La Cumbre Extraordinaria del ALBA centar'a una posici'on común para defender a Venezuela. |
Ante los ojos del mundo, los países del ALBA se encontrarán nuevamente,
esta vez para defender el derecho de uno de sus miembros a su soberanía y
autodeterminación...
Bertha Mojena
Una Cumbre Extraordinaria de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA) se inicia este martes en Venezuela.
Ante los ojos del mundo, los países que integran este modelo de
integración regional se encontrarán nuevamente, esta vez para sentar
posiciones frente a un enemigo común y defender el derecho de uno de sus
miembros —que es el de todos— a su soberanía y autodeterminación.
La Cumbre responderá sin dudas a las amenazas desmedidas de quienes
históricamente han pretendido erigirse como los dueños del continente —y
del mundo— y a quienes se les olvida que como se ha reiterado por estos
días una y otra vez, América Latina cambió y cambió de verdad, para
bien, pues hace rato dejó de ser el patio trasero de Norteamérica.
A este encuentro llegarán los mandatarios y cancilleres miembros del
ALBA para levantar sus voces solidarias, pero firmes, para decir basta y
desmentir de forma categórica la matriz empleada por el gobierno de
Barack Obama que acusa a Venezuela de ser una “amenaza” para la
seguridad nacional de los Estados Unidos.
En dos palabras resumía el presidente Nicolás Maduro hace unos días el
efecto causado por el decreto del mandatario norteamericano respecto a
la tierra de Bolívar y Chávez: incredulidad y apoyo a la Revolución. Y
es que desde todas partes del mundo han sido miles, millones, los que
han manifestado su respaldo al gobierno constitucional de Venezuela y a
su pueblo, desmintiendo que alguna vez pudieran ser una amenaza para
alguien.
Presidentes como Rafael Correa, Evo Morales, Cristina Fernández de
Kirchner, Mujica, Daniel Ortega, entre otros, se han hecho sentir y en
todos los escenarios posibles han alertado sobre las pretensiones de
Estados Unidos de crear un ambiente desfavorable previo a la Cumbre de las Américas en Panamá, ante la posibilidad de ratificarse allí la unidad de los pueblos desde el Río Bravo hasta la Patagonia.
En muchas regiones fuera del continente americano, gobiernos, miembros
de movimientos sociales, partidos políticos, comunidades indígenas,
afroamericanas, intelectuales, artistas y pueblos en general han
realizado marchas, actos públicos, cantatas, manifestaciones frente a
las Embajadas norteamericanas y las más disímiles acciones que reiteran
que atacar a Venezuela, implicaría desafiar a los hombres que luchan en
todo el mundo por las causas justas de la humanidad.
Desde Cuba, el líder de la Revolución, Fidel Castro, reflejó el sentir
del pueblo apenas unas horas después de anunciarse la decisión del
presidente Obama y calificó de histórica la respuesta de Nicolás Maduro.
Unos días antes, durante su participación en las actividades de
homenaje por el segundo aniversario de la siembra eterna del Comandante
Hugo Chávez, nuestro primer vicepresidente, Miguel Díaz Canel Bermúdez,
había ratificado la solidaridad y el apoyo incondicional del gobierno y
el pueblo cubano, al pueblo de Venezuela, a su Revolución y a su
legítimo gobierno.
El vicepresidente cubano dijo también que una situación de
inestabilidad en el país suramericano implicaría una realidad muy
compleja para la región y que eso solo podía enfrentarse con eficiencia,
unidad y haciendo mejor las cosas.
Días después, los países miembros de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR)
se reúnen en Ecuador para ratificar su posición de respaldo a Venezuela
y de rechazo a todo tipo de intromisión del imperialismo norteamericano
o de cualquier otro país en los asuntos internos de los demás, violando
no solo su soberanía e independencia, sino también normas elementales
del Derecho Internacional.
Mientras, el pueblo venezolano ha continuado en las calles,
manifestándose y demostrando su disposición de defenderse, mostrando con
valentía por qué se dice que esta es tierra de libertadores,
preparándose y respaldando la aprobación de una Ley Habilitante que da a
su presidente facultades legislativas para la defensa del país si fuese
necesario.
Pero al decir del canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, era
urgente, imprescindible, una Cumbre del ALBA que se pronunciara con
absoluta firmeza y decisión, en solidaridad con la Revolución
Bolivariana y con la unión cívico militar que es fundamento del proceso
bolivariano y chavista.
“La Alianza Bolivariana para los Pueblos América trabaja activamente
para movilizar a las fuerzas progresistas, revolucionarias y a los
pueblos de la región en defensa de Venezuela y la unidad
latinoamericana”, señaló Rodríguez Parrilla.
Para el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Estados Unidos ha
provocado un grave daño al ambiente hemisférico, a lo cual América
Latina debe reaccionar con vigor y firmeza, porque ya es hora que se
comprenda que no se puede manejar a Cuba con una zanahoria y a
Venezuela con un garrote. Los tiempos del garrote y la zanahoria ya
forman parte de la historia.
Es por eso que resonarán nuevamente las voces del ALBA, que Caracas
centrará la atención del mundo y en especial, del continente, para hacer
valer los principios que la conformaron: el de la verdad, la
solidaridad, la justicia, el amor por los pueblos, el intercambio
desinteresado y el bien común de todos.
El ALBA volverá a decir no al Neoliberalismo como lo hizo con el ALCA,
al capitalismo desenfrenado que tanto daño ha hecho al continente, al
imperialismo que cierne su mano una y otra vez sobre las riquezas de
nuestros países, volverá a hacer sentir la fuerza de la unidad y
renovará el homenaje permanente al Comandante Hugo Chávez Frías,
demostrando que por encima de cualquier interés individual está la lucha
cotidiana por la defensa de los intereses de nuestros pueblos.
En la Cumbre que comienza este martes renacerá el ALBA de Chávez y
Fidel, la idea y acción bolivariana por la libertad de nuestros pueblos,
el carácter antiimperialista de Martí y la ratificación de paz que
gracias a alianzas como estas se han encendido en nuestro continente,
por encima de los que pretenden resolverlo todo con amenazas y
cañonazos.
Será esta una nueva oportunidad para levantar banderas por la hermandad
Nuestramericana, por la liberación definitiva de nuestros pueblos, para
remover conciencias, desafiar los sueños y ratificar un camino que a
veces parece vencido pero todos los días nos demuestra, como nos alertó
el Che, que “al imperialismo, ni un tantico así”.
Tomado de Cubahora
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