La
declaración de Venezuela como una amenaza para la Seguridad Nacional de
Estados Unidos es un formalismo que siempre ha usado ese país para
realizar embargos económicos y una posterior intervención militar en
diversos países alrededor del mundo.
Han
intentado invadir Cuba y fueron derrotados, han intentado vencerla con
bloqueo económico y han sido derrotados. El mismo presidente Obama lo
reconoció abriendo una nueva etapa de diálogos con la Isla. ¿Por qué
ahora intentar hacer lo mismo con otro país latinoamericano? Nadie niega
que hay serios conflictos y un incremento de la violencia en Venezuela
pero ¿Acaso alguien puede creer que represente un peligro para el pueblo
estadounidense o algún otro país del mundo? ¿Por qué EEUU se contradice
deliberadamente en sus injerencias externas? ¿No hay acaso una clara
crisis humanitaria en México que obvia mencionar?
Si se
trata de violaciones a DDHH, los países latinoamericanos debemos
declarar a EEUU, sus injerencias y sus bases militares una amenaza para
todos los pueblos de la región. Pero Nuestra América es una región
solidaria y de paz, no pretendemos invadir a nadie, sólo queremos
respeto a nuestra soberanía y nuestra autodeterminación.
La
situación de Venezuela debe resolverse en el marco de sus instituciones
democráticas y con colaboración de nuestros organismos regionales. Así
lo ha hecho, por ejemplo, la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR),
con su reciente visita a Caracas, la cual fuera apoyada por el
Secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon. En su visita, la UNASUR ha
reconocido intentos de desestabilización en Venezuela para interrumpir
la cadena de legitimidad democrática lo que explica, entre otras cosas,
las situaciones de desabastecimiento económico.
El único
peligro para el pueblo de Estados Unidos está en Estados Unidos. Son los
lobbys corporativos militares y financieros, que consideran que una
región sin guerras y con recursos que no pueden controlar, es un peligro
para sus intereses económicos y de poder profundamente
antidemocráticos. Sectores que se sustentan en el ataque a otros
pueblos, en la desinformación y utilización del pueblo norteamericano
pudiente y de piel blanca, y del empobrecimiento, encarcelamiento y
persecución de los norteamericanos e inmigrantes de piel oscura.
Venezuela
tiene la mayor reserva de petróleo del mundo, es el cuarto suplidor de
crudo de EEUU, fortalece su economía real, sus políticas sociales y ha
logrado una revolución democrática y bolivariana a fuerza de elecciones
que han sido declaradas por el ex presidente norteamericano, James
Carter, como una de las más transparentes del mundo. A lo que se debe
agregar haber sido el primer país en la historia de los Estados Nación
en crear un referéndum revocatorio y en aplicarlo. Esta declaración de
Obama es la única forma de aislar políticamente a una Venezuela digna y
solidaria, que a pesar de los ataques, desde el año 2007 envía petróleo
para la calefacción gratuita de millones de personas de los sectores
populares de 16 estados norteamericanos a través de su filial
norteamericana CITGO.
Si el
gobierno norteamericano quiere hablar de Paz para su pueblo, el Congreso
debe derogar la Ley de sanciones a Venezuela 2014 y Obama debe anular
la declaración de Venezuela como amenaza a la seguridad nacional.
Por su
parte, la CELAC, la UNASUR y el MERCOSUR deben defender a Venezuela de
estas agresiones norteamericanas. Maduro fue bien claro en su discurso
ante todos los bloques parlamentarios “nadie podrá detener que este año
2015 haya elecciones parlamentarias, y si perdemos, perdemos, si
ganamos, ganamos, pero son los venezolanos los que tomarán la decisión.
Aquí no pisará la bota norteamericana”.
Bs. As. 11 de marzo 2015
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