Por Martha Sánchez (*)
La Habana (PL).- Ningún video clip cubano ha tenido tantas versiones
en el mundo como Bailando, el tema popularizado en 2014 por el español
Enrique Iglesias y los cubanos Gente de Zona y Descemer Bueno, autor de
la canción.
Su director, el también cubano Alejandro Pérez, jamás imaginó que su
obra tuviera tanto vuelo y ya va por cinco versiones: dos en español,
dos en portugués y una en inglés.
La realizada con Iglesias en
su idioma natal fue el segundo video musical más visto en el mundo en
2014 y se mantuvo 26 semanas en la lista de Hot Latin Songs de la
Billboard, superando con creces La Tortura de la colombiana Shakira y el
ibérico Alejandro Sanz.
"Recibí una llamada hace poco para
comunicarme que está entre los 20 primeros puestos de los videos más
vistos en la historia de la música y en el primer lugar del listado
latino, estoy super feliz", expresó Pérez en entrevista exclusiva con
Prensa Latina.
Este director de fotografía formado en el
Instituto Superior de Arte (ISA), atribuye tal éxito a la mezcla de dos
componentes casi inseparables para las generaciones actuales: la música y
el video.
"Hoy por hoy, nada se mueve si no es con video, y
creo que entre la música, que es excelente, y el video, lograron una
química explosiva pues ha rodado por todo el mundo y en muchos países
figura entre los hits más escuchados", relató.
Pérez jamás pensó
que haría historia con una de sus obras, pero sí sabía que alguna vez
filmaría un clip con Enrique Iglesias y otro con Marc Anthony.
Esto le pasó varias veces por su cabeza, lo deseó con fuerzas, llegó a
engañar a su equipo con la idea para impulsarlos a crear, explorar
creatividades y al fin lo logró: de pronto e inesperadamente, como dicen
en Cuba, la cosa se dio.
"Hace cuatro años, una noche llamé a
todo mi equipo de filmación y les dije: mañana a las ocho de la mañana
todo el mundo en el estudio que tenemos un video con Enrique Iglesias, y
ellos amanecieron emocionados, yo les puse una canción del último disco
y les conté una historia de mentira", reveló.
"Mis colegas
embobecidos y al final les confesé: todo es mentira, vamos a
concentrarnos a trabajar en lo que nos toca y, por supuesto, se pusieron
bravos", dice sonriente este jefe de equipo que siempre tiene un chiste
a mano.
La misma táctica empleó con Marc Anthony en otro
momento y consiguió timar de nuevo a sus amigos, pero según insiste,
estos engaños como ejercicio de preparación resultan muy productivos.
Dos años después lo llamaron Iglesias y Anthony para filmar videos y
Alejandro no sabía si vivía un sueño o una trampa de algún colega,
afortunadamente era verdad y ahora cada instante le parece un
acontecimiento mágico.
"Con Iglesias ya hice tres videos, tenemos una relación más que de trabajo de amigos, él es muy chévere", manifestó.
Para Iglesias, Yandel y Juan Magán, realizó en Galicia el clip De noche y de día.
Luego le propuso a Enrique hacer un video de marionetas, y no solo tuvo
que confeccionar la del español, sino la del cubano-americano Pitbull,
con quien compartieron Let me be your lover.
"Pitbull es super
simpático, un cubanísimo de esos de aquí a home y alguien muy seguro a
la hora de trabajar, tiene muy poco tiempo pero es de toma uno, y nos
divertimos mucho trabajando con él, pasé una hora entera de risas y me
complace hacer otro video con él y Gente de Zona", adelantó.
Además del éxito particular de Bailando, el realizador audiovisual está
feliz por haber podido demostrar al mundo la capacidad de los cubanos de
hacer clips a nivel internacional.
Pérez evade la
individualidad pues le gusta más hablar de sus equipos de producción,
con un 90 por ciento de cubanos, eso lo llena de orgullo.
"Me encanta demostrar que en Cuba sí podemos hacer trabajos a nivel internacional, sin ningún problema", confesó.
Aunque pocos lo reconozcan en la calle, Pérez ahora mismo es famosísimo
dentro y fuera del país caribeño, su profesión lo ocupa detrás de las
cámaras, con pantalones anchos y gorras, siempre cómodo.
Cuesta
trabajo encontrar un nombre tan común en Google pero con solo preguntar
por la fotografía de largometrajes como Viva Cuba, Habanastation y
Conducta, la precisión aparece junto a premios y elogios.
La más
reciente película en la que intervino como director de fotografía,
Conducta, acaba de conquistar el Premio Coral a Mejor Largometraje en el
36 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, y cinco
lauros colaterales.
Este realizador tiene un sello de calidad y
un corazón que le deja llegar muy lejos sin que la fama le modifique el
carácter, y no tiene prejuicios con los géneros, lo mismo trabaja con un
autor clásico que con un exponente de las tendencias musicales más
contemporáneas.
"Yo me pongo retos, por ejemplo cuando la
cantante Ivette Cepeda me llamó, dije wow, Alcé mi voz es un buen tema,
no muy comercial pero podemos hacer que llegue a todo el mundo, un video
puede ayudar a eso y para mí fue una gran satisfacción ver cómo
funcionó ese clic en los jóvenes", comentó.
A criterio del
realizador, siempre es un reto hacer un video de una canción poco
comercial, pero está dispuesto a enfrentarlo y permitir a una obra
caminar lo más que pueda.
En estos momentos, Pérez da los toques
finales a un clip y un videoarte con música del pianista y compositor
Frank Fernández, actuación especial de la prima ballerina assoluta
cubana Alicia Alonso y la danza de la primera bailarina Viengsay Valdés,
con coreografía de Tania Vergara.
Por alguna razón que no sabe
explicar aún, la danza le atrae muchísimo. Hace años, en un video del
grupo Buena Fe, le pidió a Valdés que bailara y actuara, y en algunas de
sus más recientes realizaciones como Bailando y Alcé mi voz empleó
cuerpos de bailes de prestigiosas academias cubanas.
Incluso en
Flor pálida, el clip de Anthony sobre el tema homónimo del cubano Polo
Montañés, introdujo dos espantapájaros que danzan.
"Amo la danza
y trato de involucrarla en mis videos clip cuando puedo pues siento esa
necesidad y a veces, no de una bailarina o dos, necesito ver muchos
bailarines", reveló.
La dirección de Fotografía, aprendida en el
ISA, fue la segunda carrera de Pérez, quien agradece a su primera
profesión -maestro de primaria- la pedagogía necesaria para trabajar con
personas muy diversas.
"Enseñar un producto requiere cierta
pedagogía detrás porque nada es estático, ni nada es siempre igual y ser
maestro me permitió aprender cómo mostrar algo, transmitir mi
propósito", alegó el apasionado fotógrafo, creyente en la energía como
clave dentro de cualquier realización.
"Cuando le aplicas a algo
mucho amor y buena energía y creas un equipo en el que todo el mundo
esté involucrado dentro de la obra y con su resultado, debe funcionar,
yo lo he probado", afirmó.
(*) Periodista de la redacción de cultura de Prensa Latina
msm/cmv
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