sexta-feira, 27 de março de 2015

Finanzas claras, vital para la unificación monetaria

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Que el sistema empresarial cubano accione bajo una estricta disciplina financiera, en tanto ponga en “jaque mate” al viejo vicio de las cuentas por cobrar y pagar vencidas, resulta uno de los imperativos para el tránsito hacia la unificación monetaria y cambiaria en el país. 

La burla reiterada de los compromisos contractuales ha puesto a flote por décadas innumerables distorsiones; una de ellas, que algunas entidades corran con gastos superiores a los concebidos en sus arcas y, por correlato, reciban la asistencia del presupuesto nacional. 

Por suerte, esa cadena de impagos ya se intenta paliar con la adopción de un conjunto de medidas, una prioridad que, a su vez, se refrenda desde el Lineamiento número 10. 

No obstante, y aunque en menor magnitud, aún persisten débitos pendientes,  que se contraponen con la intención de eliminar la dualidad cambiaria en el sector estatal, el paso de mayor importancia dentro del proceso de unificación, según el Doctor en Ciencias Económicas Joaquín Infante, asesor del presidente de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba.
 
Al dialogar con la AIN, Infante subrayó que mientras no exista disciplina financiera será muy difícil recuperar el valor del peso cubano y sus funciones. Para él, es fundamental que exista plena vigencia en las finanzas, de manera que las empresas utilicen el dinero de acuerdo con las operaciones de compra y venta. 

El también Premio Nacional de Economía apuntó que un comportamiento contrario conlleva a que algunas entidades posean excesos de liquidez y, por tanto, el peso no pueda ser convertible en este sector, pues las reservas en divisas se agotarían ante la creciente demanda. 

Para dar respuesta a tales solicitudes,  Cuba necesitaría de mayor cantidad de reservas, las cuales no dispone, destacó Infante al considerar tal situación una de las principales causas del mantenimiento de la dualidad monetaria y cambiaria. 

No obstante este complejo asunto, el prestigioso economista opina que la anunciada unificación resulta una medida impostergable y necesaria, en aras de alcanzar la máxima efectividad de las demás acciones que se emprenden como parte de la actualización del modelo económico nacional. 

Muchas son las distorsiones que ocasiona para cualquier economía poseer diferentes tipos de cambios. En el caso de  Cuba, el sector estatal realiza sus transacciones mediante una apreciación de 1 CUP= 1 CUC, mientras la población lo hace convirtiendo  25 CUP en un CUC. 

La situación se hace aún más complicada cuando existe, además, una “tercera moneda” en el sistema empresarial: la llamada Carta de Liquidez (CLC), con la cual se identifican los CUC que tienen respaldo en divisas. 

De ahí que sea saludable unificar los referidos tipos de cambios, lo cual requiere también de devaluar el CUP en el sector estatal. 

Entre las ventajas de esta medida, Infante mencionó la de medir con mayor objetividad todos los indicadores macroeconómicos, como el producto interno bruto, el plan de la economía y el presupuesto del Estado. 

Ese paso permitirá asimismo que los empresarios puedan utilizar los estados financieros como un verdadero instrumento directivo para la justa dimensión de la rentabilidad y competitividad de sus producciones y servicios, aseguró. 

Y si de beneficios se trata, el entrevistado adicionó otro de vital trascendencia para el crecimiento económico del país: que las entidades estén realmente interesadas en exportar, al encarecer los productos importados y ser realmente ventajosas las ventas en el exterior. 

Para mí, es importantísimo eliminar la dualidad, pues esta distorsiona la economía, sus costos, inventarios…, es como trabajar con los ojos vendados, sin saber qué producto es competitivo y cuál no, acotó. 

Sobre la implicación de esa medida en la población, el economista recordó que no tendrá un efecto impactante en sus niveles adquisitivos, pues la apreciación del peso cubano está vinculada al aumento de la productividad, de la eficiencia del trabajo, de la competitividad y rentabilidad de las producciones. 

Es por ello que, insistió Infante, lo más significativo a resolver es la eliminación de la dualidad cambiaria, por su implicación en el ulterior desarrollo de las demás acciones del proceso de actualización del modelo nacional. 

Y, no será posible sin poner orden en las finanzas, sin eliminar por tanto, de una vez y por todas, las dañinas cadenas de impagos.

(Por Lissett Izquierdo Ferrer, AIN)

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