terça-feira, 28 de outubro de 2014

Camilo Cienfuegos era el más brillante de todos los guerrilleros

Por Roberto Morejón

En la vasta galería de legendarios patriotas cubanos destaca por su modestia, valor y fidelidad a la Revolución triunfante en 1959 el guerrillero de la Sierra Maestra, devenido después dirigente, Camilo Cienfuegos.

Los cubanos de más edad lo recuerdan por sus ardorosos discursos, el contacto frecuente con las personas por más simples que fueran y su lealtad al líder histórico de la Revolución Fidel Castro.

Sus méritos adquieren presencia inusitada cuando se cumple el aniversario 55 de su desaparición física, al viajar en un avión tipo Cessna de regreso a La Habana desde la centro oriental provincia de Camagüey.

Siempre listo a desempeñar las misiones que le confiaran, Camilo Cienfuegos destacó por su valentía.

Cuentan que en el combate de Pino del Agua, en plena etapa insurreccional contra la dictadura de Fulgencio Batista, Camilo Cienfuegos fue herido, pero salió caminando y dirigió la retirada de sus compañeros de lucha.

También evidenció su coraje en los combates de la Plata, el Uvero, Pino del Agua y Mar Verde y al rendir con sus hombres la guarnición de la central ciudad de Yaguajay, colmada de esbirros.

En el fragor de la lucha armada y en la calma en las condiciones difíciles de la montaña se forjó una entrañable amistad entre Camilo Cienfuegos y Ernesto Che Guevara.

El revolucionario cubano-argentino siempre se expresaba muy bien de Camilo y este último solía bromear con el Guerrillero Heroico. Era al único al que se lo admitía.

Camilo, como se le llama popularmente, había sido uno de los últimos expedicionarios aceptados para subir a bordo del yate Granma que desde México trajo a un puñado de jóvenes en 1956, con la encomienda de iniciar el levantamiento para cambiar el destino de Cuba.

Al triunfo de la lucha armada cumplió diversas tareas y el 26 de octubre de 1959 se dirigió por última vez a su pueblo en un discurso memorable.

Queda en la historia como uno de los personajes clave de la entrada de los barbudos guerrilleros a La Habana y el que encabezó la neutralización de un conato contrarrevolucionario del traidor Hubert Matos en Camagüey.

Igualmente se le evoca por convertirse en uno de los primeros en combatir en el llano, por su quehacer en la victoria estratégica contra la ofensiva del ejercito de Batista en 1958, y por encabezar la Columna Antonio Maceo en la Invasión desde Oriente al Occidente de Cuba.

Camilo fue a quien se dirigió Fidel Castro poco después de la entrada a La Habana para inquirirle: “¿voy bien?”. Como señaló Ernesto Guevara, fue la pregunta hecha a un hombre que merecía la total confianza del líder.

El Señor de la Vanguardia, como lo identificaron los cubanos, se inmortaliza en el imaginario popular por su arrojo, carisma y sencillez.

Editado por Maria Calvo / Radio Habana Cuba

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