Santiago de Chile, 16 dic (PL) La contundente victoria de la exmandataria
Michelle Bachelet en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Chile
sitúa al país a las puertas de profundas transformaciones sociales, de cumplirse
su programa de gobierno.Poco después de conocerse la arrasadora victoria en
la tarde-noche del domingo, Bachelet reiteró su voluntad de llevar adelante los
cambios de fondo prometidos, en la mayoría de los casos emanados de las
principales demandas que en los últimos años los movimientos sociales llevaron a
la calle.
"Se trata de un triunfo de envergadura histórica para las fuerzas de izquierda y progresistas en general", declaró a Prensa Latina el presidente del partido Izquierda Ciudadana, Víctor Osorio, cuya agrupación es parte del pacto opositor Nueva Mayoría, el que postuló a la expresidenta (2006-2010).
De acuerdo con el periodista y político, la contundencia del triunfo sobre la candidata de la Alianza de la derecha chilena, Evelyn Matthei, y sobre todo lo que ella representa, asegura la profundidad de los cambios estructurales que Bachelet y Nueva Mayoría se proponen acometer.
En opinión de Osorio, el 62,16 por ciento de los votos a favor de la exmandataria evidencia que la inmensa mayoría de los ciudadanos que concurrieron a las urnas se identifica con las propuestas del bloque, que buscan edificar un nuevo país, que deje atrás la intensa desigualdad existente y permita aflorar la equidad.
La segunda vuelta del domingo solo tributó a Matthei el 37,83 por ciento de los sufragios, en una jornada que estuvo signada por el abstencionismo.
De los poco más de 13 millones 500 mil ciudadanos que integran el padrón electoral, acudieron a votar cinco millones 700 mil, es decir el 47 por ciento de los electores.
Poco después de conocerse la victoria, Bachelet reiteró las prioridades del que será su Gobierno a partir del 11 de marzo, cuando recibirá de vuelta la banda presidencial que hace cuatro años ella misma traspasó al presidente Sebastián Piñera.
Entre sus propuestas, remarcó la voluntad de emprender una profunda reforma educacional y avanzar hacia una nueva Constitución.
Ante cientos de seguidores en las afueras del capitalino hotel Plaza San Francisco, en la emblemática Alameda, Bachelet agradeció a las voces populares de las cuales emergieron muchos de sus ejes programáticos, entre ellos a los jóvenes que en las manifestaciones demandaron cambios en el sistema de en enseñanza.
"Gracias a los jóvenes se ha manifestado con fuerza las ansias de construir un sistema educativo público (...) esa bandera la tomamos entre todos. Hoy ya nadie duda de que el lucro no puede ser el motor de la educación", expresó la expresidenta (2006-2010).
Bachelet insistió en que la educación no es una mercancía, porque los sueños no son un bien de mercado. "Es un derecho de todos y de todas", exclamó.
Además, puso énfasis en la batalla que librará para que el país avance hacia una nueva Constitución, nacida en democracia, en lugar de que carta magna vigente, establecida durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
Según la mandataria electa, la nueva Constitución debe asegurar más derechos, y garantizar que en el futuro la mayoría nunca más será callada por una minoría.
"Una Constitución que se transforme en el paso social nuevo, moderno y renovado que Chile demanda y necesita, que sea la base de una nueva relación entre las instituciones y la ciudadanía", apostilló.
La expresidenta, además de tener como aval el 62,16 por ciento de los sufragios en la segunda vuelta, tiene a su favor el empuje de las fuerzas de centro-izquierda en el Congreso, que en las elecciones del 17 de noviembre último ampliaron sus curules en ambas cámaras de poder legislativo.
Con estos resultados, junto al retorno de Bachelet al Palacio de La Moneda, de 38 butacas del Senado, 21 serán ocupadas por políticos de partidos pertenecientes al pacto opositor Nueva Mayoría, la derecha dominará 16, y uno es independiente. En la Cámara de diputados, el bloque de Bachelet controlará 64 curules, en tanto la bancada de los partidos que pasarán a ser de oposición ocupará 52, y cuatro serán independientes y de otras agrupaciones que pudieran inclinarse con el pacto de
la nueva presidencia.
La correlación no le permitirá a Nueva Mayoría de manera automática emprender acciones que impliquen reformas constitucionales, pero si a través de la mayoría simple impulsar varias de las propuestas de la centro-izquierda, como la reforma tributaria estipulada en el programa de Bachelet.
En la Cámara baja se verán rostros de emblemáticos exdirigentes estudiantiles como Giorgio Jackson, Gabriel Boric, y las comunistas Karol Cariola y Camila Vallejo, quien lideró las grandes movilizaciones de 2011 en defensa de una educación pública, gratuita y de calidad.
Cariola y Vallejo son parte de la ampliación de la bancada del Partido Comunista en la contienda del 17 de noviembre, cuando logró elevar de tres a seis el número de diputados.
Nueva Mayoría lo integran los partidos Socialista, Comunista, Por la Democracia, Radical Socialdemócrata, Democracia Cristiana, Movimiento Amplio Social e Izquierda Ciudadana, así como algunas fuerzas independientes.
tgj/et
"Se trata de un triunfo de envergadura histórica para las fuerzas de izquierda y progresistas en general", declaró a Prensa Latina el presidente del partido Izquierda Ciudadana, Víctor Osorio, cuya agrupación es parte del pacto opositor Nueva Mayoría, el que postuló a la expresidenta (2006-2010).
De acuerdo con el periodista y político, la contundencia del triunfo sobre la candidata de la Alianza de la derecha chilena, Evelyn Matthei, y sobre todo lo que ella representa, asegura la profundidad de los cambios estructurales que Bachelet y Nueva Mayoría se proponen acometer.
En opinión de Osorio, el 62,16 por ciento de los votos a favor de la exmandataria evidencia que la inmensa mayoría de los ciudadanos que concurrieron a las urnas se identifica con las propuestas del bloque, que buscan edificar un nuevo país, que deje atrás la intensa desigualdad existente y permita aflorar la equidad.
La segunda vuelta del domingo solo tributó a Matthei el 37,83 por ciento de los sufragios, en una jornada que estuvo signada por el abstencionismo.
De los poco más de 13 millones 500 mil ciudadanos que integran el padrón electoral, acudieron a votar cinco millones 700 mil, es decir el 47 por ciento de los electores.
Poco después de conocerse la victoria, Bachelet reiteró las prioridades del que será su Gobierno a partir del 11 de marzo, cuando recibirá de vuelta la banda presidencial que hace cuatro años ella misma traspasó al presidente Sebastián Piñera.
Entre sus propuestas, remarcó la voluntad de emprender una profunda reforma educacional y avanzar hacia una nueva Constitución.
Ante cientos de seguidores en las afueras del capitalino hotel Plaza San Francisco, en la emblemática Alameda, Bachelet agradeció a las voces populares de las cuales emergieron muchos de sus ejes programáticos, entre ellos a los jóvenes que en las manifestaciones demandaron cambios en el sistema de en enseñanza.
"Gracias a los jóvenes se ha manifestado con fuerza las ansias de construir un sistema educativo público (...) esa bandera la tomamos entre todos. Hoy ya nadie duda de que el lucro no puede ser el motor de la educación", expresó la expresidenta (2006-2010).
Bachelet insistió en que la educación no es una mercancía, porque los sueños no son un bien de mercado. "Es un derecho de todos y de todas", exclamó.
Además, puso énfasis en la batalla que librará para que el país avance hacia una nueva Constitución, nacida en democracia, en lugar de que carta magna vigente, establecida durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
Según la mandataria electa, la nueva Constitución debe asegurar más derechos, y garantizar que en el futuro la mayoría nunca más será callada por una minoría.
"Una Constitución que se transforme en el paso social nuevo, moderno y renovado que Chile demanda y necesita, que sea la base de una nueva relación entre las instituciones y la ciudadanía", apostilló.
La expresidenta, además de tener como aval el 62,16 por ciento de los sufragios en la segunda vuelta, tiene a su favor el empuje de las fuerzas de centro-izquierda en el Congreso, que en las elecciones del 17 de noviembre último ampliaron sus curules en ambas cámaras de poder legislativo.
Con estos resultados, junto al retorno de Bachelet al Palacio de La Moneda, de 38 butacas del Senado, 21 serán ocupadas por políticos de partidos pertenecientes al pacto opositor Nueva Mayoría, la derecha dominará 16, y uno es independiente. En la Cámara de diputados, el bloque de Bachelet controlará 64 curules, en tanto la bancada de los partidos que pasarán a ser de oposición ocupará 52, y cuatro serán independientes y de otras agrupaciones que pudieran inclinarse con el pacto de
la nueva presidencia.
La correlación no le permitirá a Nueva Mayoría de manera automática emprender acciones que impliquen reformas constitucionales, pero si a través de la mayoría simple impulsar varias de las propuestas de la centro-izquierda, como la reforma tributaria estipulada en el programa de Bachelet.
En la Cámara baja se verán rostros de emblemáticos exdirigentes estudiantiles como Giorgio Jackson, Gabriel Boric, y las comunistas Karol Cariola y Camila Vallejo, quien lideró las grandes movilizaciones de 2011 en defensa de una educación pública, gratuita y de calidad.
Cariola y Vallejo son parte de la ampliación de la bancada del Partido Comunista en la contienda del 17 de noviembre, cuando logró elevar de tres a seis el número de diputados.
Nueva Mayoría lo integran los partidos Socialista, Comunista, Por la Democracia, Radical Socialdemócrata, Democracia Cristiana, Movimiento Amplio Social e Izquierda Ciudadana, así como algunas fuerzas independientes.
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