terça-feira, 30 de dezembro de 2014

2014, nuevo impulso a la inversión extranjera en Cuba

Por Cira Rodríguez César*

La Habana, (PL) El 2014 fue para la economía cubana el año en que arrancaron nuevos motores para su despegue definitivo en 2015, y dejar atrás la desaceleración de los últimos años, con la contribución de nuevos componentes como la Ley 118 de la Inversión Extranjera. (RadioPL)

Dentro de los importantes cambios y reacomodos estructurales que tienen lugar en Cuba, esta fue sin dudas una de las más renovadoras políticas asumidas como parte de la actualización del modelo económico.

Con la aprobación el 29 de marzo de esa legislación y su posterior entrada en vigor el 28 de junio, se asumió la inversión extrajera como un elemento activo y fundamental para el crecimiento de determinados sectores y actividades económicas.

Con ella comenzó la promoción de la presencia de capital foráneo sobre la base de una amplia y diversa Cartera de Proyectos, por etapas y en sectores potenciales, priorizando la Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM).

Se trata de incentivar el desarrollo de proyectos integrales que generen encadenamientos productivos y orientar la inversión a sectores de exportación y a la sustitución de importaciones, así como a eliminar cuellos de botella en las cadenas productivas, favoreciendo la modernización, la creación de infraestructura y el cambio del patrón tecnológico.

Las amplias oportunidades que Cuba ofrece a los inversionistas extranjeros, contenidas en una amplia cartera de negocios, son sin lugar a dudas atrayentes para en el más breve plazo potenciar y afianzar vínculos comerciales que aporten capital, tecnologías y mercado.

Se trata de 246 proyectos bien pensados y conformados por sectores prioritarios por un monto de ocho mil 700 millones de dólares, para el desarrollo de la isla dentro de las estrategias concebidas para su actualización económica.

Cada uno de ellos cuenta con una ficha resumen, monto estimado de la inversión, potencialidad del mercado al que estará dedicado y resultados esperados, entre los principales aspectos.

Este portafolio de negocios representa un primer paso, dado a conocer en la XXII Feria Internacional de La Habana, que deberá actualizarse periódicamente, pues las propuestas han sido formuladas por las empresas en correspondencia con su interés y con los planes perspectivos de desarrollo del país.

Sobre esa base el ministro de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca, adelantó que la segunda estará mejor confeccionada, pues deberá contener mayor profundidad en la información sobre cada proyecto, y también un enfoque dirigido más intencionalmente al establecimiento de encadenamientos productivos.

Luego de entender la inversión extranjera solo como un complemento a los esfuerzos nacionales, las autoridades cubanas parecen convencidas ahora del carácter prioritario que debe tener esa opción para reanimar la industria y ganar competitividad en el mercado internacional con las producciones locales.

Muy esperada por el empresariado nacional y foráneo, la nueva cartera de oportunidades formó parte del cronograma previsto para la implementación de la Ley 118 de Inversión Extranjera.

Los proyectos contenidos en la cartera están vinculados a los sectores de la farmacéutica y biotecnología, agroalimentaria, construcción y energía renovable, entre otros, y se encuentran distribuidos por todo el país, y cuentan con estudios de prefactibilidad y directivas de negociación que podrán acelerar su concreción.

El asesor del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial (CIEM), José Luis Rodríguez, considera que Cuba ha acumulado un volumen de cierta significación en cuanto a la presencia de capital foráneo en la economía nacional, que a mediados de la década del 2000 se estimó con un compromiso de inversión de unos cuatro mil 200 millones de dólares.

Según sus cálculos ese esfuerzo se ha concentrado hasta el presente en 42 por ciento en el sector del turismo mediante acuerdos de diverso tipo, 13 por ciento en energía y minería, 10 por ciento en la industria manufacturera, siete en la alimentación, seis en la construcción, dos en la agricultura, cuatro en el transporte, dos en las comunicaciones, dos en azúcar y derivados y 12 por ciento en otros sectores.

En las proporciones logradas hasta ahora se destaca la baja participación en sectores que tienen actualmente la mayor prioridad, como la producción de alimentos, la agricultura y el sector azucarero, que solo acumulan el 11 por ciento de los emprendimientos inversionistas del capital extranjero.

Rodríguez estima que en este segmento de la economía, estudios realizados muestran que existe un valor de entre 600 y 800 millones de dólares que constituyen el potencial factible de sustitución de importaciones alimentarias y que representan entre el 35 y el 47 por ciento del total de compras de alimentos en el exterior de los últimos años.

No es en vano entonces que el documento que contiene los proyectos de inversión incluya una primera sección dedicada a la ZEDM, donde se presentan seis proyectos industriales por 378 millones de dólares, otros seis de la rama agroalimentaria por 374,8 millones, uno de energía renovable y un epígrafe que agrupa la biotecnología y los productos médicos con 13 propuestas por 860 millones, valor que representa el 53,3 por ciento del total de 1 612,8 millones de dólares de proyectos con una inversión cuantificada en ese enclave.

El especialista del CIEM plantea, además, que tomando en cuenta la cartera 

-incluyendo lo relativo a la ZEDM- de las ramas que cuentan con mayor prioridad, se destaca el sector de la producción agrícola y forestal así como la producción de alimentos, que cuenta con 30 proyectos por unos 961 millones de dólares.

Para el economista del Centro de Estudios de la Economía Cubana, Omar Everleny, no utilizar esas fuentes significa mantener un ritmo de crecimiento bajo y prolongar en el tiempo el logro del desarrollo requerido, por lo que el país decidió utilizar la inversión extranjera como una vía importante de acceso a recursos externos.

Para eso brinda condiciones favorables para la atracción de esos flujos que son escasos en esta región.

Sin embargo, persisten obstáculos tales como el bloqueo impuesto por Estados Unidos y la situación de endeudamiento externo, aunque con procesos de renegociación efectuados recientemente con favorables acuerdos de condonación de montos.

La experiencia internacional indica que los países que han logrado emprender una senda de crecimiento y mejoramiento de su infraestructura y condiciones de vida de la población, han gozado de tasas de inversión no menores al 30 por ciento del Producto Interno Bruto con notables apoyos desde la inversión foránea que, además, proporciona acceso a las cadenas internacionales de valor y a las nuevas tecnologías, asegura Everleny.

De ahí que sea necesario que la política macroeconómica y los cambios que tienen lugar en ella acompañen a estos esfuerzos, pues la inversión extranjera, aseguran los expertos, tiende a acercarse a las naciones que tengan una visión de crecimiento y desarrollo.

*Periodista de la redacción de Economía de Prensa Latina 

rc/crc

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