Londres, 15 oct (Cubadebate) Cuba
encabeza la batalla contra el ébola en África, mientras Occidente solo
se dedica a vigilar la seguridad de sus fronteras, afirma el periódico
británico The Observer.
Cuba ha enviado a cientos de trabajadores de la salud a ayudar a
controlar la mortal infección mientras las naciones más ricas están
preocupadas sobre su seguridad- en lugar de liderar las alertas de la
ONU de que se necesita urgentemente un vasto incremento de recursos,
expresa un artículo firmado por Monica Mark, desde Lagos, para el
periódico británico The Observer.
En tanto el número oficial de muertes por Ébola en el África Occidental
llegó a las 4 000 la pasada semana -expertos dicen que la estadística
real es de al menos el doble-, las Naciones Unidas emitieron un claro
llamado a las armas. Aun una simple caída en la tasa de infección, la
ayuda humanitaria internacional debería incrementarse masivamente,
alertó el Secretario General Ban Ki-moon:
“Necesitamos una movilización de recursos veinte veces mayor”, ha dicho. “Necesitamos al menos apoyo veinte veces mayor en asistencia -laboratorios móviles, vehículos, helicópteros, equipamiento de protección, personal médico entrenado y capacidades de evacuación médica.
Pero grandes actores internacionales o antigüas colonias no se han
lanzado al ruedo. En su lugar, la mayor fuerza médica internacional en
el frente de combate al Ébola es de la pequeña Cuba
Esa nación, con 11 millones de habitantes, con una renta per cápita
de $ 6051, está encabezando el esfuerzo, lo que dice mucho de la
respuesta internacional. Una brigada de 165 trabajadores cubanos de la
salud arribaron a Sierra Leona la pasada semana; un primer grupo de un
total de 461. En duro contraste, los gobiernos occidentales han
aparecido más enfocados en detener la epidemia en sus fronteras que
haciéndolo en África Occidental.
André Carrilho, un ilustrador cuyo trabajo ha aparecido en New York
Times y Vanity Fair, retrató el momento en que la cobertura del Ébola se
convirtió en una situación de pánico. Sólo en Agosto, después que dos
misioneros cogieron la enfermedad en Liberia y fueron enviados a
Atlanta, fue que la crisis se puso en el foco de muchos en Occidente.
“Ahora podemos poner un rostro y un nombre a esos pacientes, algo que
no habíamos podido hacer antes. Y para colmo, una droga experimental
fue encontrada y administrada en tiempo récord”- explica el artista
radicado en Lisboa . “Yo empecé a pensar cómo podría pintar lo que
percibía sería un profundo desbalance entre los reportes de la muerte
de cientos de pacientes africanos y la tragedia personal de justo dos
occidentales.
El resultado fue una impactante ilustración: un mar de camas llenas
con pacientes negros africanos en agonía, mientras los medios de
comunicación sólo nota al único paciente blanco.
“Es natural que las personan se preocupen mas acerca de lo que ocurre
más cerca de sus vidas y sus realidades”, dice Carrilho. “Pero yo
también pienso que todos tenemos una responsabilidad de no mirar como un
problema menor a lo que no es nuestro problema inmediato. El hecho de
que miles de muertes en África sean tratadas como estadísticas, y que
uno o dos pacientes dentro de nuestras fronteras son reportadas en todos
su dolor individual, debe ser causa para la reflexión”.
Con las tempranas campanadas de alarma ignoradas, un manojo de
agencias internacionales de salud que actuaron ante la situaciñon fueron
rápidamente sobrepasadas, permitiendo al Ébola extenderse a través de
la frontera de Guinea e instalarse en Liberia y Sierra Leona.
El sentimiento detrás de la ilustración de Carrilho encapsula una
renovada avalancha mediática con los dos casos impoprtados dentro de los
Estados Unidos y el de la enfermera española infectada el mes pasado.
“Lo que me gustaría ver es un poco menos de histeria en los Estados
Unidos y el Reino Unido,” dice Andrew Gleadle, director de programa de
la International Medical Corps (IMC), la cual ha reclutado personal de
salud para desastres humanitarios globales.á verdaderamente el
problema”.
La OMS estima que Sierra Leona sola necesita alrededor de 10 mil
trabajadores de la salud. Médicos sin Fronteras, la organización médica
internacional de caridad que ha encabezado los esfuerzos desde el
principio, tiene alrededor de 250 trabajadores en los países afectados.
La segunda mayor brigada gubernamental es de la Unión Africana, la cual
envió unos 100 trabajadores de la salud.
Esta no es la primera vez que Cuba ha jugado un gran rol en un
desastre de magnitud. Su gobierno quizás esté apuntado por alegaciones
de abusos de derechos humanos, pero su contribución a las brigadas de
ayuda humanitaria no tiene rivales: actualmente, unos 50 mil entrenados
trabajadores de la salud están desplegados por 66 países.
Cuba proveyó el mayor contigente médico después del terremoto de 2010, brindándole atención al 40 por ciento de las víctimas. Y cuando unos 400 médicos norteamericanos se ofrecieron voluntarios tras aquel terremoto, menos de 10 se ha registrado para el esfuerzo contra el Ébola, señaló la organización.
El Presidente de Sierra Leona, Ernest Bai Koroma, dio la bienvenida
personalmente a la delegación cubana en la capital Freetown. “Esta es
una amistad que nosotros hemos experimentado desde los años 70 y hoy
ustedes están demostrando que son unos grandes amigos de este país”, les
dijo mientras permanecían en una habitación engalanada con la bandera
cubana.
En agosto de 1960, Ernesto Che Guevara, un ex doctor. soñaba con un
mundo en el cual cada médico debiera “(utilizar) los conocimientos
técnicos de su profesión en el servicio a la revolución y al pueblo”.
Fue el inicio de una historia de servicios en algunos de los más pobres y
olvidades estados del planeta.
Cuba comenzó a forjar vínculos con el continente durante los años 60,
cuando soldados cubanos lucharon junto a combatientes por la liberación
del Africa Austral. Guevara personalmente estuvo en los brutales campos
de batalla de la hoy independizada República Democrática del Congo;
pero después de devenir sospechoso de los motivos de los líderes
rebelde, sugirió reemplazar los combatientes por ayuda médica.
Los lazos se profundizaron en los 70 cuando las nuevas naciones
independientes de África flirtearon con el socialismo y se alinearon con
el estado Comunista que se opuso a sus antiguos colonizadores.
Maestros, doctores y soldados de Cuba llegaron hasta 17 países
africanos.
Hoy, se ven señales de esa época, con calles nombradas en español,
afiches con eslóganes improbables (“¡Viva la Revolución siempre”, dice
uno en Freetown) y un amor a la música salsa que permanece a lo largo
del oeste de África.
Pero la ayuda comenzará pronto a fluir de otros lugares, además de
Cuba. Los Estados Unidos aportarán 400 millones de dólares, con planes
para construir al menos una docena de hospitales de campaña de 100
camas, utilizando parte de los 4 mil soldados que enviará, y ha
desplegado 65 oficiales de salud en Liberia. Japón, la cuarta nación más
rica del mundo, ha prometido 40 millones y la India 13 millones. China
ha enviado alrededor de 5 millones de dólares en ayuda, así como
construyó una clínica móvil en Sierra Leona.
Pero aun si fueran exitosos los esfuerzos por duplicar la capacidad
de camas, de cerca de 1000, en Liberia, Guinea y Sierra Leona, estas
facilidades aún enfrentarían la carencia del personal de salud necesario
para operarlas, apunta finalmente el artículo publicado por The
Observer.
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