David Brooks* La Jornada
Para el abogado José Pertierra –veterano analista de las relación
entre Cuba y Estados Unidos– la histórica reapertura de las relaciones
diplomáticas entre los dos países marca un giro en la estrategia de
Washington, pero con los mismos objetivos de promover un
cambio de régimenen la isla, aunque a la vez ofrece una oportunidad para
aspirara la normalidad y además es un
prólogo de una muerte anunciadapara el bloqueo estadunidense de más de medio siglo.
“Esto es un cambio de estrategia del gobierno estadunidense, pero el
fin sigue siendo el mismo, que es derrocar a la Revolución Cubana. Y
cuando ellos te dicen –y la han repetido mil veces incluyendo Obama– que
la política anterior no ha funcionado, lo que quieren decir es que no
han logrado derrocar al gobierno cubano. Ahora lo quieren hacer, pero
con una diferente estrategia”, comentó en entrevista con La Jornada.
Pertierra, quien fue abogado de Elián González y más recientemente
representante legal de Venezuela para perseguir judicialmente al líder
terrorista Luis Posada Carriles (quien sigue libre en Miami), y que
también participó en la campaña internacional para la liberación de los
agentes antiterroristas conocidos como los
cinco de Cuba, dijo que el cambio de estrategia estadunidense implica nuevos, pero a la vez, añejos desafíos para la isla.
“La estrategia estadunidense ahora es, a través del intercambio con
Cuba, tratar de tener influencia en el pueblo cubano. Incluso, en las
declaraciones oficiales del Departamento de Estado y de la Casa Blanca
hablan de la necesidad del intercambio comercial con el sector privado
en Cuba y también ampliar el flujo de información al pueblo cubano,
porque la idea es ‘empoderar’ al pueblo cubano. Lo que quieren decir con
eso es darle municiones y fuerza para que ellos se enfrenten al
gobierno cubano, y que sean los cubanos quienes derroquen al gobierno.
Esa es la estrategia, está muy clara”.
Pero
Cuba, por más de cinco décadas, ha sabido cómo construir trincheras para defenderse del bloqueo estadunidense. Ahora, con estos puentes que está construyendo Obama, Cuba va a tener que aprender cómo lidiar con estos puentes, y lo va a saber hacer. El gobierno de EU piensa que va a poder entrar como Pedro por su casa con todo el comercio que le dé la gana, cuándo y cómo quiera, y eso no es así. En Cuba saben cómo limitar la influencia estadunidense porque hay valores en la isla que han sostenido al gobierno y a la Revolución Cubana por más de cinco décadas y allá la gente no quiere perder sus valores. Por ello, tengo confianza en que al igual que el bloqueo no funcionó para derrocar al gobierno cubano, tampoco van a funcionar para eso estos puentes que se está construyendo Obama.
Sin embargo,
los puentesson bienvenidos,
porque queremos aspirar hacia la normalidad. Veo que estos puentes van a contribuir para que se tumbe el bloqueo estadunidense hacia Cuba en el sentido de que se está creando una expectativa en EU de parte de empresarios estadunidenses para que levanten el bloqueo, porque quieren ganar dinero en Cuba, quieren hacer negocios ahí, y ese ímpetu lo que va a hacer es eventualmente tumbar el bloqueo.
La Ley Helms Burton, explicó,
sigue imponiendo el bloqueo con toda una serie de restricciones y condiciones, y mucho de esto no puede ser cambiado por el presidente, sino que requiere un acto por el Congreso.
Sin embargo, Obama ha usado su potestad para ampliar las excepciones y
modificar la forma en que se implementan o no las restricciones –y
subrayó que puede hacer aun más bajo su autoridad ejecutiva en este
sentido.
Comentó que está confiado en que esto procederá al recordar el famoso viejo lema de la cúpula estadunidense:
the business of America is business. Eso será lo que se impondrá sobre los intereses de opositores cubanoestadunidenses, como los senadores Marco Rubio y Ted Cruz, entre otros, ya que el sector empresarial estadunidense promoverá el desmantelamiento del bloqueo ante ambos partidos por el sencillo hecho de que el objetivo es
ganar dinero.
Por eso concluye que
el anuncio de Obama del 17 de diciembre de 2014 [de la intención de normalizar relaciones con Cuba] fue un prólogo de una muerte anunciada para el bloqueo.
Pero advierte: “Hasta que no se levante el bloqueo, hasta que el
Congreso anule el bloqueo, y Estados Unidos deje de intervenir en los
asuntos internos de Cuba –deje de pagarle a disidentes para que hagan su
labor y abandonen la idea de que ellos tienen la potestad para derrocar
el gobierno cubano y se den cuenta de que Cuba no le pertenece a
Washington–, hasta que eso no pase, relaciones normales entre los dos
países no pueden existir, van a ser anormales aunque va a haber una
normalización de relaciones diplomáticas”.
* Corresponsal Periódico La Jornada
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