domingo, 7 de dezembro de 2014

El inolvidable Frank País

A 80 años de su nacimiento, testimonios de quienes lo conocieron nos describen algunas facetas de su personalidad

Autor: Pedro Antonio García | internet@granma.cu
5 de diciembre de 2014 18:12:45
 Foto: Archivo 

Para el Che, era uno de esos hombres que se imponen en la primera entrevista: “Tenía unos ojos de una profundidad extraordinaria (los cuales) mostraban enseguida al hombre poseído por una causa, con fe en la misma, y además que ese hombre es un ser superior. Hoy se le llama el inolvidable Frank País; para mí, que lo vi solo una vez, es así […] Nos dio una callada lección de orden y disciplina, limpiando nuestros fusiles sucios, contando las balas y ordenándolas para que no se perdieran. Desde ese día me hice el propósito de cuidar más mi arma”.


AMOR FILIAL
Frank Isaac País García nació en Santiago de Cuba el 7 de diciembre de 1934. Doña Rosario, su madre, relató en un testimonio: “Eran muy unidos los tres hermanos. Frank era un poco el cabecilla, el guía… Cuando yo enfermaba, él distribuía las responsabilidades. Cada Día de las Madres, a las cinco de la mañana, entraba a mi cuarto seguido de los hermanos. Me despertaban con una canción. Me regalaban flores. (…) Más tarde, ni aun en los más crudo de la lucha, dejaba de enviarme el Día de las Madres un ramo de flores”.

SOLIDARIO
Después del asalto al Moncada, Frank cayó preso por redactar un manifiesto titulado Ase­sinato, donde condenaba los crímenes perpetrados. Al joven manzanillero Manuel Eche­verría también lo detuvieron en su ciudad por protestar contra esos crímenes y fue trasladado a Santiago de Cuba, donde lo ubicaron en una galera en la que no quedaban literas vacías. Se tendió en el piso, con un maletín por almohada. Frank quitó el colchón de su camastro y se lo ofreció. Luego rememoraría: “Un blanco de facciones muy finas y de hablar bajo vino hacia nosotros y nos ratificó que él no podía permitir que durmiéramos en el suelo. Nos deseó buenas no­ches y regresó a su cama”.

EL ORGANIZADOR
En el año 1954 Frank vertebró un movimiento, Acción Revolucionaria Oriental (ARO), para la lucha armada contra la tiranía, el cual se transformó posteriormente en Acción Nacional Revolucionaria (ANR) al incorporársele jóvenes de Camagüey. Al salir Fidel de prisión en mayo de 1955, agrupó en el Movimiento 26 de Julio, junto con los moncadistas, a muchos revolucionarios de diverso origen. Frank y toda la membresía de la ANR se incorporaron a la nueva organización.

Fidel, al conocerlo en México, a inicios de agosto de 1956, afirmaría: “He podido comprobar todo cuanto me habían dicho sobre las magníficas cualidades de organizador, el valor y la capacidad de Frank. Nos hemos entendido muy bien”.

En apoyo al desembarco del Granma, el joven santiaguero organizó y dirigió el levantamiento del 30 de noviembre. Al nacer el Ejército Rebelde le brindó apoyo en armas, hombres y pertrechos, y devino junto con Celia Sánchez, uno de los más eficaces colaboradores del grupo guerrillero en sus inicios.

LA NOVIA
Según el combatiente Agustín Navarrete, cuando ambos estaban clandestinos, citó a doña Rosario y a América, la novia, “a cinco o seis cuadras de nosotros. Pero teníamos un catalejo y se distinguía bien. Había que ver la cara de ese muchacho cuando las vio, comenzó a dar brincos, se reía y me dio el catalejo. Ellas miraban a todos lados, buscando dónde debíamos estar. Frank las estuvo mirando largo rato y después, acostado en su cama, se reía y reía de la alegría de haberlas visto”.

Con la complicidad de la combatiente Asela de los Santos, Frank llevó una noche a América a un pequeño restaurante que existía en el sótano del teatro Aguilera. “Me sentía so­bresaltada; y ellos, felices. A las doce, nos marchamos. Puedes imaginarte la reprimenda que me gané de la Dirección del Mo­vi­miento. Reprimenda merecida. Pero creo que no podía haber hecho otra cosa, que valió la pena, fue la última vez que pudieron estar juntos”.

EL MÁS EXTRAORDINARIO
En carta a Celia Sánchez, fechada el 31 de julio de 1957, Fidel escribía. “No puedo expresarte la amargura, la indignación, el dolor infinito que nos embarga. ¡Qué bárbaros! Lo cazaron en la calle cobardemente, valiéndose de todas las ventajas que disfrutan para perseguir a un luchador clandestino. ¡Qué monstruos! No saben la inteligencia, el carácter, la integridad que han asesinado. No sospecha siquiera el pueblo de Cuba quién era Frank País, lo que había en él de grande y prometedor... ¿Alguien puede estar pensando en su vida después de ver asesinado a Frank País, el más valioso, el más útil, el más extraordinario de nuestros combatientes?”.

Tomado de Granma

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