quarta-feira, 24 de julho de 2013

Crónica: Jóvenes piden una Iglesia que luche junto a los pobres


 Una Iglesia que luche junto a los pobres piden en Brasil. (Foto: Efe)

"Aquí no hay dinero para salud, para educación, para la vivienda, pero hay dinero para la Copa, para los estadios. ¿Cómo puede ser así?”, exclamó el fraile dominico, impulsor de la Teología de la Liberación, Frei Betto.
 
Por Beatriz Michell (@BeatrizteleSUR) *
                        
Los aplausos estallan después del atento silencio con el que los jóvenes escuchaban a Frei Betto, reconocido teólogo de la liberación brasileño. "Aquí no hay dinero para salud, para educación, para la vivienda, pero hay dinero para la Copa, para los estadios. ¿Cómo puede ser así?”, exclamó el fraile dominico. En twitter, @pablocolon complementó la reflexión: “… para la copa y para traer a Su Santidad”.
 
Es el sentir de los cariocas. Las fuertes protestas que comenzaron en junio por el alza del transporte público en Río de Janeiro hoy exigen que se frene el financiamiento estatal a megaeventos internacionales y que se invierta en derechos sociales que entreguen dignidad a los habitantes de esta ciudad. Durante la visita del Papa las protestas continúan.
 
En la Tenda das Juventudes (La Tienda de la Juventud), un espacio organizado por la Pastoral Juvenil de Brasil, la política se mezcla con la religión. El lema “A juventude quer viver” (La juventud quiere vivir) resume lo que estos jóvenes buscan transmitir a la alta jerarquía de la Iglesia. “El lema es la esperanza de esta juventud que se organiza, que hace la política a partir de la Iglesia, del seguimiento de Jesús, que no está fuera del mundo. A partir del seguimiento a Jesús queremos hacer una política justa, democrática y solidaria para Brasil”, explica Thiesco Crisóstomo, coordinador nacional de la Pastoral de la Juventud.
 
Frei Betto lo exclama con convicción: “Yo soy discípulo de un preso político”. Y así lo ha vivido. Ligado a las luchas populares, este teólogo estuvo preso en varias oportunidades, fue torturado y perseguido. Hoy es uno de los grandes referentes de la Teología de la Liberación, prohibida por el pontificado de Juan Pablo II.
 
“Somos discípulos de Jesús, un militante que murió como prisionero político. Fue preso, torturado y condenado a la pena de muerte de los romanos, que era la cruz. Nosotros tenemos que rescatar esa dimensión evangélica de nuestra”, dice en conversación con teleSUR, después de sacarse fotos con los jóvenes y dedicar sus libros.
 
En la Tenda das Juventudes no viven la Jornada Mundial como espectadores; generan propuestas de políticas públicas desde esta Iglesia que se involucra en el mundo. Crisis económica y derechos sociales, tráfico de personas, cultura y derechos humanos, son algunos temas que se conversan en este espacio.
 
“Queremos una Iglesia que tenga un compromiso de asumir de hecho la vida de los más pobres, asumir una causa, así como Jesucristo lo asumió. De no tener miedo de perder su propia vida, defendiendo la vida de los más pobres”, dice Edgar Manzur, joven católico brasileño.
 
Una gigantografía de Monseñor Oscar Romero se levanta al finalizar un día de debate. “Queremos rendir homenaje a los que dan sus vidas por ese otro mundo posible", dice Thiesco.
 
El Santo de América Latina, como le llaman, no ha sido canonizado por la Iglesia. Hoy el proceso de canonización se ha reactivado, acompañado de la esperanza de que este sacerdote que murió asesinado durante una misa por defender luchas populares sea reconocido por esta Iglesia que hoy busca atraer más fieles. “Creo que Iglesia, como lo fue Monseñor Romero, debería ser un poco más luz, caminar por senderos más valientes y tomar su propia vocación, que es liberar a la gente, salvar al pueblo”, concluye Josué Villalta, católico salvadoreño, que resume la esperanza de una juventud que demanda que los discursos sobre la pobreza se conviertan en acción.
 
(*)Beatriz Michell, corresponsal permanente de teleSUR en Chile.  Enviada especial a Brasil.
 

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