Quién cuenta su historia es Edite Rodrigues, ama de casa.
Ella estaba en la capital paulista para dar su testimonio al simposio
"Programa Más Médicos: perspectivas y opiniones", del Departamento de
Medicina Preventiva de la Escuela de Medicina de la Universidad Federal de São
Paulo (Unifesp), celebrado el pasado 11 de febrero.
Ella relató en sus palabras sencillas, antes del programa
federal, la atención en el puesto de salud era muy precaria. Había incluso un
equipo de atención de salud para la familia, pero faltaba el médico,
profesional, que además de diagnosticar las enfermedades, debe coordinar la
estrategia de trabajo en la localidad.
Y cuando aparecía algún médico allá, como ella señala,
apenas podía hablar con los enfermos y sus familias, especialmente aquellos con
más humildes, con poca instrucción o analfabetos. "Hoy en día, el médico
de va a la comunidad, visita, nos atiende en el parto, cuida a los niños de bajo
peso. Podemos consultar por una micosis y hablar con él, como si fuese un amigo
Antes no, él era una autoridad superior" '.
En el distrito de Albuquerque, zona rural de Corumbá
(Estado de Mato Grosso), también se han tejido nuevos vínculos entre profesionales
de la salud y la población. "Tenemos médico todos los días y no sólo una
vez a la semana. Antes, cuando uno iba (al puesto de salud), no sabía si podría
ser atendido ", dice el ama de casa Nilza de Souza. "Mi madre está en
silla de ruedas; el médico, viene a nuestra casa para atenderla, ahora, tenemos
dos personas en una: el médico y el amigo. Entonces solo tengo agradecimiento".
Estos lazos interpersonales, según el agente comunitario
de salud Joilson da Silva, de la misma localidad, eran imposibles hasta hace
poco más de un año. "No podía crear ese vínculo. NO había médico; Ningún
médico quería venir hasta aquí, en el campo, a 70 kilómetros", dice
Joilson, quien trabaja en salud desde el año 2005.
Para la agente de salud Iraci Vera dos Santos, de São
Francisco do Guaporé (Rondônia), la situación tampoco era fácil: "Es
difícil caminar sola, hacer nuestro trabajo solitas. Y la consulta era súper rápida porque el médico no tenía
tiempo para nada", recuerda.
"Ahora
podemos hacer el seguimiento de las familias cotidianamente. Mujeres
embarazadas, diabéticos, niños, personas de edad avanzada, hipertensos,
postrados en la cama. ¡Cómo era difícil sacar de su casa a quien no puede
caminar y llevarlo al puesto! Por eso la población ahora está muy feliz" [respecto
a atención en salud].
Iraci espera que los médicos no se desaparezcan de la
comunidad tan pronto, ya que ahora es posible reunirse en equipo con los médicos, enfermeras, otros agentes y
organizar el trabajo. Y dice entusiasmada: "Nosotros organizamos el
trabajo mensualmente. No es fácil, pero nos estamos avanzando".
También trabajadora de la salud, Maria do Carmo Santos
Pereira, del municipio de Nuestra Señora de los Dolores en el semiárido Sergipe
[Estado de Sergipe], a 72 kilómetros de la capital, Aracaju, ver varias mejoras
con la llegada de los médicos. "Antes, llegaban al puesto a las 9 am o
9:30 am y querían salir al mediodía", dice.
"Hoy en día, el médico va a las casas porque tiene
que conocer a la familia. Despierta a las 5 am para ir la zona rural, lejos de
todo. Nosotras llegamos a las 6:30 am para la gimnasia de las abuelas. Todas aparecen
felices, vanidosas. Hasta hicieron un desfile, arreglaron el cabello, se
maquillaron, realmente fue muy bonito”. Y sintiéndose muy a gusto, bromea:
"Espero que los médicos permanezcan mucho tiempo, al menos hasta que me
jubile".
En la misma ciudad, hay otra certeza: "Fue Dios
quien puso al Dr. Rodolfo aquí", dice la sertaneja [habitante rural] María
da Graça Lima, de 88 años. El médico, según ella, "Va a la casas de la
gente, visita a todos, nos recibe bien." Y asegura: "yo no vivía
siempre enferma de las piernas, no podía ni agacharme para recoger algo del
suelo, pero gracias a Dios y a los remedios del doctor, estoy muy satisfecha.
No sé cómo vamos a arreglarnos, si un día él se marcha", dice.
Estas palabras sencillas de gente del pueblo, guardan
semejanza con la de un médico, orientador de maestría y doctorado del Departamento
de Medicina Preventiva de Unifesp,
Elisaldo Carlini. A sus 83 años, recuerda los días de infancia en interior del
estado de São Paulo, en la pequeña ciudad de Pirajá. En una infancia sin médicos,
como se dice, tenía enfermedades en la piel y la bronquitis, tratadas con
‘tatuzinhos’ del huerto que su madre ponía en un paño que llevaba alrededor de
su cuello.
Cinco días más tarde, cuando morían y olían mal, eran
sustituidos por otros. La solitaria era tratada con Mastruz con Leche. Cuando
en una ocasión fue mordido por un perro con
rabio, el suero antirrábico, tuvo que ser traído de una ciudad vecina, primero
en tren y luego a caballo. Tuvo mucha suerte, para poder a tiempo la otra
ciudad más grande y puede curar el tracoma, enfermedad inflamatoria del ojo,
que podría haberlo dejado ciego.
"Lo que he vivido hace unos 80 años todavía lo vive la
mitad de la población, especialmente los más pobres, que viven en el interior
alejado de [los centros urbanos] este país, sin asistencia. Es una la
comprensión más exacta de la grandeza de la profesión médica, que es más digna, cuando es
ejercida correctamente”.
Carlini forma parte del comité organizador del simposio
realizado por la Facultad de Medicina de la Unifesp, con el apoyo de la
Organización Panamericana de la Salud para discutir con los estudiantes,
médicos, trabajadores comunitarios de la salud, gestores municipales y usuarios
del sistema público de los avances, retos y perspectivas en el corto, mediano y
largo plazo del programa federal [Mas Médicos], que ha llevado a 14.462 médicos
a 3.785 municipios y 34 Distritos Sanitarios Indígenas - y que actualmente
sirve a 50 millones de personas.
Otras partes del programa son la inversión de R$ 5.600
millones dólares para la construcción, ampliación y renovación de las Unidades
Básicas de Salud (UBS), y de R $ 1,900 millones para construir y ampliar las
Unidades de Atención de Emergencia (UPA por su sigla en portugués). Según el
Ministerio de Salud, 26.000 UBS que cuyos recursos fueron aprobado, 20 600, que
corresponde al 79,2% se encuentran en construcción o ya fueron concluidas, y además
de 363 Unidades de Atención de Emergencia completadas, de un total de 943.
También gracias al programa de reestructuración y
expansión de la formación médica en el país,hasta 2017 se abrirán 11.500 nuevos cupos para estudiar medicina y
12.400 plazas de residencia de Medicina para formar especialistas en salud de
la familia, hasta 2018. El Ministerio de Educación ha autorizado la apertura de
4.460 nuevos cupos para formación de médicos, correspondiendo 1.343 a las
instituciones públicas y 3117 a las universidades privadas, principalmente en
las ciudades del Norte y Nordeste, que tienenescasez de profesionales de la salud.
"Espero que los brasileños estudien para ser médicos
y que, mientras tanto, podemos continuar este programa con otros médicos,
incluso, cuando se marchen los de ahora y vengan otros", dice Edite Rodrigues, de San
Francisco de Guaporé.
Más que un encuentro de evaluación de las políticas por
los coordinadores del programa en el Ministerio de Salud y en el Ministerio de
Educación, el encuentro fue un espacio para los brasileños de diferentes
regiones del país, como doña Edite, pudiesen hablar de la diferencia que
introduce en sus vidas el tener un médico para consultar, tanto para resolver
un problema de salud, como aprender a prevenir enfermedades.
Invitada traídos a Sao Paulo por la comisión
organizadora, compartieron la mesa de debate con agentes comunitarios en salud
y médicos brasileños y extranjeros participantes [en el programa], para
explicar el significado del acceso al atención medica alcanzada.
En sus participaciones, los médicos, más acostumbrados a
entrevistas y conferencias, hablaron principalmente, sobre los proyectos
elaborados en con los equipos de unidades de salud para estrechar los vínculos
con la población atendida, que según ellos, va viene mostrando resultados
positivos.
Entre ellos destacan, la confianza de la población, que
ahora va más a los centros de salud y sigue los tratamientos prescritos y las
recomendaciones para prevé los problemas de salud, como la práctica de
ejercicios físicos, procurar una alimentación más adecuada, con cereales,
verduras, legumbres, frutas, carnes y lácteos frescos, en vez de frituras,
comidas grasosas y azucaradas – como sucede en general con los productos
industrializados.