quarta-feira, 6 de agosto de 2014

Las revelaciones del papel de la USAID en Cuba pueden amenazar los programas de salud mundial

 Por Brianna Lee 
 
Se está haciendo más difícil para los Estados Unidos mantener secretos cuando se trata de programas de “promoción de la democracia” (cambio de régimen) en Cuba. The Associated Press reveló esta semana una operación financiada por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional que en realidad trataba de impulsar el activismo antigubernamental entre los cubanos, esta vez a través de un programa de prevención del VIH. Los legisladores estadounidenses y defensores de la salud han criticado fuertemente el uso hace la USAID de un programa de salud con fines políticos, diciendo que pone a otros programas de salud y desarrollo global de Estados Unidos en riesgo.
 
“Este engaño flagrante socava la credibilidad de EEUU en el extranjero y pone en peligro los programas de salud pública respaldados por el gobierno, que han salvado millones de vidas en los últimos años en todo el mundo”, dijo la representante demócrata Barbara Lee, de California, co-presidente del Caucus VIH/ SIDA del Congreso, en un comunicado emitido el lunes. El senador demócrata Patrick Leahy, de Vermont, también dijo que el programa “empaña la larga trayectoria de la USAID como un líder en la salud global.”
 
La InterAction Global Aid Network también dijo a la Associated Press que Estados Unidos “nunca debe sacrificar la prestación de servicios básicos de salud o programas cívicos para promover un objetivo de inteligencia.”
 
Pakistán es quizá el ejemplo más alarmante de la memoria reciente de cómo se han utilizado de manera contraproducente programas estadounidenses de salud global para objetivos políticos encubiertos. Los talibanes paquistaníes y afganos prohibieron las vacunas contra la poliomielitis después de que se revelaron informes de que EE.UU. recogía información de inteligencia sobre el paradero de Osama bin Laden a través de una falsa campaña de vacunación contra la hepatitis B . La polio ha resurgido en la región, y más de 60 trabajadores de la salud en Pakistán dedicados a la vacunación contra la poliomielitis han sido asesinados desde el 2012.
 
El Programa Cuba de la USAID es algo menos extremo, pero es difícil predecir en qué medida podría afectar a los programas de salud de Estados Unidos en otros países. Charles Kenny, investigador principal del Centro para el Desarrollo Global, dijo que el resultado más probable sería que las sospechas sobre los programas estadounidenses se profundizarían en los países que ya desconfían de los Estados Unidos.
 
“En la mayoría de los países en los que [USAID] trabaja, esta fue bienvenida, y ha hecho un trabajo fantástico”, dijo Kenny. “Pero en algunos de los lugares de más difícil acceso para los EE.UU. en general, la USAID se ve con más sospechas porque es la USAID. Es en esos lugares donde la gestión de la marca es más importante, y cuando la [USAID] ya enfrenta desconfianza, esto sólo haría que la desconfianza empeore”.
 
Esa desconfianza es ya frecuente en varios países de América Latina: el año pasado, el presidente boliviano Evo Morales expulsó a la USAID del país. La decisión se produjo después de que el Secretario de Estado John Kerry se refirió a América Latina como “patio trasero” de EEUU, pero Morales también había acusado a la Agencia de tratar de desestabilizar al gobierno de Bolivia. Ecuador ha amenazado con expulsar a la USAID, y congeló la cooperación con la agencia a finales del año pasado, lo que provocó que la USAID apenas tiene operaciones en el país.
 
Pero aparte de la capacidad de la USAID para financiar las iniciativas de salud en otros países, Kenny dice que al socavar la credibilidad de los programas de Estados Unidos, también podría poner en peligro la capacidad de Washington de cooperar con otros gobiernos en la gestión de los brotes epidémicos globales.
 
“El problema es que, sobre todo se trata de la salud pública, incluso con países que no nos gusta especialmente, probablemente queremos ser capaces de cooperar”, dijo. “Tome el brote de Ébola. Cruza fronteras muy rápidamente. Incluso si los lugares donde ocurre no son lugares a los que quisiéramos ir, en emergencias de salud pública debemos estar interesados en ayudar para detener los brotes o impedir que estos sean cada vez mayores”.
 
La USAID respondió al informe de AP el lunes, defendiendo el programa. “El Congreso financia los programas de democracia en Cuba para empoderar a los cubanos a acceder a más información y fortalecer la sociedad civil”, dijo el portavoz Matt Herrick en un comunicado. “La USAID tiene toda la información acerca de sus programas de Cuba disponibles al público desde foreignassistance.gov. Este trabajo no es secreto, no es encubierto, ni es clandestino”.
 
Esta respuesta – y la respuesta similar de la USAID al informe de la AP en abril de otro programa financiado por la USAID para promover el activismo político en Cuba a través de una plataforma de medios sociales llamada ZunZuneo – probablemente también significa que estas últimas revelaciones tendrán un efecto limitado en la USAID institucionalmente.
 
“Hay un fuerte apoyo en el Congreso para estos programas de ‘democratización’ en Cuba”, dijo Kenny. “Pero no hay dudas sobre el impacto que esto va a tener en el Capitolio, y en el extranjero, pues es un caso más en que la agencia no parece estar haciendo lo que dice que está tratando de hacer en un país. Eso no es bueno”.
 
(Tomado de IBTimes. Traducido por Cubadebate)
 
 

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