quien quisiera oírlo el fenómeno musical que fue Irakere, que legó un emblemático coro: "Oh, La Habana, oh, La Habana... ¿Quién no baila, quién no goza caballero en mi Habana?".

En "La Habana Sí", los Van Van llegaron a considerarla la capital más bella de América Latina, si bien luego reconocieron que "La Habana no aguanta más", refiriéndose a las migraciones internas.

La gente de Habana Abierta le rindió culto desde su mismo nombre, y uno de los integrantes de ese fecundo colectivo, Vanito Caballero, bendecía la ciudad de sus sentimientos en su trepidante "Habana a todo color".

No solo los cubanos le han cantado a su capital. Si la española Lolita cantaba "Tengo un amor en La Habana que cada mañana me manda un barco con una flor", su compatriota Joaquín Sabina afirmaba que "a la Habana, hasta el deterioro le sienta bien".

La madrileña Ana Belén hizo suya el "Habáname" de Carlos Varela, mientras el cineasta español Benito Zambrano le dedicó un Habana Blues, con canciones de Descemer Bueno, Kelvis Ochoa y X Alfono.

A su vez, el argentino Fito Páez -uno que siempre regresa- confesó en "Habana" que no puede olvidarla porque su perfume tan extraño le apasiona.

Aquí el grupo español Jarabe de Palo encontró a su "Flaca", coral negro de La Habana, tremendísima mulata, y el rockero Dago Pedraja metió caña con su improbable "Nieve en La Habana".

Dos bellas canciones compuestas para esta ciudad son "Hoy mi Habana", de José Antonio Quesada y cantada por Xiomara Laugart, y "Andar La Habana", del trovador Ireno García.

Sin embargo, pocas composiciones emocionan tanto como el "Sábanas Blancas" de Gerardo Alfonso, tema ecléctico como la ciudad que lo inspira, mezcla de trova, guaguancó y mucho amor.

Dicha canción hace un periplo por diferentes rincones habaneros, al igual que hizo la orquesta NG la Banda con "La Expresividad", un paseo por barrios, municipios y tradiciones de la capital.

En el ámbito bailable triunfó "La especulación de La Habana", de Paulito FG; Pachito y sus Kiki calentaban las pistas con "La Habana me queda chiquita" y Manolito y su Trabuco legaba "Locos por mi Habana", donde afirmaba que vivir aquí era (es) un privilegio.

Abundan las razones para amar esta ciudad, tantas que a muchos, como señalaba el sonero Adalberto Álvarez en "Un pariente en el campo", les gusta hacerse los habaneros. Y se lo creen...

ro/cmv

Nenhum comentário:

Postar um comentário