Mario Díaz Ballart e Ileana Ross Lehtinen |
Una carta de seis legisladores de Estados Unidos rechaza la apertura de esa misión diplomática en Washington.
Así lo informó recientemente desde aquella ciudad un cable de la agencia noticiosa alemana DPA.
Sus nombres, los republicanos Ileana Ros-Lehtinen, Mario Díaz-Balart,
Albio Sires y Carlos Curbelo, así como el senador demócrata Ted Cruz.
Enviaron su misiva el jueves último a la subsecretaria de Estado para
el Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson, y al asesor de la Casa
Blanca para América Latina, Ricardo Zúñiga.
¿Principal argumento de sus firmantes? Que tal hecho podría
menoscabar la seguridad nacional, “dado el largo historial de espionaje
cubano” allí.
Como parte de ese historial la ultraderecha del Congreso de
Washington y la de Miami agregan a cinco cubanos que se infiltraron allí
en grupos terroristas para frustrar sus zarpazos.
Sin embargo, la oposición de esos legisladores no se limita a la
embajada, también a la apertura de consulados u otro tipo de oficinas en
aquel país.
¿Pretexto? La red cubana de espionaje y su casi total concentración en Estados Unidos, aseguró un comunicado de Ros-Lehtinen.
Si abriesen tales dependencias, escribió, "la administración nos
arriesga a que espías cubanos tengan mayor acceso a información
delicada”.
Los citados legisladores además criticaron haber sido marginados del
proceso dirigido a normalizar las relaciones entre ambas naciones.
Pagaron así, de alguna forma, lo vocinglero, rígido y agresivo que ha sido su comportamiento durante años.
También, por la conocida íntima relación que algunos de ellos han sostenido con pandillas y jefes ligados al terrorismo.
Un ejemplo entre tantos son los casos de Luis Posada Carriles y
Orlando Bosch Avila, catalogados por la CIA y el FBI como peligrosos
terroristas continentales.
A los dos ella les organizó
cálidos homenajes públicos en Miami, e incluso presidió un comité para
acopiar dinero a favor del primero.
Bosch, fue descrito así por el asistente del fiscal general, Joseph
Whitley, cuando en 1989 decidieron expulsarlo del territorio nacional:
“Orlando Bosch se ha mostrado durante más de 30 años decidido e
indeclinable” en su apoyo a la acción terrorista, por lo que “podría ser
perjudicial para el interés público de Estados Unidos proporcionar un
sitio seguro a Bosch”.
No obstante, circuló en Miami una fotografía, -hoy todavía a mano-
donde aparece la siguiente dedicatoria: “Orlando, con mucho cariño,
Ileana”.
Pero hay más. A partir de 2008 Ros-Letinen se convirtió en la “madrina” protectora del señor Eduardo Arocena Pérez.
¿Quién ha sido este caballero? Lo indican algunas pinceladas.
Fundador en septiembre de 1974 de la pandilla terrorista Omega-7,
quien, según el FBI, entre 1975 y 1983, cometió unos 30 atentados con
explosivos en la Florida y Nueva Jersey.
Estuvo entre quienes en 1976 crearon en Bonao, República Dominicana,
la titulada Coordinadora de Organizaciones Revolucionarias Unidas
(CORU), bajo el mando del terrorista Luis Posada Carriles.
Días más tarde, el 24 de octubre, The New York Times informó
respecto a sus atrocidades, incluida la voladura en pleno vuelo de una
aeronave civil cubana con 73 personas a bordo.
He ahí un asomo del historial de Arocena Pérez, otro de los amparados por Ileana Ros-Lehtinen.
Esta última acaba de escribir a la subsecretaria de Estado Roberta
Jacobson para enfrentarse a la apertura de una embajada cubana en
Washington porque eso, a su juicio, dañaría la seguridad nacional.
Tomado de Cubasí
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